Su nombre va ligado al de grandes mujeres, como los de Donna Ferrato o Gabriela Canseco, la viuda de Paco de Lucía. Apasionado de la música, arte que cultiva al frente de Misery Strings, Tomeu Coll trabaja como fotoperiodista desde hace años. Estos días exhibe imágenes en La Misericòrdia, con la exposición Aïllats, dedicada a las tierras soviéticas del círculo polar.
Para la espera en un aeropuerto:
«No escucho música en aeropuertos, pero si tuviera que hacerlo en estas circunstancias de espera, Sympathy For the Devil de los Rolling Stones».
Para los gobernantes:
"Cualquiera de Pete Seeger o quizás La mala reputación de Paco Ibañez, originariamente de George Brassens».
Para los turistas:
El Réquiem de Mozart, «a ver si así se relajan, tanto ellos como los del lobby turístico».
Para el pueblo ruso:
«Teenage riot de Sonic Youth. Para animarlos a ello».
En una fiesta sin fin:
«Para una fiesta eterna preferiría algo mas consistente, como Roadhouse Blues de los Doors, pero para una fiesta larga quizás un disco de Raffaella Carrà», dice entre risas «enlatadas».
