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Marina Abramovic: «Necesitamos héroes porque estamos rodeados de idiotas»

La artista inaugura este sábado la exposición ‘Life Death Inbetween’ en la galería Horrach Moyà

Marina Abramovic en la galería Horrach Moyà con una imagen de ‘Eight Lessons on Emptiness with a Happy End’, donde abraza las armas como si fuesen flores B. Ramon

Su último gran proyecto ha sido Crystal Wall of Crying, «un muro al llanto y a la sanación con 240 cristales» para conmemorar el holocausto en Kiev (Ucrania), donde «murieron muchísimas personas». La performer Marina Abramovic, una de las artistas más importantes de esta época, habló este viernes en Mallorca de su obra para advertir de que «si el muro sobrevive será un recordatorio de dos eventos terribles que han ocurrido a lo largo de la historia». Contó que cuando el presidente Zelenski lo visitó, «dijo que era una manera de señalar que esto no tenía que volver a suceder y, sin embargo, unos meses después comenzó la guerra de Ucrania». Se ha producido porque «estamos rodeados de idiotas» y por ello «necesitamos héroes y heroínas, gente con una estructura moral que nos muestre el camino».

Abramovic inaugura este sábado en la galería Horrach Moyà de la plaza Drassana su nueva exposición, Life Death Inbetween, que reúne fotografías y vídeos de varias de las performances que ha llevado a cabo en su dilatada trayectoria. Las imágenes de la muestra que ha comisariado Sydney Fishman son poéticas, lejos de las acciones extremas, incluso con riesgo de muerte, que inició en los años 70. «A lo largo de mi obra siempre he tratado de ver hasta qué punto puedo llegar, aunque nunca he querido morir», aseguró. Y contó que no siente miedo. «Es porque lo hago desde el estado de mi ser más elevado. No soy la pequeña Marina que llora, sino que en ese estado mi energía se transforma», describió sobre su trabajo.

Respecto a cómo ve el futuro de la performance, destacó que «es un tipo de arte que nunca muere, igual que el ave Fénix, que renace de sus cenizas. Cuando la economía va bien, el arte de la performance cae; cuando va mal, va bien», comparó. Y lo definió como «directo y emocional. Eres tú con el público y eso tiene un gran poder», dijo quien también asistirá este domingo a la inauguración del Atlàntida Mallorca Film Fest, ya que se proyecta The 7 deaths of Maria Callas, que dirige ella.

La artista nacida en la antigua Yugoslavia afirmó que todavía le sorprende la reacción del público que actúa de forma violenta en sus performances, aunque añadió sin dudarlo: «Nunca abandono a mi público». Para argumentarlo contó la fábula del maestro que rescata al escorpión del río hasta tres veces, ya que lo suelta cada vez que le muerde. «Cuando su discípulo le pregunta ¿por qué lo vuelves a coger si te hace daño?, el maestro responde: mi papel es salvar, su papel es morder».

Lo importante para Abramovic es «transmitir un mensaje» con sus creaciones, resume sobre el arte, que en general considera que es «una necesidad para los humanos, tanto a nivel emocional como espiritual». Ella lo lleva al extremo y un buen ejemplo es la obra The artist is present. «Estuve tres meses, ocho horas al día y los viernes diez horas, el horario del MoMA, sentada sin moverme», recordó sobre una performance que repitió recientemente para recaudar fondos para Ucrania.

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