Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jorge el pediatra | Bebés y niños de alta demanda

Los bebés tienen el sueño ligero.

Como bien sabéis, el término de alta demanda parece como que esté de moda. Con frecuencia, si tu recién llegado bebé no para de llorar, aparecerá alguien cercano o no a ti, que mirándote a la cara, realmente a tus ojeras, te dirá, «uhhh! Te ha tocado un bebé de alta demanda». Como si eso fuera malo, como si estuvierais condenados de por vida, como si fuera una enfermedad crónica irreparable, como si…

Está claro que no podemos etiquetar tan pronto, me refiero a las primeras semanas de vida, a un bebé que se pasa la mayor parte del tiempo llorando (cuando no duerme). Vuestro pediatra será el/la que os ayudará a hacer un diagnóstico y aportaros una solución. Varias podrían ser las causas: cólicos del lactante, reflujo gastroesofágico, intolerancia a la proteína de la leche de vaca, inmadurez digestiva… No tiene porque ser un bebé de alta demanda tan pronto. Y digo tan pronto porque es un diagnóstico al que se llega cuando van pasando los meses, para el que no existen pruebas de laboratorio, ni de imagen.

Vamos a concentrarnos en el bebé de alta demanda:

Tiene muchísimo que ver con el carácter, necesitan mucho contacto físico desde muy pequeñitos, le gusta que durmamos con ellos, que, incluso, les toquemos mientras duermen, piden mucha atención, digamos que piden mucho cariño.

En cuanto al sueño duermen inquietos, incluso quejosos en ocasiones, calmándose con el contacto, como decía antes. Les suele costar iniciar el sueño, y antes de hacerlo se pueden tirar horas llorando en bracitos (sin llegar a ser cólicos). No solo eso, sino que una vez dormidos se pueden despertar con mucha facilidad, tienen un sueño muy ligero.

Cuando van creciendo, y hablo de antes de cumplir el año de vida, ya se ve que serán muy inquietos, muy activos (que no tiene nada que ver con la hiperactividad y déficit de atención). En el momento de empezar a andar, de ser algo más autónomos, derrochan muchísima energía, no paran quietos, digamos que son agotadores. En estas etapas de la vida debemos tener mucho cuidado con los accidentes domésticos.

Son insaciables en todos los aspectos porque reclaman tu atención, querrán jugar más, pedirán tu aprobación, les cuesta jugar solos... Con la alimentación, desde la época de lactante, ya piden más que el resto, y muchas veces no es por hambre, sino porque necesitan ese contacto físico. Al iniciar la alimentación complementaria también piden comida con más frecuencia, por tener más atención y contacto.

Se distraen con mucha facilidad, dicho de otro modo, son muy sensibles a su entorno, cualquier mínimo estímulo, ruido, puede irritarles si estaban calmados. Esta característica, que puede resultar negativa, hace que estén constantemente alerta, recibiendo más estímulos que otro bebé, y llegando a la edad escolar con más información en su cerebro, resultando en mejores resultados académicos.

Llevan muy mal la frustración, por lo que tendremos que armarnos de paciencia para guiarles por ese camino, un camino largo de aprendizaje, donde con mucho amor, y firmeza, tendremos que decirles «no» en muchas ocasiones a sus demandas. Siendo constantes, es importante no ceder a todas sus demandas. Por mucho que griten y lloren.

Son muy sensibles a cualquier comentario, es decir, por mucho que estemos cansados debemos evitar frases del tipo «me tienes harto», «deja de llorar»… en esos momentos echad mano de la paciencia y utilizad esa sensibilidad para cuando se encuentren tranquilos juguéis con ellos y os deis mimos.

Muy importante, no tenéis un monstruo en casa, sino un bebé normal, sano, que necesita mucha atención, y que, si lo hacéis bien, será un adulto especial con bellísimas cualidades.

Para cualquier consulta

me tenéis en:

www.espaciojorgeelpediatra.com

Compartir el artículo

stats