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Precandidata al Oscar

Rumbo al Oscar: este es el camino que lleva de ‘Alcarràs’ a Hollywood

María Zamora y Tono Folguera, productores del filme de Carla Simón, explican a este diario la estrategia ‘americana’ que seguirán para intentar alcanzar en enero la anhelada nominación a mejor película internacional

Carla Simón, en el rodaje de ’Alcarràs’.

El 6 y el 7 de octubre, el prestigioso New York Film Festival proyectará ‘Alcarràs’, de Carla Simón, dentro de su sección Main Slate, dedicada a “32 de los nuevos largometrajes más esperados de todo el mundo”. Además del filme de Carla Simón, el exuberante programa ofrecerá el reciente León de Oro en Venecia, ‘All the beauty and the bloodshed', de Laura Poitras, así como rutilantes títulos como ‘White noise’, de Noah Baumbach, ‘Armageddon time’, de James Gray, o ‘Decission to leave’, de Park Chan-wook. Una locura en forma de buen cine de autor. Y ahí, también, estará Carla Simón presentando su película en sendos coloquios con público, en la que será la primera etapa de su largo y complicado camino hacia el Oscar. Las expectativas son buenas, pero, sí, queda aún mucho trabajo por hacer.

Porque, en efecto, ‘Alcarràs’ fue elegida el martes por la Academia de Cine para representar a España en la categoría del Oscar a la mejor película internacional, pero para llegar a la gran noche del Dolby Theatre de Los Ángeles, el 12 de marzo de 2023, deberá superar antes dos severos filtros. Repasemos el protocolo: una vez que cada país elige a su candidata, un comité de académicos de Hollywood elabora una lista de 15 prefinalistas, la llamada ‘shortlist’, que se dará a conocer el 21 de diciembre. De esas 15, el mismo comité seleccionará las cinco finalistas, que se anunciarán, como el resto de nominadas, el 24 de enero. “En efecto, hay mucho por hacer y, por tanto, somos muy, muy prudentes. Hay un montón de películas. ¡Las mejores de cada país! Y la competencia es brutal. Pero somos conscientes de que tenemos una gran oportunidad. Ni todas las películas han ganado en Berlín ni tienen una distribución tan extensa como ‘Alcarràs’, explica a este diario la productora María Zamora, de Elástica Films.

La experiencia de 'Balseros'

“Vamos a ir paso a paso. Ya tendremos tiempo para ponernos nerviosos”, añade otro de los productores, Tono Folguera, de Vilaüt Films. “Tuve la suerte de llegar a los Oscar hace 20 años con ‘Balseros’ [documental de Carles Bosch que fue nominado en 2004] y entonces aprendí que necesitas tres cosas: una buena película, haber ganado un premio en algún festival grande y, muy importante, tener un buen distribuidor. Sin estas tres cosas, es complicado. Con las tres, puedes soñar”, añade Folguera, tan prudente como Zamora, pero al mismo tiempo desbordante de ilusión. “Sí, estamos ilusionados, porque creo que lo podemos conseguir. Al menos superar el primer filtro. El segundo luego ya es otra historia: son solo cinco películas y todas muy potentes”.

‘Alcarràs’ reúne, de calle, las tres condiciones que apunta Folguera. Sensible reflexión sobre un estilo de vida y una relación con el mundo natural que se desvanece, ‘Alcarràs’ es una película extraordinaria, pura magia, aplaudida tanto por la crítica como por el público, capaz de conquistar sin discusión alguna el Oso de Oro en la última Berlinale. Y, por supuesto, cuenta con una distribución de altos vuelos a cargo de Mubi, compañía de ‘streaming’ (también productora y distribuidora, experta en cine de autor y clásico) que adquirió sus derechos para Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, América Latina y buena parte de Asia, entre otros territorios. 

