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María Esclapez: «Las jóvenes siguen creyendo en el mito del príncipe azul»

La psicóloga y divulgadora, con 330.000 seguidores en Instagram, ha presentado en Palma su último libro, ‘Me quiero, te quiero’

María Esclapez: “Cuando rompes con una relación tóxica, hay que tener contacto cero”

María Esclapez: “Cuando rompes con una relación tóxica, hay que tener contacto cero” B. Ramon

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María Esclapez: “Cuando rompes con una relación tóxica, hay que tener contacto cero” Raquel Galán

El libro Me quiero, te quiero, de la psicóloga María Esclapez, se inicia desmontando en 20 puntos los mitos del amor romántico, que entre otras cosas «son el caldo de cultivo de las relaciones tóxicas». En estos «conocimientos latentes que todos llevamos en nuestra mochila emocional», hay frases como «quien bien te quiere te hará llorar, el amor todo lo puede, no pasa nada si me sacrifico por la relación porque el amor es lo más importante, los celos molan, el príncipe azul existe» y toda una retahíla de «aprendizajes sobre cómo debería ser una relación, qué es una pareja y otras cosas que pesan mucho en la mochila y condicionan el desarrollo de una relación sana», en palabras de la también sexóloga y terapeuta, que esta semana estuvo en Palma presentando su exitosa guía.

Pudiera parecer que los mitos han sido desterrados por los más jóvenes, ya que «los identifican y los rechazan, pero después ves que los repiten en sus relaciones sin darse cuenta». Según añade la divulgadora, con más de 330.000 seguidores en Instagram, «pese a que obviamente no se produce siempre, la mayoría tienen ciertos comportamientos que esconden dichos aprendizajes». Esclapez pone como ejemplo el conocido deseo del príncipe azul o la media naranja: «Las jóvenes continúan creyendo en el mito. No lo dicen directamente, aunque descubren sus pensamientos al confesar que cuando tengan pareja todos sus problemas van a desaparecer. Se imaginan que serán más felices con alguien y en absoluto tiene por qué ser así», destaca.

Todo lo contrario se produce en una relación tóxica, aquella en la que «estamos en una situación de sufrimiento emocional que se repite en el tiempo, un malestar que nos condiciona en el día a día y cuya causa es una relación en la que hay más aspectos negativos que positivos». Afirma la autora de Me quiero, te quiero que «por mucho que las cosas buenas sean muy buenas, si lo malo prevalece y tiene continuidad, tenemos que escuchar a la vocecita interior, a nuestra intuición, y dar el paso».

María Esclapez: «Las jóvenes siguen creyendo en el mito del príncipe azul»

Necesidad de cambios

Advierte de que «no significa que debas romper la relación sin más, sino que hay que ser consciente de que algo está ocurriendo, que está claro que no es una relación sana, que hay que poner nombre a lo que te pasa, lo que sientes, e incluso detectar si se producen abusos emocionales, ya que se suelen camuflar muy bien y los normalizamos», explica.

Por supuesto, «hay que dar un paso y realizar cambios porque son muy necesarios. Dentro de la relación, si es tóxica y además hay una dependencia, es muy difícil debido a que hay un enganche, una adicción, que no notas hasta que alguien externo te la señala», advierte la especialista. Lo único que siente quien la padece, según añade, es que «unos días estás muy bien y te casarías con esta persona hasta que la muerte os separe y otras veces, muchas, solo te hace sufrir y estás muy mal. Esta montaña rusa emocional, como la llamamos los psicólogos, tiene que encender las alarmas».

Cuando la situación se torna irreversible, hay que cortar con la relación tóxica y aplicar una de las herramientas más importantes para la terapeuta: «el contacto cero, que es no saber nada de esa persona una vez hemos roto, es decir, tenemos que eliminar su número de teléfono y bloquearla en las redes sociales porque como hay un vínculo tóxico adictivo, siempre vamos a tener el riesgo de volver a caer en la relación y al mismo ciclo dependiente en el que estábamos».

Regar la planta

A lo largo del libro habla de cómo construir una relación sana, ya que «no se encuentra», sino que hay que crearla y regarla día a día, aconseja utilizando el símil de las plantas. «Se trata de detalles como una sonrisa, preguntar cómo te ha ido el día, comentar qué bien te quedan estos pantalones o aquel vestido, dar las gracias por haber hecho el desayuno... Al final todo lo que suma no resta. Siempre nos quejamos mucho y reforzamos muy poco, no solo en la relación de pareja, sino también en todas las demás», lamenta.

Las personas que acuden a la consulta de María Esclapez son a menudo las que están a punto de separarse y la visitan como último recurso. «El trabajo en esta fase de la relación es muy difícil debido a que tienen todo tipo de reproches y ninguna actitud de querer seguir juntos, aunque lo intenten». Lo primero que hace la psicóloga es analizar si existe una relación de dependencia, ya que en tal caso deben ser tratados por separado y recibir un acompañamiento para la ruptura si no hay cambios. Como casos excepcionales, dice que «algunas parejas han venido a terapia porque quieren prevenir posibles problemas. Sorprende, pero bienvenidas sean».

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