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Antònia Vicens: «Siempre busco milagros en las cosas pequeñas y humildes»

La autora, Premi d’Honor de les Lletres Catalanes 2022, presentó ayer en Can Alcover su nuevo libro, ‘Quasi un miracle. Tots els contes’

Antònia Vicens (centro), ayer en Can Alcover. | GUILLEM BOSCH

«El cuento se parece más a la poesía que a la novela, porque tienes que ir restringiendo y con las mínimas palabras tienes que contar una vida, y eso te hace estar en tensión», señala Antònia Vicens (Santanyí, 1941), autora de Quasi un miracle (La Magrana), libro que presentó ayer en Can Alcover, en el transcurso de un acto organizado por Quart Creixent en el que estuvo acompañada por Sebastià Perelló y Pilar Arnau.

Premi d’Honor de les Lletres Catalanes 2022, Vicens ha reunido en Quasi un miracle todos sus cuentos, 26 en total, uno de ellos inédito, Clar com un mirall. Relatos en los que familias rotas, pasiones cegadoras, odios, envidias, engaños y peleas son protagonistas, junto al placer de vivir, el amor y la amistad. «Escribir es como una pasión, una obcecación, cuando me agarro a un poema o un cuento ahí estoy día y noche, lo tengo agarrado mentalmente, y más que satisfacción, hay momentos que casi son una tortura», confiesa la también ganadora de títulos como la Creu de Sant Jordi 1999, la medalla Ramon Llull de 2004 (que rechazó), el Nacional de Cultura de 2016 o el Nacional de Poesía 2018.

Los cuentos de Quasi un miracle, explica Vicens, «están ordenados inversamente; del presente casi inmediato al pasado ya algo lejano de mis inicios en la escritura, buscando, de este modo, el efecto nostálgico que pueda provocar en el lector tener que mirar hacia atrás en el tiempo».

«En Quasi un miracle —añade— están casi todas mis narraciones cortas, ahí está todo mi aprendizaje o mi voluntad de conocer mundo, de entrar dentro de las personas, de hacerse preguntas en torno al dolor, la lucha para conseguir la felicidad… pero la felicidad no tiene rostro, todos le vamos detrás y no la encontramos, y en estas narraciones está esa lucha como también están mis obsesiones: dónde empieza la locura, dónde termina lo normal de una persona, siempre buscando esa frontera sutil de la locura y la cordura, del horror y la belleza».

Rates, Llençols brodats damunt l’herba, Sang, Primera comunió, Desencant o El pintor son algunos de los cuentos de un libro cuyo título es el mismo que otro relato de esta obra, Quasi un miracle, en el que una abuela y su nieta, sin moverse de sus sillas, hablan y convocan la memoria, logrando una especie de milagro aunque todo sea cotidiano. «Hay que buscar ese relámpago a veces luminoso que nos ayuda a seguir en días en que nos podemos sentir o bien deprimidos o pensando que nuestra vida no vale nada. Pero siempre pasa algo aunque sea mental que nos ayuda a seguir y levantarnos», subraya.

«Yo siempre busco milagros, algo extraordinario, en las cosas más pequeñas y humildes, esas que nos dan una chispa para vivir», insiste una autora que concibe la escritura como un ejercicio «de libertad».

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