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El gallinero

Matar a Hamlet

Matarlo quizá no, pero sí aparcarlo un tiempo; a Hamlet y a Shakespeare, su padre, y con él a Chéjov y al resto de clasicoides exprimidos hasta el tuétano. Lo decía Koltés —un moderno convertido también en clásico pero muy poco transitado en nuestro teatro— en el prefacio de una edición de Roberto Zucco: difícilmente puede ser actual, por mucho empeño que pongan los canónicos, una pieza escrita hace más de cuatro siglos.

Unpopular opinions aparte, el sentido de la dramaturgia actual, contemporánea, reside en el compromiso con tu tiempo, en la capacidad y la voluntad de leer los resortes de tu entorno, detectar los desórdenes y las distorsiones que duelen y lanzarlas, con humor, amor, crudeza o esputos, a la cara del espectador. Todo lo demás es mero ocio, que está muy bien y es muy respetable.

En la vindicación los textos de aquí y ahora como antídoto contra el letargo colectivo, social, intelectual, me he encontrado últimamente Els dies mentits, de Marta Aran (ya comentada en esta sección) y más recientemente La meva violencia de Llatzer García, un revolcón incómodo —subversivo en cierto modo— sobre la lucha de clases, los desajustes del sistema —el drama de la vivienda, por ejemplo— y el fracaso de la individualidad. Alejada de los suelos laminados de la burguesía teatral catalana, la pieza motiva, remueve, inspira. Por cierto, García protagonizará (el 11 y el 13 de marzo), junto a Joan Yago y Marta Barceló, La tríada, un encuentro-espectáculo; el primero que se organiza entre dramaturgos procedentes de Balears y Cataluña en el marco del Festival de la paraula, un proyecto de Produccions de Ferro.

Inspiradora se me antoja también Cony: un texto de Sebastià Portell y Maria Rosselló, interpretado por ella misma y Mònica Fiol. Os podría explicar de qué va pero mejor reproduzco el afiche: «Es la historia de una mujer que retorna a la voz de su instinto para transformar lo que ha construido hasta ahora en su vida. Un viaje físico y emocional que parte de las raíces y acaba en ella misma en un gesto de autoafirmación. Su coño es quien dialoga con ella y acontece voz de conciencia, motor de rotura y catapultador a la nueva mujer que es». Se podrá ver el viernes 11 de marzo y el domingo 13 en el Principal de Palma.

Y para acabar, otra creadora que se atreve con la contemporaneidad y la alquimia de disciplinas y géneros. Concha Vidal presenta —work in progress y sesión abierta el sábado 12 en el Teatre del Mar— I aquest és el meu cos. Habrá que estar pendiente.

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