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En contra

Pere Colom: «He logrado que mujeres normales pierdan el miedo a la desnudez»

Pere Colom (Sóller, 1955) fue músico con el legendario Kevin Ayers, y saltó a la fotografía tras una portada en la legendaria ‘Photo’. Montó su propio estudio, y en ‘Mallorca, diosas de cuerpo y alma’ recoge los desnudos de medio centenar de modelos no profesionales de todas las edades y anatomías.

Pere Colom Pere Joan Oliver

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Ha retratado el erotismo de la mujer mallorquina?»

Para mí no hay ningún erotismo. Cuando ellas ensayaban posturas, les decía: «Déjate llevar, sé natural». He logrado que mujeres normales se quiten el miedo a la desnudez, el libro las empodera.

¿Sus fotografiadas tenían derecho a veto?

La censura la he puesto yo, para que no saliera ningún pubis.

¿Ellas podían decidir qué desnudo salía en el libro?

Sí y no. He sido respetuoso, y les mostraba las fotos seleccionadas. A veces elegían una distinta a la que yo proponía, pero por criterios solo estéticos.

¿Qué se le dice a una mujer madura para convencerla?

Que tenga confianza y que se muestre como es. Aunque firmaron un papel de autorización, siempre les insistía en que «no se publicarán si no te gustan, ponte cómoda».

Una profesora, una abogada,...

O la médica de mi madre, que tiene 56 años y se presta con orgullos y entusiasmo.

Me temo que no conocemos a las mujeres.

No vas mal. Son más abiertas, fuertes y valientes que nosotros.

¿Quién le dijo que no?

Todas estuvieron de acuerdo. No hubo ningún problema de casting, quizás porque he tenido buen ojo. A la mayoría no las conocía, pero tampoco me dirigía a ellas de noche, cuando parece que estás ligando.

¿Alguna se arrepintió tras haber posado?

Dos, y ahora se arrepienten de no haber salido en el libro, dicen «que lástima». Puede que dieran marcha atrás por la influencia de la pareja o por un corrector dental.

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Pere Colom retrata a las diosas de hoy Pere Colom

¿Se sentían «diosas» al posar o al verse retratadas?

Todas las mujeres tienen una diosa dentro para alguien, aunque no sea yo. Me he limitado a extraer esta Venus en la fotografía. Cada una me ha enamorado, aunque solo sea durante dos minutos.

¿Una vez en situación se desnudaban más de lo pactado?

No había pacto. Les explicaba que «yo quiero hacer esto, pero tú decidirás qué quieres enseñar». Se quitaban capas de encima.

Sus diosas demuestran que las modelos profesionales no tienen ningún mérito.

Las modelos nunca son ellas mismas, siempre actúan. Las mujeres del libro no fingen, se muestran como son, sin aspavientos. La inmensa mayoría venían sin maquillarse. Me sorprendía, cuando se disponían a posar.

Su libro también demuestra que el esplendor del cuerpo femenino coincide con la década de los cuarenta.

El esplendor se da por igual a todas las edades, no depende de la tersura de la piel.

¿Qué le contaron sobre la experiencia de su desnudez?

Estaban encantadas, se han empoderado al enfrentarse al mundo. Me preguntaban cuándo saldría el libro, retrasado por culpa de la covid.

No entiendo nada, esta Mallorca nuestra ha cambiado mucho.

A los 16 años me dejé los cabellos largos, íbamos a la playa desnudos, las mujeres se quitaron el sostén y el miedo. Hoy se monta una polémica por cualquier cosa, como un pezón en las redes sociales. Me pregunto si vamos hacia atrás en vez de ir hacia adelante.

¿Y qué se contesta?

Veo autocensura por todas partes, y me preocupaba dónde me estaba metiendo con el libro. Pero el proyecto es natural y las mallorquinas actuales están por encima de sus antepasadas. Han dado un paso al frente bestial.

¿Publicaría un libro con hombres desnudos?

No, porque no sabría qué hacer con ellos. Admiro a las mujeres, su cuerpo y su belleza, pero los hombres no tienen ningún atractivo para mí.

¿Cuántas candidatas tiene para el segundo tomo de ‘Diosas en cuerpo y alma’?

No creo que sea necesario, vamos a divulgar de momento el primero. Me hubiera gustado alguna con una ablación, una vino a posar sin saber la gravedad de su cáncer.

Su primer agradecimiento es para su esposa.

No le invité a que participara porque es más espiritual, pero desde el principio me apoyó con entusiasmo en un asunto muy delicado.

No sé si he percibido la segunda mitad de sus retratos en «cuerpo y alma».

Claro que está, sus miradas te hablan de su alma y mi mujer me dijo que «las has clavado». He conseguido sacar las almas de estas mujeres, ya solo nos falta por quitar la capa del cuerpo.

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