La artista Pauline Fondevila ha escrito parte de la letra de la canción de Antònia Font Batiscafo Katiuscas en las velas de embarcaciones de vela latina que ayer salieron a navegar por la Bahía. Es una iniciativa del Casal Solleric que se enmarca en las actividades de la Biennal del Pensament. Por otra parte, el grupo mallorquín agotó las entradas para el concierto que dieron anoche en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

La banda, formada por Joan Miquel Oliver, Pau Debon, Jaume Manresa, Joan Roca y Pere Manel Debon, lo agradeció a sus seguidores en las redes sociales: «¡Sois muy bestias! Entradas agotadas en el Palau Sant Jordi». Este es el último concierto programado de Antònia Font por el momento, que en junio volvió a subirse a los escenarios en el Festival Primavera Sound después de ocho años de parón y que ha actuado este verano en Inca y Valencia.

Respecto a la performance en la Bahía titulada La promesa de la mar, asistieron el teniente de alcalde de Cultura y Bienestar Social de Cort, Antoni Noguera, junto con otras personalidades. Es la primera vez que Fondevila la hace con barcos de vela latina, aunque ha realizado acciones similares en diferentes ciudades del mundo desde 2010 con Optimist.

Tres de los barcos de vela latina participantes en la ‘performance’. CORT

El método de trabajo que emplea consiste en transcribir frases en el idioma del lugar donde se hace la acción, que son pintadas sobre velas con la colaboración de estudiantes de arte, en este caso de estudiantes de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Balears (Esdib). Noguera remarcó el valor de la acción porque «esta perfomance coloca a Palma dentro de una iniciativa de gran belleza visual y que conjuga elementos tan importantes como la poesía, el mar y el patrimonio».

La letra de la canción escogida, Batiscafo Katiuskas, construye un imaginario utópico que se va hilando con referencias a otros grupos de música indie, expresiones poéticas y títulos de novelas, así como un extracto de una crónica periodística de Enrique Vila-Matas que da el subtítulo al proyecto, El viatger immòbil. Hace referencia a ese personaje que, desde la orilla, sentado en un lugar de la isla, mira e imagina los barcos navegar, como una imagen que lleva ecos del pasado y al mismo tiempo se proyecta en el futuro.