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La cultura no se beneficia de la masificación turística

Los visitantes disminuyen en monumentos tan importantes como la Catedral y el castillo de Bellver durante el verano de los récords

Las terrazas de la Catedral sí que han tenido éxito B. Ramon

Las cifras turísticas de récord del verano, «memorable» según el líder de Meliá, Gabriel Escarrer, podría deducirse que repercuten en el aumento de visitantes con un interés cultural. Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario. Monumentos tan importantes como la Catedral y el castillo de Bellver han sufrido una reducción en cuanto a afluencia de público de mayo a agosto si se compara con el mismo periodo en el 2019, el último antes de la pandemia.

Otros centros culturales igual de destacados, entre ellos el Museu de Mallorca y CaixaForum Palma, tampoco han comprobado que con más turistas haya más visitas a estos recintos, aunque al menos sus cifras del verano de 2022 no han bajado respecto a las de 2019, sino que se han mantenido. Sí han disminuido en el Museu de la Mar de Sóller y el Baluard Museu, por lo que ninguno de los consultados se beneficia de la masificación turística. «Y eso que con el calor que ha hecho se está muy a gusto en los museos porque tienen una temperatura ambiental óptima para proteger las obras», bromea Maria Gràcia Salvà, la directora del Museu de Mallorca.

Pueden envidiar a espacios culturales como la Alhambra y el Guggenheim, con más visitantes que nunca, y aunque Palma tiene un reclamo equiparable, la Seu, el tipo de turista no es el mismo. El templo gótico vendió alrededor de 352.000 entradas de mayo a agosto de 2019 y este año la cifra ha bajado a 240.000 en el mismo periodo. «Tenemos la sensación de que el turismo que ha venido este verano es de bajo coste, de menor edad, y no quiere invertir dinero en cultura», apunta Joan Pastor, el director administrativo y técnico de la Catedral, quien añade que «en septiembre se está notando cierto cambio».

Durante los cuatro meses de la temporada alta analizados, en el castillo de Bellver ha habido unas 116.400 visitas, mientras que en las mismas fechas de 2019 hubo alrededor de 21.600 más. «El alto número de turistas que estamos recibiendo en la ciudad no tiene un perfil tan cultural como el que viene el resto del año. Busca otros atractivos, aunque muchos se acercan hasta Bellver porque es una visita casi obligada», según el director general de Cultura de Cort, Marcos Augusto. Las cifras de la Fundació Miró son distintas, al menos en agosto, con un ligero aumento respecto al mismo mes de 2019. «La gran afluencia de este verano ha ayudado algo, pero no parece que en un grado tan alto como la cantidad de gente que ha habido en Mallorca», en palabras del director, Francisco Copado, quien cree que las obras en el edificio Moneo apenas han repercutido negativamente.

Tanto CaixaForum como el Museu de Mallorca han tenido un público fiel este verano, que ha rondado los 45.000 visitantes en el primer caso y en torno a 6.100 en el segundo, cifras similares a los cuatro meses del estío de 2019, según sus respectivas directoras. Para Salvà, la clave del espacio que gestiona el Consell está en «potenciar actividades paralelas a las exposiciones y muestras temporales que atraigan a nuevos públicos», resume. Eso es lo que hacen en el centro cultural de la plaza Weyler, explica la directora, Margarita Pérez-Villegas, quien añade que «el gran nivel de los contenidos se complementa con la forma de tratarlos, debido a que las visitas están adaptadas a cada tipo de público», concluye.

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