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Maya Fiennes: «El estrés nos impide respirar profundamente»

La autora de ‘Yoga para la vida real’ dará una clase de Kunda Dance el día 15 en Port Adriano

La experta en kundalini yoga, ayer recién llegada a Mallorca para ofrecer la primera y única sesión de Kunda Dance en España. Manu Mielniezuk

El yoga se puede practicar en un atasco de tráfico, en la cola del supermercado y en casi cualquier lugar, al menos las respiraciones que promueve, las denominadas pranayama. Anima a hacerlo la especialista en kundalini yoga Maya Fiennes y ofrece un ejemplo sencillo: «¿Tienes pensamientos negativos, miedos? Te sugiero que cierres la fosa nasal derecha con el dedo índice derecho y respires solo por la fosa nasal izquierda durante unos dos o tres minutos. Estimularás el sistema nervioso parasimpático, que te calmará». Fiennes llegó ayer a Mallorca y el miércoles día 15 participará en el evento solidario Wellness Global Experience, en Port Adriano, en el que impartirá la primera y única sesión de Kunda Dance que se ofrece en España. Creado por ella, combina el espiritual kundalini con la danza. «Parece fácil, ya que bailamos y nos divertimos, pero es muy profundo. Cada posición tiene un propósito y cada movimiento abre y alinea los chakras», tal como explica.

La autora del libro Yoga para la vida real hará que los asistentes no solo produzcan «endorfinas, serotonina, dopamina... todos los químicos que nos hacen sentir bien», sino que también podrán desbloquear los citados «centros de energía que tenemos en el cuerpo y alimentan los órganos, pero que se bloquean debido a los desafíos diarios». Si los chakras están cerrados, añade, «impiden que el nervio vago se desplace con facilidad por el cuerpo y entregue mensajes importantes al cerebro. Sucede lo contrario si se hallan alineados, ya que el nervio capta todos los problemas que tiene el cuerpo y le dice al cerebro lo que hay que arreglar. De esta manera nos mantenemos saludables», en palabras de la yogui.

Otra práctica imprescindible es la respiración. Sin embargo, Maya Fiennes lamenta que no le prestamos suficiente atención porque «la damos por sentado». Detalla que «hay muchas formas de respirar y cada una ofrece una conexión específica con nuestras emociones», aunque en primer lugar «necesitamos aprender a hacerlo». Y pone otro ejemplo de la vida cotidiana: «Como estamos estresados, no respiramos con la suficiente profundidad», por lo que anima a probar los diferentes pranayamas del yoga para lograr una respiración consciente.

La excuñada de los conocidos actores Ralph y Joseph Fiennes (este último con casa en la isla) también invita a quienes quieran iniciarse en el mundo del yoga a conocer la variedad existente. Hatha, vinyasa, ashtanga, iyengar, kundalini o bikram son distintos pese a su origen común, de ahí que destaque la «importancia de que cada persona identifique cuál le conviene». Los que carezcan de tiempo para asistir a clase, tienen la alternativa de hacerlo por su cuenta, como propone la experta en su exitoso libro. «En él planteo utilizar las herramientas del yoga en la vida diaria, como formas sencillas de combatir el estrés, la depresión o un ataque agudo de ansiedad, por ejemplo». Insiste Maya Fiennes en que es básico el conocimiento «para saber cómo lidiar con ciertas situaciones en la vida». Su especialidad «actúa muy rápidamente, ya que conecta y dispara los neurotransmisores de forma inmediata»; y por ello se siente a veces «como un médico que prescribe lo que necesita la gente», asegura. Y «el cuerpo es como una farmacia, tiene todas las sustancias químicas que necesitamos, pero tenemos que saber cómo crearlas».

El kundalini yoga da una gran relevancia a la espiritualidad, que en absoluto se desvirtúa con el Kunda Dance inventado por ella. «Al día siguiente te sientes muy diferente física, mental y emocionalmente. Que nos divirtamos no significa que no sea espiritual. La vieja forma de pensar es que hay que sufrir para serlo, el camino a través del miedo, pero yo estoy a favor de aprender a través del amor y la alegría». También ha creado la música de sus sesiones con «frecuencias de curación», que son las que tienen 432 y 528 hercios (Hz) y «aportan energías curativas y calmantes, igual que los cuencos de cristal y los gongs», tal como asegura.

Antes de dedicarse de lleno al yoga, fue compositora de bandas sonoras con su entonces marido, Magnus Fiennes. Se divorciaron hace una década, aunque sigue teniendo contacto con la familia de artistas. «Formo parte de ella, todos estamos muy cerca, tenemos hijos, primos, nos queremos. ¿Por qué no?», dice para concluir quien no tiene «tiempo para el odio ni el aislamiento».

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