El Broadway palmesano condensa más historia espectacular que el Consolat de la misma villa. Allí actuó Bibi Andersen en el siglo XX. Fue la primera orgullosa, modernizó al país más que Suárez, sin necesidad de enredarse con teorías interseccionales o como se diga. Un reportaje en interviú, y España al completo se daba por enterada de que tu sexo te pertenece, frente a los clérigos y las académicas. La artista escaló posiciones y en el XXI ya aterrizaba en Mallorca como miembro destacado de la jet, ennoblecida a Bibiana Fernández.
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