El Museu dels Molins honra el patrimonio del Jonquet de Palma

Está en el Molí d'en Garleta y es el único de los elementos etnográficos de Palma declarados Bien de Interés Cultural que se salva de la degradación

VÍDEO | El Museu dels Molins reabre en el barrio del Jonquet, en Palma

Redacción

Redacción

En el barrio del Jonquet hay un oasis de conocimiento y amor por el patrimonio en el único molino que hace honor a la declaración de Bien de Interés Cultural de la zona y se salva de la degradación que sufren los demás. Es el Molí d’en Garleta, la sede del Museu dels Molins, que acaba de reabrir tras su clausura obligada por la pandemia. Lo gestiona el grupo Esment Guies y las seis personas formadas para realizar las visitas guiadas explican a los asistentes numerosos datos y curiosidades de estos elementos etnográficos, como por ejemplo que «el lugar de Europa con más molinos es Mallorca y las diferencias con los de Castilla la Mancha son que allí tienen cuatro aspas y aquí seis, y una base construida», dice Tony, uno de los cicerones.

Él y sus compañeros, Joana Maria Martín, Toni Prats, Mercè Mir, Beatriz Rodríguez y Gabriel Sánchez, trabajan en el Molí d’en Garleta todos los lunes, miércoles y viernes de 10,30 a 13,30 horas y están muy solicitados gracias a las rutas escolares de Palma Educa, aunque también atienden con entusiasmo a quienes se apuntan en esmentguies.es o entran por casualidad, como les sucede a los muchos turistas que se pasean por el Jonquet.

El Museu dels Molins

El interior del Museu dels Molins / DM

«Los guías van a aprender unas nociones básicas de inglés y estamos elaborando folletos en varios idiomas para ofrecer documentos de apoyo, además de textos en braille junto a los paneles», en palabras de la coordinadora de visitas, Celeste Rodríguez. Los martes y jueves no están ellos, sino un miembro de la asociación Amics dels Molins, por lo que el museo abre todas las mañanas de lunes a viernes.

Ayer lo conocieron una pareja de extranjeros y el grupo Esment Agricultura, que habitualmente trabaja en la possessió de Galatzó. Por eso cuando les preguntaron si sabían dónde hay un molino de sangre, «el que se mueve con la fuerza de los animales», supieron responder enseguida, ya que en dicha finca pública hay uno con las mismas características. Bea dijo que «en la isla eran movidos por dos burros y en la península por bueyes, y les tapaban los ojos para que no se mareasen». Contó además que «los harineros tenían gatos para cazar ratones y evitar que se comiesen el trigo».

Cuando llegó el turno de Joana Maria, se encargó de mostrar a los asistentes una maqueta a escala del Molí d’en Garleta, donde está el museo, y en otro momento del recorrido detalló cómo funcionan los molinos de extracción de agua, de los que «en Mallorca hay casi 4.000 de este tipo y los introdujo un ingeniero holandés llamado Paul Bouvij». Su compañero Toni enseñó fotografías antiguas del Jonquet y explicó que el barrio en sus orígenes era de pescadores y Gabriel añadió que actualmente está catalogado por su gran valor patrimonial con la categoría de Bien de Interés Cultural y con un PEP (Plan Especial de Protección) por el cual «no se puede construir en altura».

En la primera línea se hallan sus molinos harineros, «con una cubierta giratoria a la que llamaban capell de bisbe y dos piedras circulares en el interior para moler el trigo», en palabras de Toni Prats sobre cómo eran los valiosos elementos patrimoniales antes de su degradación. Mercè mostró para finalizar los tipos de harina que se elaboraban y los asistentes salieron del Museu dels Molins «muy contentos» de haber aprendido tanto.