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Artesanos en vacaciones

Una decena de artistas abren sus talleres a turistas con inquietudes creativas y les inician en la práctica de disciplinas como vidrio, 'collage', joyería o dibujo

Taller de dibujo con dada-days

Las inquietudes artísticas de quienes se dedican a profesiones alejadas de la creatividad suelen quedar relegadas a algún cursillo de forma esporádica o tutorial por internet o simplemente acaban aparcadas como sueños lejanos pendientes de cumplir. No llegan a plantearse acceder al lugar de creación de un artista para que le muestre sus secretos y le adentre en la práctica de la disciplina que desean, y menos aún en tiempo de vacaciones. Sin embargo, una decena de talleres de Mallorca abren sus puertas a los visitantes que quieran aprender de la mano de los especialistas y convertirse en artesanos por unas horas. La iniciativa surge de Lisa Heschel, que desde esta temporada une a los profesionales e interesados a través de la plataforma digital dada-days.com.

Los turistas con ganas de usar sus manos y su imaginación lo pueden hacer en talleres situados en lugares tan vacacionales como Sóller o Cala Figuera, entre otros, con clases de cerámica, dibujo y pintura, joyería, vidrio, caligrafía, encuadernación, baile e incluso botánica. Los días Dadá, como el movimiento artístico y cultural de principios del siglo XX, son para romper con las convenciones del resto del año junto a expertas en cada ámbito. Se han sumado a la propuesta Irene Forteza Alomar, Helena Nieto, Elena Zafón, Beatriz Tomás, Lucía Maraver, Connie Mildner, Aina Genovés, Luciana Luca, Anne-Kathrein-Erban y las impulsoras de Taller Verd (Paz Alomar y Adriana Forteza), una lista que continuará creciendo, ya que cada vez más especialistas contactan con Heschel.

«Cuando vine a la isla durante mi baja por maternidad, quise cumplir mi sueño de aprender a usar el torno y hacer cerámica, pero como no encontré ningún taller para extranjeros, asistí a las clases privadas de Irene Forteza Alomar. Fue fantástico sentirme como una alumna más, no como una turista, y se me ocurrió la idea de ofrecerlo a los visitantes que quieren una experiencia distinta al típico turismo de sol y playa o el de deporte y aventura», explica la artífice de dada-days.

Las sesiones son de iniciación y duran alrededor de tres horas, aunque en el futuro Lisa Heschel quiere «ampliar los niveles para que los interesados que ya tienen conocimientos puedan aprender cosas nuevas». Los viajeros que lo han probado destacan sobre todo el «ambiente cercano y relajado» de los talleres, según resume de los comentarios que recibe del creciente número de visitantes que practican el slow-travel.

La respuesta de los artesanos y artistas locales también es «muy positiva, ya que a través de los alumnos y la plataforma tienen la oportunidad de dar a conocer su obra fuera de Mallorca», añade. Ellos acercan a los participantes las técnicas y peculiaridades de sus oficios y los turistas disfrutan sus vacaciones de forma distinta, inspiradora y, en muchos casos, cumpliendo el sueño de hacer algo creativo con sus manos.

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