Herodes y el demonio incendian 'L'Adoració dels Reis'

Los malvados defendieron en Ses Voltes la especulación y la saturación con las morcillas de actualidad

Raquel Galán

Raquel Galán

La reina Herodes, porque este año era mujer, se tapaba los oídos llena de angustia al escuchar la profecía de la Sibil·la. Ella misma la había provocado. «Somos los que nos llevamos los beneficios gracias a la costa, la naturaleza no nos importa», aseguró poco antes definiéndose como especuladora del territorio. «Y si al GOB seguís escuchando, el que la cabeza va inflando...», advirtió al público que abarrotaba Ses Voltes.

Su arenga contra el medio ambiente en las morcillas de actualidad de L’Adoració dels tres Reis d’Orient fue respaldada por el demonio casi al final de la representación teatral celebrada ayer. «En esta época de confusión, la maldad se extiende. Pandemias, volcanes, guerras, turistas y más turistas. ¿Aún no entendéis mi mensaje? [...] Me esfuerzo, pero se visten de mí con una alegría que no puedo soportar. Rojos, ecologistas, pervertidos, malvados, feministas... amplían el ejército de resistencia. Han reclutado mujeres que dicen ser hombres y hombres que dicen ser mujeres», enumeró Satanás, que en vez de un pequeño guiño irónico o reivindicativo hizo un largo alegato a favor de continuar con el mal que expande.

Interpretado por el concejal de Justicia Social del ayuntamiento de Palma, Alberto Jarabo, criticó veladamente la decisión que tomó su antigua regidora, Sonia Vivas, y que le obligó a dimitir. «Os impediré el acceso a la vivienda y para hacerlo invitaré a lesbianas de todo el mundo para comprar casas en la Part Forana, donde no han estado nunca», como dijo el diabólico Jarabo. La otra malvada de la 38 edición de la obra teatral en verso escrita por Llorenç Moyà fue Maria Magdalena Pons, actriz, maestra y la primera mujer en 15 años que representaba ese papel, según destacó el director, Bernat Pujol, junto a Mateu Fiol.

El Secretario de Herodes, al que ayer dio vida Josep Salmeron, fue quien se llevó los mayores aplausos, sobre todo al contar que salió del armario y que «en pleno siglo XXI no deberían existir», en palabras del periodista de IB3. También hubo más de un guiño a los migrantes y críticas a los que «no tienen empatía» con aquellos que «son diferentes y buscan aquí una nueva vida», como afirmó el General, interpretado por Xisca Mir, la secretaria de organización de Mes per Palma. El Rey Melchor, Jaume Pla, recordó la violencia machista y la que provocan los «conductores de patinetes sobre la acera que atropellan y destrozan la pierna de María», afirmó el policía jubilado y vocal de ARCA haciendo referencia a un reciente suceso en Palma.

El colectivo docente, que este curso se ha tenido que adaptar a la nueva ley educativa, la Lomloe, estuvo presente en varias de las morcillas que soltaron los actores aficionados, debido a que han ido «de cabeza, como los profesores de Secundaria», en palabras de la criada de Gaspar, Tània Salas. Tampoco faltaron referencias a la gestión municipal, por sus «ratas, suciedad y asfalto, sobre todo en el bosque de Bellver», enumeró Gaspar, al que dio vida Lourdes Roca, de Nuevas Generaciones del PP.

Y hubo guiños positivos porque para el Doctor de la Ley Daniel Oliveira, regidor del PSOE en Cort, «todo el mundo se pasea porque el bus es gratis». El caso Cursach, la visita de Armengol al bar Hat durante la pandemia, el mundial de Qatar, el rey emérito, Froilán, la masificación turística y los cruceros, entre otros temas, también salieron a relucir en una Adoració dels Reis cuya maestra de ceremonias fue la actriz Asun Planas, aunque se sentía como un personaje de Robert Wilson.

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