El Museu Marítim de Mallorca se moderniza con 800.000 euros y más salas expositivas

El Museu Marítim de Mallorca coge velocidad de crucero con el inicio este lunes de las obras de reforma del inmueble de Ses Voltes para modernizarlo y hacerlo accesible a todo el mundo. Después de la adecuación de las salas situadas dentro de la muralla, declarada Bien de Interés Cultural, llegará el turno de la nueva museografía con más espacios expositivos, y la ampliación de personal con el fin de incrementar la seguridad.

El presupuesto global del Consorci del Museu Marítim, formado por el Govern y el Consell, asciende este año a cerca de 800.000 euros y tiene el objetivo de «ofrecer al público un museo moderno, muy relacionado con el presente y en el que se tratará el mar de forma transversal», tal como destaca el director, Albert Forés.

El actual espacio se encuentra «bajo mínimos», aunque la idea es que siga abierto de martes a domingo mientras transcurren las obras, que se harán por fases. «Si finalmente vemos que no es posible, intentaremos cerrar el menor tiempo necesario», dice. En total la reforma durará medio año. La primera intervención es en los baños y camerinos, ambos clausurados. Tanto estas salas como la entrada y la salida se adaptarán para cumplir la ley de accesibilidad universal y en los accesos se colocarán puertas automáticas.

A continuación se empezará con la instalación de aire acondicionado y ventilación en las tres salas que todavía carecen de climatización, lo que «además reducirá los problemas de humedades que tienen actualmente». Otras mejoras básicas son la actualización de medidas contraincendios, incluyendo los sistemas de detección de humos, y la adecuación de la instalación de baja tensión.

De una a cinco salas

Actualmente solo hay una sala expositiva tras el cierre de la muestra temporal sobre la isla de Sa Dragonera. El espacio que permanece abierto cuenta con cinco de las embarcaciones tradicionales de la flota pesquera de artes menores, restauradas por los maestros de ribera (mestres d’aixa) del Consell. Cuando las obras finalicen, esta sala será la última que el público visitará. «En la entrada se presentará cuál es la filosofía del museo, que incluye su visión transversal, porque se tratan todos los temas relacionados con el mar, entre ellos históricos, arqueológicos, navales, de biología marina, etc.», enumera Alberto Forés.

Tras esta introducción, viene la primera sala, que «detallará el decálogo de buenas prácticas en el mar, en el que se habla de la protección de la posidonia, la recuperación de la pesca de proximidad, el tejido asociativo que trabaja a favor del patrimonio marítimo, los oficios vinculados al mar, el lenguaje, la gastronomía, la visibilización de la mujer en el ámbito marino, el problema de los plásticos...», tal como especifica el director.

La segunda sala está dedicada a la historia de los isleños desde los primeros pobladores hasta la actualidad «para saber de dónde venimos y quiénes somos, lógicamente relacionado con el mar, porque fenicios, romanos, árabes y cristianos fueron navegantes y hoy en día también se produce la llegada desde el mar», recuerda. En ella se mostrarán algunos yacimientos arqueológicos subacuáticos, así como maquetas de barcos, cartas de navegación y diversa documentación y piezas que dan forma al discurso expositivo.

En el tercer espacio se abordará el comercio marítimo desde el siglo XVIII hasta principios del XX «para incidir en que Mallorca fue una potencia mundial», según destaca. Y también se ilustrará con documentación y objetos del comercio con las Indias.

La pesca y las reservas marinas de Balears son las protagonistas de la cuarta sala, que «planteará el debate sobre la necesidad de protección total o la convivencia con la economía de las islas que vive del mar», plantea Forés. Por último, las embarcaciones de la flota tradicional y un taller de mestres d’aixa pondrán el punto final al futuro Museu Marítim.

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