'Belle': La joven y la bestia

El director Mamoru Hosoda, uno de los que mejor ha competido en el anime japonés con la hegemonía de los estudios Ghibli de Hayao Miyazaki e Isao Takahata, completa con Belle, posiblemente una de sus mejores películas, su gran fresco sobre la relación entre infancia, adolescencia, fantasía y bestialidad.

En Los niños lobo contó la historia de dos niños lobo y las decisiones que deben tomar cuando llegan a la juventud. En su siguiente filme, El niño y la bestia, relató la amistad entre un niño solitario e inadaptado y una criatura sobrenatural que vive aislada en un mundo paralelo. Tras el paréntesis de Mirai, mi hermana pequeña, sobre los conflictos de una muchacha al nacer su hermano pequeño, un filme más realista que no deja de lado la fantasía, ahora vuelve al género con Belle, una especie de remodelación del tema de La bella y la bestia.

Sus dos protagonistas se conocen en un mundo virtual llamado U, otro universo paralelo en el que se refugian, por distintos motivos, de las tragedias cotidianas del mundo real. Son una adolescente de 17 años y una bestia de oscuro pasado humano. Hosoda se siente cómodo con este tipo de historias, dotada de un tiempo narrativo y de un estilo de animación que a veces recuerdan al malogrado autor de cómics Jiro Tanaguchi. La misma calma y el mismo placer por el relato, pero con los conflictos de la adolescencia como sugerente materia prima.

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