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Entrevista

Irene Mas: «Pensar que mi primer papel en el Liceu será con Savall me llena de orgullo»

La soprano mallorquina empieza en la isla la que será una temporada llena de grandes conciertos y producciones. Esta tarde y mañana canta en Ireneu Espectacles y en la iglesia de Banyalbufar

La soprano mallorquina Irene Mas. DM

¿Qué nos vamos a encontrar en esos dos conciertos de inicio de temporada?

Se trata de dos recitales de lied alemán y canciones catalanas que he preparado con la pianista suiza con la que formo un dúo estable desde hace cuatro años.

¿Cómo surgió la idea de esos recitales?

Pues fue una manera de ofrecer canciones con los dos idiomas nuestros, el alemán de la pianista y el mío propio. Así que decidimos un programa con canciones de Samper, Mas-Porcel, Toldrà, Mompou y Schoeck. Y he de decir que el público ha reaccionado muy bien todas las veces que lo hemos interpretado. Además, tanto allí con los temas en catalán como aquí con los de Schoeck, antes de cada obra traducimos los textos y explicamos su sentido literario para que se entiendan mejor.

¿Qué tienen musicalmente en común esos autores?

Mayoritariamente pertenecen a la generación de finales del siglo XIX i principios del XX. Entre ellos hemos encontrado semblanzas, sobre todo en la forma de abordar el acompañamiento del piano. Es curioso como compositores alejados geográficamente como Schoeck y Toldrá, por ejemplo, tengan tanto en común a la hora de tomar el espíritu de la música popular para enriquecerlo armónicamente y convertirlo en canciones clásicas. En todo el programa podemos decir que se mueve un cierto aire nacionalista.

Samper, Mas-Porcel, Toldrà y Mompou nos son cercanos pero, ¿qué nos puede decir de Schoeck?

Es un compositor muy apreciado en su tierra y que he descubierto a través de mi compañera de dúo, Valentina Pfister. Y realmente ha sido un muy buen descubrimiento, pues su música le va bien a mi tesitura vocal. En algunos momentos se acerca a Strauss y Brahms, porque combina muy bien la transparencia y la pureza con la solidez y la profundidad.

Un cantante ¿se sitúa diferente ante un recital de canciones y ante otro con fragmentos de ópera?

Por supuesto; y en mi caso me siento más cómoda en el primero, pues al elegir el programa puedes darle una unidad de estilo o de tema, tener la sensación de que cantas lo mismo. En el de arias de ópera pasas de un estilo a otro en pocos minutos.

Estos dos recitales en Mallorca son el inicio de un curso en el que su agenda está casi llena.

Cierto. Estoy muy satisfecha por los proyectos que me han ofrecido. Ahora en septiembre tengo concierto de madrigales renacentistas en Bulgaria con el grupo La grande Chapelle y luego ya enlazaré con el Orfeo de Monteverdi del Teatre Principal de Palma, un título que me hace mucha ilusión cantar, primero porque es uno de los grandes títulos de la ópera barroca y también por el rol, el personaje de la Música, que es muy agradecido.

Realmente es una cita histórica empezar temporada en Palma con ese título.

Sí. Es una apuesta fuerte y valiente por parte del Teatre y además estoy convencida que el público mallorquín, muy abierto a todas las propuestas, la verá con buenos ojos y acudirá a presenciar esta producción escénica de Yves Lenoir y con Federico Maria Sardelli al frente de la parte musical.

Una agenda llena de propuesta y con otros Monteverdi, por cierto.

Sí, empiezo temporada lírica con Orfeo y la acabaré, en julio del año próximo con otra ópera de Monteverdi en el Liceu de Barcelona, cantando el papel de La Virtú en L’Incoranzzione di Poppea, que dirigirá Jordi Savall musicalmente y Calixto Bieito escénicamente. Por primera vez cantaré un personaje en el teatro barcelonés, cosa que me apetece mucho, a la vez que es un nuevo reto profesional.

También con Savall, a mitad de temporada cantaré Lagrime d’Amante al Sepolcro dell’ Amata, conocida como Sestina, Lamento de la Ninfa y otras obras también de Monteverdi.

¿Cómo es trabajar con Savall?

Es una de las cosas que más feliz me hacen, musicalmente hablando. Savall, con todo el bagaje y toda una vida dedicada a la música, aporta mucho a los que trabajan con él. Y, además, es muy generoso con los que empiezan. Tanto él como su equipo, con Jordi Vilamajó al frente, saben cómo tratar a los que se estrenan. Trabajar con Savall es un gusto y te da muchas oportunidades. Pensar que mi primer papel en el Liceu será con Savall, me llena de orgullo.

¿Cómo empezó esa relación con el entorno Savall?

Fue a través de una de sus academias de formación. Allí realiza audiciones, a las que se presentan cantantes de todo el mundo. Me arriesgué y pasé la selección. A raíz de una primera colaboración han seguido llamándome para otras producciones. Curiosamente en el caso de la ópera de Monteverdi del año próximo, la propuesta vino directamente de la dirección artística del Liceu. Así que en esta producción ha habido confluencia de intereses.

¿Se siente cómoda en el repertorio y en el estilo de la Música Antigua?

Sí, aunque me gusta pasar del lied al barroco. Son, sin duda, experiencias diferentes, aunque la voz sea la misma. Cambiar de registro y de estilo puede ser hasta gratificante.

¿La podremos escuchar en Mallorca, aparte de su papel en Orfeo?

La verdad es que tengo algunas propuestas, como un Mesías, pero ninguna cerrada del todo. Tengo, afortunadamente, muchos proyectos en el extranjero, pero sí me gustaría que salieran adelante esas producciones aquí, que es donde tengo la residencia.

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