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Andreu Martorell, el mallorquín de 'La isla de las tentaciones': «Cada mujer es como un libro, del que puedes sacar mucha información»

El también músico y poeta sostiene que «no hay oro que pueda tapar un premio como el salir de este programa con tu pareja y que salga reforzada tu relación»

Andreu Martorell: «Hay que dejarse tentar»

Manu Mielniezuk

¿Qué le ha llevado hasta un reality como el de La isla de las tentaciones

Mi pareja y yo decidimos rellenar el formulario echándonos unas risas, para ver qué pasaba, pero empezamos a pasar fases y más fases. La cosa al final se puso seria, fuimos a Madrid, hicimos el último casting y fuimos seleccionados. Pensé que estar en el reality me podría ir bien para la música y también nos pondría a prueba como pareja, ya que nunca nos habíamos enfrentado a algo duro, y si salía bien daríamos el salto para irnos a vivir juntos.

El otro día le vi llorar desconsoladamente. ¿No siente rubor al mostrar sus sentimientos ante una audiencia millonaria?

No. Soy una persona muy transparente. Si tengo que expresar mis sentimientos, lo hago. Es verdad que en La isla de las tentaciones todo se incrementa mucho, el riesgo de perder a una persona a la que quieres juega un papel muy importante, y también el estar en un ambiente con gente muy diferente a ti.

No sería mejor hablar con su pareja antes de ponerse en riesgo de perderla.

Hay muchas parejas que viven algún episodio traumático, alguna experiencia difícil, y eso les refuerza como pareja. Así que decidimos poner toda la carne en el asador con La isla de las tentaciones.

¿Cómo conoció a su pareja, Paola Monzani? 

En un gimnasio. Llevaba días fijándome en ella y a la cuarta vez que la vi me animé a hablar. Fui sincero, le dije que llevaba tiempo viéndola y que siempre me iba con ganas de charlar con ella. Le pedí el Instagram, que es lo que se pide ahora, porque el número de teléfono es como muy invasivo. A partir de ahí todo surgió sobre la marcha.

¿Cree en el amor a primera vista?

Con ella tuve un flechazo. Creo que sí puede existir eso. 

Andreu Martorell, músico y poeta

Andreu Martorell, músico y poeta / MANU MIELNIEZUK

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¿Y con el resto de relaciones?

Solo he tenido una más. Es verdad que era más joven y no lo supe llevar tan bien. Estuve tres años con ella, pero algo fallaba. Cinco años después conocí a Paola. Yo sigo aprendiendo, porque en el amor siempre se aprende, hasta que nos morimos. 

¿Qué buscas en una relación?

Sinceridad, transparencia, comunicación, que seamos como un equipo. Y mucho cariño.

Sus dos pasiones van de la mano: poesía y música. ¿Qué se puede encontrar en Ultimátum, su primer y único poemario publicado hasta la fecha?

En Ultimátum hablo mucho de la injusticia, de cómo la entiendo yo. También lo hago sobre el desamor a partir de experiencias con otras mujeres. Cada mujer es como un libro, del que puedes sacar mucha información.

¿Le ha tratado bien el amor en la vida?

Sí, pero también me ha reventado. Así es la vida, hay que saber estar en lo más hondo para apreciarlo cuando lo tienes y el amor es correspondido. El amor no correspondido te deja hecho polvo pero te abre ventanas para querer mejor luego.

¿Prepara algo relacionado con poesía?

Sí, el próximo día 16 presentaré en Es Berenar, en el número 6 del Carrer de Francesc de Borja Moll, una reedición de Ultimátum. La poesía es un anestésico para el alma. En los momentos en que estás en guerra contigo mismo, la poesía te da un sosiego. Te permite conocerte, estar en contacto contigo mismo. Escribir me permite transformar la mierda, el barro, en algo más estético.

¿No teme que la televisión desvirtúe la imagen que usted quiere dar?

Así es la televisión, como se te quede cara de reality, estás jodido. En ese mundo se ve la capa más superficial de la persona. Es verdad que a veces hay poco donde rascar pero también es cierto que hay gente que vemos por la tele que tiene mucho más mundo que el que nos enseñan. Sí tengo un poco de miedo de que se desvirtúe mi imagen pero las redes sociales y las entrevistas en medios son una ventana muy buena para darse a conocer.

Andreu Martorell se reivindica como músico y poeta

Andreu Martorell se reivindica como músico y poeta / MANU MIELNIEZUK

¿La literatura y la música son tentaciones en las que todos deberíamos caer? 

Sí, hay que coquetear con ellas alguna vez en la vida. Cualquier forma de expresión artística siempre es necesaria, funciona como terapia y te permite sacar lo que llevas dentro. 

¿Qué premio puede otorgar un programa como La isla de las tentaciones?

El triunfo del amor, y también el conocer una cara B mía que no sabía que existía. El programa me ha permitido saber cuáles son mis límites mentales. No hay oro que puede tapar un premio como el salir de ese programa con tu pareja y que salga reforzada tu relación. No te puedo decir nada de si sigo o no con mi pareja (risas).

Pues dígame algo de su futuro como músico, mundo en el que se le conoce con el nombre artístico de Ruenda.

No soy mucho de hacer planes a largo plazo, pero seguiré con la música. Quiero juntarme con gente del mundo artístico que me pueda aportar muchas cosas. La música es lo que me mueve. Disfruto con el proceso. Ahora mismo estoy trabajando en un EP, del que tengo cinco canciones. Quiero hacer una más. Ese disco será mi presentación. Lo estoy grabando con Dani Ambrojo como productor, una eminencia. Al margen de Tentadora, que es la canción más comercial, se podría decir que el género en el que me muevo más cómodo es el dance pop, el funky, transmitir y al mismo tiempo bailar. Ese tipo de música es el que más me divierte. Desde que estoy en La isla de las tentaciones he notado un mayor interés hacia mi música, pero también hay burla y crítica. Hay trends virales de una cagada que hice en directo con Sandra, al estar con los nervios a flor de piel, un desastre. La gente piensa que yo me quiero meter en la música a partir del programa, que por sacar un tema ya que me creo cantante. Y la verdad es que llevo muchos años escribiendo, canciones, rap y poesía. 

[La entrevista, que se realiza en una terraza de la calle Blanquerna, se ve interrumpida en varias ocasiones por viandantes que le piden un selfi con él]. ¿Siente la popularidad como un peso?

Sinceramente, estoy muy agradecido. No sé si con el tiempo me pesará o no, pero a día de hoy me encanta que la gente me pare por la calle.