Ruben Östlund, director premiado afincado en Mallorca: «Competir en los Oscar es exactamente igual a una campaña política»

Tras su viaje a Hollywood con las nominaciones a mejor película, mejor guion y mejor director, el cineasta sueco ya está de regreso en la isla donde tiene su casa, sus suegros y su restaurante favorito

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Redacción

Soledad Bescós

«La primera vez que participé en las campañas por los Oscar fue en 2009. Más tarde, en 2014 con la película Fuerza Mayor, con la que estábamos seguros al cien por cien que íbamos a ser nominados, pero no fue así. La decepción nos llevó a grabar un vídeo divertidísimo para Youtube titulado Director sueco desmadrado al perder la nominación al Oscar. En 2017 mi primera experiencia en la propia gala fue al ser nominados con The Square», recuerda Ruben Östlund de su experiencia en Hollywood, de donde ha regresado tras haber estado nominado por El triángulo de la tristeza.

Ruben Östlund, durante la entrevista en CineCiutat.

Ruben Östlund, durante la entrevista en CineCiutat. / DM

«Pero en esta ocasión era completamente diferente. Ha sido competir en primera línea. Viajas muchísimo a través de todo EE UU, para que tu película la vea la mayor cantidad de gente posible. Intentas que todos los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas también la vean para que voten por ella. Esa es la parte más dura de la competición, ya que ascienden a 10.000 miembros por lo que la estructura es prácticamente igual a como funciona una campaña política. Lo único que aquí no sabes quiénes son los miembros del AMPAS. Se les invita a diferentes proyecciones y se celebran coloquios para observar que tipo de director eres, y si les puedes gustar. En los premios europeos el jurado está formado por seis miembros que ven absolutamente todas las películas y que discuten sobre todas ellas», añade sobre esta última vez en los Oscar.

«El problema radica en que en esta competición en Hollywood hay grandes películas con gigantes como Netflix con presupuestos desorbitados para financiar campañas. Es como la lucha de David contra Goliat. Fue un hito conseguir tres nominaciones», explica el director de 48 años.

"Las tres nominaciones han puesto de nuevo 'El triángulo de la tristeza' en más de 500 cines

Östlund añade que la gran diferencia entre la industria del cine americana y la europea es que en Europa se conecta con la cultura, se discute sobre la sociedad actual y cómo mejorarla. En América se basa exclusivamente en el entretenimiento y el éxito de taquilla. Tener dos Palmas de Oro le ha ayudado a que mucha más gente vea su película y que Hollywood se interese cada año más por él y vaya ganando terreno. «Te vas creando un nombre entre los miembros del AMPAS. Tener un Oscar es prestigioso y te enorgullece, pero lo más importante es que las tres nominaciones han puesto de nuevo El triángulo de la tristeza en más de 500 cines llegando a una audiencia cada vez mayor», subraya.

El cineasta se ha implicado en la vida cultural de la isla.

El cineasta se ha implicado en la vida cultural de la isla. / DM

De la industria americana resalta que son expertos en saber llegar a la audiencia. «Los europeos estamos financiados por el gobierno, con la seguridad financiera que supone, y no nos tenemos que preocupar por la audiencia para sobrevivir, pero en EE UU, si no llenas los cines, vas a la quiebra. Mi objetivo desde Fuerza Mayor ha sido combinar la actitud del cine americano con la intelectualidad del europeo».

Como anécdotas curiosas explica que a pesar de estar nominado tienes que comprar tu propia entrada, que ronda los 750 euros, «aunque al menos tienes barra libre», comenta divertido. Si quieres tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, tienes que pagar 5.000 euros aunque seas Brad Pitt y que, a pesar de la fastuosa decoración para ese día, el Teatro Dolby no es más que un centro comercial donde incluso encuentras McDonald’s o Starbucks. «Todo es un negocio», añade entre risas.

"La cultura en todas sus manifestaciones debería provocar la reflexión y debate, sin dejar de lado el entretenimiento

Retar al espectador

Nunca se definiría exclusivamente como un director satírico, sino un creador de comedias trágicas. «Lo que pretendo es desafiar y retar a mis espectadores, despertar nuevos pensamientos y perspectivas. La cultura en todas sus manifestaciones debería provocar la reflexión y debate, sin dejar de lado el entretenimiento. La experiencia única de una sala de cine es que agrupa un gran número de personas, conlleva la colectividad, hace pensar y preguntar a tu vecino qué le ha parecido, versus el individualismo de las pantallas donde la inteligencia artificial hace deslizar todo el tiempo el dedo», comenta.

«Mis películas reproducen muchas escenas de mi vida. Mi madre se hizo de izquierdas en los 60, mi hermano es de derechas liberal y cada domingo noche que cenamos juntos, hablamos de política muy animados, nos gritamos, reímos, como en un partido de fútbol. En esas cenas encuentro mucha inspiración. Cuando conocí a mi mujer, siendo sueco e hijo de madre soltera, pensé que tenía que coger el toro por los cuernos ya que eso de invitar el hombre siempre a la mujer no lo entiendo, lo que me llevó a inspirarme en los personajes de Carl y Yaya. Por otro lado, Karl Marx, tan presente en esta cinta, no fue únicamente el fundador del comunismo sino también de la sociología. Me gusta el ser humano y estudiar su comportamiento y apuntar sobre el dilema no sobre el individuo», explica.

Su próximo proyecto se titula The Entertainment System is Down, y se desarrolla en un vuelo de 20 horas, donde al poco tiempo de despegar los pasajeros reciben la terrible noticia de que el sistema de entretenimiento no funciona y solo pueden distraerse analógicamente. «Para mí es como un experimento social. El ser humano tiene mucho miedo de estar a solas con sus pensamientos». Añade encontrarse en conversaciones con Pedro Barbadillo y la Mallorca Film Comission ante la posibilidad de rodar un proyecto en Mallorca.

Östlund y su esposa se compraron hace un año una casa en Campos. «Mis suegros viven desde hace tiempo en San Llorenç. Mi suegra tuvo una embolia hace 8 años y desde entonces lo único que puede pronunciar es In den Wolken (en las nubes)», como dice uno de los personajes de la película. Su restaurante favorito, insiste, es Bistro Calle Cruz en pleno pueblo de Campos y solo se mueve por los alrededores como Portocolom, que le encanta, ses Salines y Colònia de Sant Jordi, ya que la mayor parte del tiempo que está en la isla trabaja en casa escribiendo, editando o cuidando de su bebé con su mujer.

Este año presidirá el jurado del Festival de Cannes que se celebrará en mayo, con la intención de recordar a sus colegas «que el papel del cine es conectar con la experiencia colectiva, estimulando a la reflexión y la discusión».

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