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Música/El Amplificador

El Amplificador | Omi, alma ramoniana

Pregnant Doll, Doctor Martín Clavo y Sweet Poo Smell son tres de los grupos en los que ha dejado huella, tanto al bajo como a la guitarra. Con este último actuará este año en la Fira del Disc y en el Mallorca Live Festival

El Amplificador | Omi, alma ramoniana

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El Amplificador | Omi, alma ramoniana Gabi Rodas

Omi, diminutivo de Jerónima González Amengual (Palma, 1977), es una punk rocker, una veterana de la escena que necesita el tocar en directo como aire que respirar y que siempre sorprende con sus propuestas. Lo hizo con Pregnant Doll, su primer grupo, a finales de los 90; con Doctor Martín Clavo, banda con la que se afianzó en el bajo; y actualmente con Sweet Poo Smell, dúo en el que maneja la batería, solo con los pies, la guitarra y en el que también ejerce de corista, apoyando la voz de la cantante, Xima. Con ella actuará este domingo en apoyo de la Casa del Poble de la calle Reina María Cristina, el 21 de mayo en la Fira del Disc y el 25 de junio en el Mallorca Live Festival. 

Imposible no abrazarse al punk naciendo en el 77, el año de una ola que salpicó medio mundo al ritmo de los Clash, Television, los Sex Pistols y los Ramones y su Rocket to Russia. «Ellos encendieron la mecha. Los descubrí a través de un casete que me pasaron mis primos, cuando tenía 10 años», recuerda en referencia a la banda neoyorquina. Antes de caer rendida al grito de Hey ho, let’s go mamó de otras fuentes, como los Animals, cuyas canciones fueron banda sonora de su infancia en su casa de Son Dureta, barrio en el que creció y en el que sigue viviendo. «En casa se escuchaba también a Serrat, los Beatles y bastante música clásica, pero esos no me abrieron ningún camino», confiesa.  

Omi, bajista, guitarrista y compositora GUILLEM BOSCH

Un ukelele sin cuerdas y un pequeño piano de color rojo fueron los primeros juguetes sonoros que cayeron en sus manos, cuando solo contaba dos añitos. También un reproductor de casetes, «descacharrado», en el que sonaban Enrique y Ana. Ya con 11 años, cuando los Ramones dominaban su vida, le regalaron una guitarra española, y fue a los 14 cuando se tomó en serio este instrumento y aprendió, gracias a uno de sus primos, a hacer cejillas. «A partir de ahí y de modo un poco autodidacta fui buscándome la vida. He sido muy inconstante componiendo canciones. Cuando aprendí a tocar la guitarra me componía mis cancioncillas, sin letra, porque me cuestan mucho, es lo que peor se me da. Las hacía sin afán de mostrarlas, ni siquiera las grababa, y cuando ya me metí en grupos decidí delegar. Con lo que disfruto es con tocar», subraya. 

Pregnant Doll fue su primera banda. Impulsado junto a Laura M. Galiano y Cristina Peitavy, se movían entre el punk y el metal y militó en sus filas desde 1996 al 99. Tocaron en la Festa de Radioactivitat, el festival en beneficio de las víctimas del huracán Mitch con Sexy Sadie, Sunflowers y La Gran Orquesta Republicana, y en el Festival Youthing, entre otros escaparates. «Éramos discípulas de Courtney Love, muy entusiastas. Con Pregnant Doll hice realidad un sueño, mi primer grupo, y tuve una relación de amistad muy intensa con Laura, que al final acabé jodiendo yo. También me enganchó al bajo, porque yo tocaba la guitarra por entonces y como nadie quería tocar el bajo llegué ahí por eliminación. Pero mira luego todo lo que he hecho con el bajo», señala.

Tras un par de años en Junk Galaxie entró en Doctor Martín Clavo (DMC), «de una manera medio tonta y con mucho morro por mi parte», reconoce. «Tenía un ampli gigante y no tenía sitio en el que ponerlo. Se lo pedí a David y me dijo, bueno, pero si lo vas a tener aquí tendrás que tocar algo. Y le dije: pues vale. En ese momento estaba sin grupo, así que maravilloso». Valió la pena, porque DMC acabaría siendo su buque escuela, le permitió telonear a grandes bandas y cruzar el charco hasta la Península. 

A Sweet Poo Smell, su actual proyecto, se les puede encontrar en un local del polígono Can Valero, dos días por semana. «A un local de ensayo solo le exijo una cosa: que me dejen hacer ruido», espeta. El grupo acaba de cambiar de reducir su formación, hasta un dúo. «¿Por qué?, por cosas de la vida, yo qué sé». La nueva formación se estrenó el pasado mes de abril en Lunita, en el Error Fest. Este domingo tocan en la Casa del Poble; en mayo en la Fira del Disc, donde no quiere perderse la actuación de Crisix; y en junio en el Mallorca Live, donde ya estuvo en 2019, el año de Jamiroquai. «Si antes aportaba con los arreglos y algunos riffs (y por supuesto mis líneas de bajo) ahora sí que compongo bastante, un poco por obligación, Xima me ayuda a poner orden y me insiste en que use la grabadora del móvil. Ella se encarga de las letras y así me da menos palo».

Omi, en las escaleras de Es Baluard GUILLEM BOSCH

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