Orquestra Simfònica de Balears: ¡PIOTR!

Monográfico Piotr Txaikovski. Ese fue el programa que la Simfònica nos presentó el pasado jueves en Palma y el viernes en Manacor, rentabilizando esfuerzos, como debe ser.

Dos obras del gran compositor ruso llenaron toda la sesión. Una, sobradamente conocida, como es el Concierto para piano número 1, y otra menos popular, pero que bien merece ser programada con más asiduidad, la Primera Sinfonía.

En ambas obras, nuestra formación estuvo como nos tiene acostumbrados cuando el frente se sitúa una batuta sólida: realmente bien. Lionel Bringuier supo imprimir a nuestros músicos la confianza necesaria para que, sin una dirección efectista, ofrecieran una versión muy comedida en el concierto y efectista y clara en la sinfonía.

En la primera parte, el maestro entendió que el protagonismo era para el solista, su hermano Nicolás, que estuvo muy bien, aunque un tanto falto de esa especial emotividad tchaikovskiana; sin caer en una lectura plana, sí hizo una versión poco exultante. La orquesta se mantuvo en un segundo plano, muy comedida, incluso demasiado.

En cambio, en la segunda parte la música brotó con todo su esplendor, iniciando un auténtico viaje invernal por esos mundos de ensueño. De hecho, la obra lleva un subtítulo: Sueño de invierno.

Con esa obra, Tchaikovsk nos traslada del frío de la nieve en el primer movimiento a una tierra desolada en ese magnífico Adagio, para después hacernos bailar una especie de vals en el Scherzo, para terminar contemplando unos jardines llenos de flores. Y tanto director como músicos entendieron a la perfección esa jornada curiosa, de invierno, pero nada fría musicalmente hablando, haciéndola suya y transmitiéndola al público a la perfección.

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