«Nunca sabemos si lo que cuenta Oswald Aulestia es real o no», afirmó ayer el director Kike Maíllo sobre el protagonista de su primer documental, un catalán que fue el falsificador de arte más buscado por el FBI. El Atlàntida Mallorca Film Fest acoge hoy en su gala de clausura el estreno de El falsificador, la primera película original de la plataforma Filmin. «Que nos repita tantas veces la historia y con tanto detalle es lo que hace que nosotros nos vayamos creyendo al personaje, pero el público tendrá que formar su propia opinión acerca de si lo que está escuchando le parece real o no», dijo el ganador del Goya.

«Estaba buscando piratas contemporáneos, timadores, pícaros, tramposos para hacer una película de ficción, hasta que di con él gracias a un artículo y, al conocerle, vi que había algo tan genuino que me empujó a pasar de ficción a documental, pese a ser un terreno en el que no había trabajado nunca», explicó Maíllo.

El director aseguró que el documental es la historia de un síndrome de Estocolmo, porque el equipo no estaba preparado para estar con Aulestia y, aunque se ha generado una amistad, no sabe realmente hasta qué punto les está utilizando para dar visibilidad a su obra. «Siempre dice que es importantísimo el relato a la hora de seducir y vender, y seguramente somos una herramienta, porque el documental es para él una vía para revalorizarse».