Luis Ferbal Campo fue lo que se suele entender por un mallorquín ilustrado: catedrático de francés del Instituto Balear y de la Escuela de Magisterio, aficionado a la arqueología, regidor del Ayuntamiento de Palma en tiempos de la Segunda República, reputado numismático y uno de los impulsores del Museo de Arte Antiguo en Bellver en 1932. Allí se conserva una valiosa colección que él reunió, con más de 2.600 monedas acuñadas en diferentes épocas, conocida como el monetario Ferbal, que la directora del Museu de la Ciutat y conservadora del castillo, Magdalena Rosselló, quiere exponer y dar a conocer. Pero no solo eso, su intención, en colaboración con el área de Cultura de Cort, es reivindicar la figura de este prohombre (nacido en Argelia en el siglo XIX) que acabó siendo depurado, al igual que otros docentes, durante la represión franquista.
La idea de Rosselló es mostrar parte de esa amplia colección de monedas, compuesta por tres bloques diferentes, según las estructuró el propio Ferbal. Hay más de 500 ibéricas acuñadas en Hispania y abusitanas, que el coleccionista denominó «coloniales» y que se están catalogando ahora; otra serie pertenece a la República y, por último, hay las imperiales, que abarcan desde el mandato de Augusto hasta el último emperador, señala la directora de Bellver.
El monetario Ferbal tiene una larga historia, muy ligada a Bellver. Cuando el Gobierno de la II República cede al Ayuntamiento de Palma el castillo y el bosque, exige que haya un parque público y un museo de arte antiguo. Luis Ferbal, como otros miembros de la Comisión Municipal de Cultura que trabajaron en la creación de ese museo, hizo donaciones de parte de su patrimonio, como su preciada colección de monedas de oro, plata y bronce. «El Museu no se inaugura hasta junio del 36 y en julio hay el golpe de Estado, por tanto, la primera etapa del Museu es de un mes. Pero del 32 al 36 se hace muchísimo trabajo: se rehabilitan las salas, se organizan, se compran vitrinas, se traslada la colección Despuig desde Raixa para poder inaugurarlo», relata Rosselló.
En 1936, Bellver se convierte en prisión y el museo se cierra. A Ferbal le retiran la cátedra y dictan contra él «separación definitiva del servicio», según consta en la sentencia del expediente de depuración. Este fundador del Museo de Arte Antiguo acaba marchándose a Cataluña, donde muere en 1942.
En cuanto a la colección de Ferbal, fue incautada por el Gobierno franquista y, con el tiempo, pasó a la caja de caudales del Ayuntamiento, donde permaneció más de 50 años, hasta que Rosselló logró recuperarla y devolverla a Bellver.
Mucho antes, en 1955, Maria Caparrós se había presentado como heredera de Ferbal y reclamó al Ayuntamiento la colección de monedas. Cort encargó informes a la Universitat de Barcelona para que valorara y pusiera precio al monetario. Entonces fue tasado con un máximo de 150.000 pesetas, importe que el Ayuntamiento pagó a Caparrós para conservar el conjunto.
Recientemente, de vuelta en Bellver, la tarea de desempaquetar la colección, moneda a moneda conllevó horas y horas de trabajo. Personal del castillo y colaboradores se encargaron de poner cierto orden e interpretar el inventario que dejó Ferbal. Cada moneda se ha medido, pesado y fotografiado en alta resolución por el anverso y el reverso y se guardan en archivadores con sus respectivos códigos. Con toda esa información, el doctor en Historia Antigua Santiago Padrino las está catalogando.
Para reconocer la importancia de Ferbal, se prevé dedicarle una de las publicaciones de Bellver, con su biografía, la historia del monetario y el catálogo de su primer lote.
Al margen de quien fue Ferbal, Marcos Augusto, director general de Cultura en Cort, remarca «la importancia que tiene tener un conjunto así en Bellver, ligado a otros monetarios y al Tresoret de Cas Quitxero. Estamos hablando de unas colecciones numismáticas que enriquecen el conocimiento que tenemos de la Historia». «El objetivo de la regiduría es exponerlas, darlas a conocer», avanza el director general.