El precedente de 'Drive my car'

“Con Mubi vamos muy bien acompañados -apunta Zamora-. Hace tiempo que esperaban que España acabaría eligiendo ‘Alcarràs’ para los Oscar y, confiando en ello, contrataron los servicios de Ryan Werner, de Cinetic, un agente muy importante especializado en cine de habla no inglesa que el año pasado ya se encargó de ‘Drive my car'”. Solo un dato: la exquisita película de Ryūsuke Hamaguchi no solo se llevaría el Oscar a mejor película internacional, sino otras tres nominaciones (película, guion adaptado y dirección), lo cual ya nos lleva de cabeza al terreno del vértigo. Mejor pensar en otra cosa.

Folguera explica que, a diferencia de lo que sucede en los Goya con la Academia de Cine, el comité de sabios de Hollywood que elige las películas que optan al Oscar a mejor película internacional debe haberlas visto todas: “Para votar, deben certificar su visionado, así que, por encima de todo, la clave es que la película sea buena, pero está claro que la estrategia de la campaña de promoción es muy importante”. El primer paso, ya comentado, es el estreno de ‘Alcarràs’ en el New York Film Festival, antes de visitar, un par de días después, el BFI London Film Festival. “Hay que cuidar Reino Unido, porque hay mucho académico de Hollywood en Londres”, dice Folguera. Luego habrá más festivales (“aún no sabemos cuáles, pero hay más garantizados”) y, fundamentalmente, una ruta americana con Carla Simón, y su voz de autora, como gran protagonista.

“Carla empieza ahora las Américas”, bromea el productor. “Además de las entrevistas con medios especializados, es importante que los académicos la puedan escuchar en persona. Su presencia física humaniza ‘Alcarràs’ y la hace más cercana, más entendible, y eso siempre es bueno. Es como cuando el chef sale a explicarte los platos o el sumiller hace lo propio con un vino”. Sobre la posibilidad de que ‘Alcarràs’ sea una historia demasiado local, en cuanto pequeña historia familiar en una pequeña zona rural del sur de Europa, Folguera niega con la cabeza. “Tengo familia en Estados Unidos y a todos los que la han visto les ha emocionado, les ha hecho llorar. No te engañes: es una historia local, pero al mismo tiempo universal. El drama del final de un forma de vida también lo tienen ellos con la agricultura o la ganadería del centro del país. ‘Alcarràs’ les toca la fibra, y eso que no es una película fácil. Tiene códigos del cine independiente, es coral, y aun así impacta y conmueve a todo tipo de público”.

Aquel año con 'Estiu 1993'

Simón y Zamora ya tuvieron una primera experiencia pre-Hollywood con ‘Estiu 1993’, pero la película no pudo pasar el primer corte de la ‘shortlist’. “Esta vez todo es diferente. Creo que entonces pecamos un poco de naífs”, admite la productora. “Nos dejamos llevar por los distribuidores que tuvimos entonces y, en fin, aunque hicieron un buen trabajo y ya habían llevado antes otras películas, creo que faltaron cosas. Estuvimos una semana de promoción y veías otros filmes que llevaban más de un mes. ¿No tendríamos que hacer algo más?, me preguntaba… La verdad es que nos faltaba presupuesto, porque montar eventos en Estados Unidos es dinero. Todo se basa en eso. Por suerte, ahora tenemos un socio más fuerte y van con una maquinaria detrás muy potente”.

Yo no soy mitómana, porque cuanto más conoces la industria del cine, más mediocridad y menos mitos ves, pero… bueno, ayer me acordé de algo que hice de niña”, evoca Zamora. Tendría 9 o 10 años. Fue un trabajo del colegio: una cartulina “supercurrada” con “fotos y toda la historia” de los Oscar. “Yo decidí dedicarme al cine ya cuando era adulta, pero ayer me acordé de aquella cartulina tan chula y pensé que la cosa ya venía de lejos”, recuerda entre risas la productora. “En cualquier caso, no quiero visualizar nada del futuro, no quiero proyectarme hacia adelante… ¡Falta mucho!”. Folguera, por su parte, no se ve en la ceremonia. “Uf, no creo que Hollywood invite a tanta gente. ¡Somos demasiados!”, dice, también entre risas. 

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