ÓPERA CRÍTICA

Amor y muerte en la buhardilla

‘La Bohème’ continúa representándose en el Teatre Principal hoy lunes, el miércoles y el viernes.

‘La Bohème’ continúa representándose en el Teatre Principal hoy lunes, el miércoles y el viernes. / JOSEP MAROTO

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

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Teatre Principal de Palma

  • Solistas vocales. Orquestra Simfònica de Balears.
  • Coros del Teatre Principal de Palma.
  • Dirección de escena: Leo Nucci.
  • Dirección musical: Matteo Beltrami.

París siglo XIX. Lo más cerca que habré estado nunca del mítico cantante Leo Nucci, todo un referente en la tesitura de barítono y en títulos de ópera italiana, mayormente, fue la pasada noche del sábado, cuando el cantante, ahora convertido en director de escena, firmó la escenografía de La Bohème que estos días presenta el Teatre Principal de Palma dentro de su temporada operística. Nucci no vino a Palma, pero sí lo hizo su ayudante, Salvo Piro, que llevó las riendas de esa producción clásica, hermosa, y en el segundo acto incluso efectista, fuera de experimentos ni traslaciones temporales. Esa manera de entender el título pucciniano, uno de los más representados en todo el mundo, es uno de sus valores, pues si la acción pasa a mitad del siglo XIX en una desangelada buhardilla, pues tenemos una buhardilla, si estamos a las puertas de París con nieve, pues cae la nieve y si nos encontramos en una esquina de la capital en Nochebuena, pues allí se traslada la acción. Estructura clásica al cien por cien, sin duda. Un vestuario y unos decorados en consonancia con la producción, así como una iluminación correcta, añadieron valor a la escenografía.

Orquesta. Por lo que a la orquesta se refiere, el director, Matteo Beltrami, estuvo acertado por conservador. No asumió riesgos ante un título que muchos de los asistentes que llenaban (sí llenaban) el teatro, conocen, llevando unos tempi (velocidades) clásicos, a la manera de la propia producción. Tuvo, la orquesta, algunos momentos, pocos, de desajuste tolerable. Por lo cual, dirección orquestal fue de notable.

Coro. El coro del Teatre Principal se ha caracterizado por su irregularidad, ha tenido sus más y sus menos, dependiendo de qué voces dispone en cada momento, pues no se trata, como es obvio, de un coro profesional. Y ahora parece que está en un momento de ir a más. En esa sesión que comentamos cantó afinado, elegante y llevó a buen puerto sus intervenciones en el segundo acto, que son importantes y nada fáciles. Lo mismo sirve para el coro de niños. Bien para los miembros del coro que tuvieron su pequeña intervención como solistas.

Solistas vocales. Sobre todos los roles principales debemos situar a Lianna Haroutounian, que cantó una muy buena Mimí. Teatralmente correcta y enormemente musical. Vocalmente, de sobresaliente. Cantó muy bien en todas sus intervenciones, tomando protagonismo en las escenas compartidas con Andrei Danilov, un Rodolfo de voz ligera, poco potente, pero correcta en los agudos y casi imperceptible en los graves. David Menéndez cantó un buen Marcello y la Musetta de Marga Cloquell fue también notable; nuestra cantante se crece día a día, producción a producción. Enhorabuena. De diez Tomeu Bibiloni como Schaunard y Manuel Fuentes como Colline, dos roles que están muy por debajo de sus posibilidades, pues bien pueden asumir riesgos más complejos sin ningún problema. Lo mismo que Jorge Tello, que cantó el doble papel de Alcindoro y Benoit; Tello tiene voz y presencia escénica para retos mucho más complicados. Enhorabuena a los tres, que, junto a Cloquell, demostraron, una vez más, que en la isla disponemos de voces muy, pero que muy interesantes.

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