Récord

Danielle Steele, la reina del romance, alcanza los mil millones de libros vendidos

Danielle Steele.

Danielle Steele. / LACOMBE

Natalia Araguás

Con solo 19 años, Danielle Steele (Nueva York, 1947) tuvo a su primera hija, Beatrix, y completó su primera novela, 'Regreso al hogar', sobre una estilista divorciada que se refugia en su ciudad natal, Nueva York, tras descubrir casi a la par que su nuevo amor la ha dejado embarazada y que yace con otra en su propia cama. Ocho hijos y casi 200 libros después, traducidos a 43 idiomas, 22 veces llevados al cine, no se puede negar que Steel es una de las personas más prolíficas que hayan poblado la Tierra. Esta semana ha llegado a las librerías españolas su último título, 'Buscando a Ashley'.

La autora acaba de alcanzar los mil millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, cuatro millones de ejemplares solo en español, según su editorial Plaza&Janés. Hasta a la propia Steele le parece mucho, confiesa en su blog a la luz de sus 75 años; lo consigue trabajando en paralelo hasta en cinco libros a la vez y publicando una media de seis al año. No duerme, claro está: con cuatro horas por noche le basta. Se jacta de amanecer a menudo, tras haber caído rendida, con las teclas de su vieja máquina de escribir Olympia grabadas en la frente –la compró por veinte dólares al principio de su carrera y la ha amortizado de sobras, le gusta bromear– y de jugar en la misma liga de ilustres insomnes que Napoleón, Margaret Thatcher y Barack Obama. 

“Creía que me había casado con una mujer y me di cuenta de que me había casado con una trama”, habría dicho sobre ella John Traina, el cuarto de sus cinco maridos. Hija única de padre alemán, descendiente de los dueños de la cerveza Lowenbrau, y de madre portuguesa, Danielle Steele se crió en París a partir de los seis años. De allí sacó su dominio del francés –ha recibido incluso la Legión de Honor– y no poca inspiración sobre eventos sociales para vestir sus novelas.

Tras el divorcio de su primer marido, el banquero francés Claude-Eric Lazard, con quién se casó recién cumplidos los 18, la escritora pareció querer convertirse en uno de sus personajes: su vida acomodada se complicó de forma inverosímil al enamorarse del hombre equivocado. Con tal de distraerse tras la ruptura con Lazard, realizó un voluntariado en la cárcel, donde conoció a su segundo esposo, el convicto por robo de bancos y asalto sexual Danny Zugelder, con el que se casó en la capilla de la prisión. Estuvieron juntos cuatro años y tras el divorcio contrajo matrimonio con el exheroinómano condenado por robo William George Toth, poco antes de dar a luz a un hijo, Nick. “Soy probablemente la persona más conservadora que vayas a conocer. Soy muy religiosa”, se sinceró en Entertainment Weekly. “He sido así toda mi vida, por eso me casé con esos dos tarados en vez de solo acostarme con ellos”, añadió.

Ya en los ochenta, libre de nuevo, conoció al viticultor John Traina, que al igual que ella tenía dos hijos, su amor más duradero. Después de que este se divorciara quedaron para almorzar en Año Nuevo de 1981, él le propuso matrimonio en San Valentín y el 14 de junio de ese mismo año ya estaban casados. Traina adoptó legalmente a su hijo Nick, juntos tuvieron otros cinco hijos, hasta sumar nueve entre los dos. Fueron 17 años felices en los que formaron una gran familia, no exentos de sombras: juntos afrontaron el suicidio de Nick, que sufría trastorno bipolar, con solo 19 años, en 1997. A él le dedicó Steel su libro más preciado, 'Su luz interior', y creó una fundación en su honor para ayudar a otros enfermos mentales. El matrimonio naufragó un año después y fue por esa época cuando Danielle Steel sufrió el único bloqueo creativo que ha tenido en su vida: 14 meses sin aporrear su Olympia, en los que temió no volver a ser capaz de escribir.  

Perder a otro hijo es su mayor temor, ha confesado; su mayor pesar, “haber estado casada más de una vez”. Hubo aún un quinto marido, el financiero de Silicon Valley Tom Perkins, con quien estuvo cuatro años. Ni su azarosa vida sentimental ni su papel como madre de familia numerosa distrajeron jamás a Danielle Steel de la escritura. 

Principalmente, lo que he hecho en mi vida es criar hijos y escribir. Siempre he sido una madre trabajadora, lo que a veces es un acto de malabarismo increíble, especialmente con muchos niños”, se presenta en su web. A día de hoy, la escritora lleva una vida de ensueño, a caballo entre sus casas de San Francisco y París, donde se deja caer en desfiles de alta costura, su pasión más duradera con permiso de la literatura romántica. Dueña de un fabuloso armario donde imperan las grandes marcas -su maison favorita es Chanel- y 6.000 pares de zapatos Louboutin, ha inculcado el amor por la moda a tres de sus hijas, Samantha, Victoria y Vanessa, quien se dedica a la consultoría de moda de forma profesional. 

Camino de cumplir los ochenta, Steele sigue con su estajanovismo literario, sin más secretos que no probar el alcohol ni tampoco las verduras. “Siempre he dicho que la única cosa verde que me gustan son las esmeraldas”, ha bromeado. A estas alturas solo espera morir en paz, con buena salud física, activa y rodeada de sus hijos, según confiesa. En los últimos tiempos, ha tenido que despedirse de su agente, Mort Janklow, y de su querida amiga, la periodista Barbara Walters, que apostó por ella dándole notoriedad cuando era una debutante desconocida. Sea cual sea el desenlace, la vida de Danielle Steele ha sido tan rica en acontecimientos como sus tramas románticas.   

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