La cartilla de la CNT de 1938 de Fernando Fernán-Gómez y la pluma con su nombre grabado que le regalaron al entrar en la Academia de la Lengua han sido depositados este jueves por su hijo y su nieta en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, junto con un ejemplar de su libro 'El canto es vuelo', que agregó Luis García Montero.

Su nieta, Helena de Llanos, ha donado un objeto "único" como es la cartilla de sindicalista de su abuelo, que empezó su carrera afiliado a la sección de espectáculos de la CNT, cuya escuela de actores fue uno de los espacios donde más disfrutó del aprendizaje de ser actor en toda su vida e hizo una mención especial a su maestra Carmen Seco.

"Desde que lo localicé, este objeto me conecta con muchas cosas que tienen que ver con Fernán-Gómez, pero no sólo con él: tienen que ver con la historia de España y creo que por eso me remueve tanto", ha explicado a Efe la nieta del actor.

"Sus inicios están resumidos en este objeto, y también su forma de estar en la vida porque él era partidario de una moral libertaria y, dentro de esa filosofía, lo que buscaba era no traicionarse a si mismo. Eso creo que también es un valor importante de Fernán-Gómez, él lo tenía muy claro y era lo que intentaba hacer".

Un hombre, ha recordado De Llanos, que se declaró antipolítico, que no apolítico, porque no creía en las virtudes de la política para resolver problemas. En su opinión, "los problemas del ser humano han de resolverse a través de la moral, la ética y la filosofía y si la política no tiene en cuenta esto, el individuo no debía tener en cuenta la política", ha resumido la nieta.

Para el acto, un sobrio y cariñoso homenaje al actor, director y escritor que fue el madrileño nacido en Lima, el presidente del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha leído el poema "La vergüenza" del libro de Fernán-Gómez que luego depositó en la caja junto a los objetos elegidos por sus familiares.

García Montero ha celebrado la vida y la escritura de Fernán-Gómez y también su poesía, que recopila, ha dicho, "toda la conciencia crítica" del artista, "un ejemplo de nuestra sociedad contemporánea".

Luis García Montero, durante el acto. Sergio Pérez

Y, sin embargo, su hijo Fernando ha revelado que él, por su humildad, no se consideraba escritor, aunque lo hacía "desde pequeño".

Por eso, esta pluma "simboliza a Fernando como escritor", ha dicho.

La caja 1.003

Fernán-Gómez hijo cuenta a Efe que fue un regalo de la fábrica Delta, italiana, "cuando le nombraron académico de la lengua y ocupó el sillón B. Es una pieza única que lleva grabado su nombre, no existe otra".

"Era un objeto muy querido para mi, me lo dio mi padre poco antes de morir y que he guardado con mucho cariño" y ahora queda aquí para las generaciones del futuro, ha dicho, orgulloso.

Estas piezas se han depositado en la caja 1.003 de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, una antigua cámara acorazada de un banco en la que se atesoran en la actualidad los legados de personalidades de la cultura en español desde 2007.

"No hay muchas cartillas de la CNT, mucha gente tuvo que quemarla por miedo, había que hacerlas desaparecer, so peligro de muerte. Muchas cosas siguen igual aunque hayan pasado tantos años, aún no se han revisado", considera la cineasta e investigadora, autora del documental 'Viaje a alguna parte' (2021).

La Caja de las Letras está ubicada en los sótanos de la sede central del Instituto Cervantes, en Madrid, un edificio que terminó de construirse en 1918 y que albergó durante décadas diversas entidades bancarias. Por eso cuenta con una cámara acorazada con casi 1.800 cajas de seguridad.

Desde 2007, en estas cajas se guardan legados que resumen la vida y los recuerdos personales de nombres propios de la literatura, el cine, el arte, la música, la danza, el teatro o la ciencia. Entre los escritores, se encuentran todos los premios Cervantes desde aquel año.