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Pau Coya: «Las limitaciones textuales y temporales te espabilan y obligan a estrujar la cabeza mucho más»

El ganador del Torneig de Dramatúrgia con ‘Pols de diamant’ valora que la obra se convierta en radioteatro

El dramaturgo Pau Coya, el sábado en el Teatre Mar i Terra

El dramaturgo Pau Coya, el sábado en el Teatre Mar i Terra / Pere Joan Oliver

Raquel Galán

Raquel Galán

La obra Pols de diamant narra una supuesta agresión homófoba a un joven frente su casa cuando volvía de fiesta una madrugada. Su denuncia alcanza una enorme cobertura mediática y consigue que instituciones y asociaciones LGTBI se movilicen a favor de la víctima. Pero un mensaje en las redes sociales deja entrever que algo se está ocultando. Se trata de «una historia de gran actualidad» donde «los prejuicios y el miedo conviven con la tecnología y la presión social», según la sinopsis del texto ganador de la IX edición del Torneig de Dramatúrgia.

Calificaron esta edición de «la más valiente». ¿Lo han dicho especialmente por su texto?

No lo creo. Los cuatro autores hemos presentado propuestas interesantes y valientes, ya que han puesto sobre la mesa temas sociales que son incómodos, más aún a la hora de representarlos en un escenario y que el público los reciba de forma amable. No es nada fácil, aunque han surgido planteamientos muy válidos.

¿En qué se inspiró su texto?

En el caso de Malasaña en el que supuestamente un joven fue atacado por ocho encapuchados. Los investigadores descubrieron que se había inventado todo.

¿Qué quiere poner de relieve el inesperado giro de guion?

Aquel caso tuvo una enorme repercusión, como otros en los que se denuncian las injusticias sociales, aunque muchas veces sucede que son utilizados por los partidos políticos para pelearse entre ellos y por los medios de comunicación sensacionalistas para sacar tajada, mientras las víctimas quedan olvidadas. En la obra la víctima es glorificada y, cuando se descubre el pastel, ocurre todo lo contrario, porque el tratamiento de la información incita al odio, que se traslada a las redes sociales y el linchamiento público.

¿De dónde viene el título?

Los diamantes siempre se han representado como un mineral indestructible. Todo el mundo piensa que su dureza es extrema porque solo otro diamante lo puede rallar, pero en el fondo es una piedra muy frágil y, como dice el texto de la obra, con un martillazo lo puedes pulverizar. Quería reflejar la falsa apariencia y la hipocresía de todo.

¿El Torneig de Dramatúrgia es un reto a la hora de escribir?

Totalmente. Las limitaciones textuales y temporales hacen que te estrujes la cabeza mucho más, te espabilan, porque no tienes la comodidad, entre comillas, de escribir sin fecha límite, en la que lo dejas si te falla la inspiración. En mi caso, tener dicha presión me hizo crear este texto. De lo contrario, no lo hubiera hecho o lo hubiese escrito de forma muy diferente, como hacía mis textos anteriores. Me siento orgulloso de lo que ha surgido.

Ahora hay que competir en Temporada Alta.

El nivel de ansiedad se irá por las nubes, ya que ahora tengo que escribir otro texto que sea mejor, pero cojo el guante muy animado. Y también me hace muchísima ilusión que tanto esta obra como la otra finalista se grabarán en IB3 para radioteatro, un formato que nunca he tocado.

Como maestro, fue impulsor de Aula Diversa para dar mayor visibilidad al colectivo LGTBI. ¿La educación es la clave?

Por supuesto. Mis dos mundos me permiten utilizar un altavoz para visibilizar que las personas LGTBI existimos con naturalidad aunque la docencia lo posibilita aún más, porque trabajas en ello desde que son pequeños. Fuimos pioneros y ahora ya se visibiliza en todos los sectores. Temía que se quedase en una burbuja, pero no ha sido así.

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