Málaga es hoy la tercera capital cultural de nuestro país, tal y como aseguró hace sólo unas semanas el influyente Observatorio de la Cultura, termómetro anual del sector de la Fundación Contemporánea (y sus numerosos y aquilatados panelistas). La estrategia museística diseñada y ejecutada por el Ayuntamiento de la capital, prologada por la puesta en marcha del Festival de Málaga y la inauguración del Museo Picasso Málaga, entre otras relevantes iniciativas, ha espoleado una pujanza que ya es más bien un vigor estable, consolidado. Para apuntalar la apuesta, mañana nace una ambiciosa cita, esta vez desde lo literario, Escribidores, un festival organizado por la Diputación Provincial y la Cátedra Vargas Llosa que pretende que la letra impresa y digital acerquen dos continentes, Europa y América, que siempre se han leído con admiración y asombro.

La capital de la Costa del Sol afronta desde hace unos meses el gran reto de facilitar las relaciones entre Europa y Latinoamérica, paraguas bajo el que se cobijan algunos de los proyectos más ilusionantes de un sector en pleno reseteo por el coronavirus y sus alrededores. Hace más de cinco años, el Festival de Cine Español pasó a ser de Cine En Español, abrazando al audiovisual latinoamericano para afianzar la Costa del Sol como plataforma entre las dos orillas. Recordemos que La Térmica, el centro que desarrollará la mayor parte de actividades de Escribidores, acogió hace unos meses la exposición Al sur del sur, en el marco de la tercera edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur, Bienalsur, y que la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga diseña estos días el proyecto de Casa de América en Málaga, continuando, dicen sus responsables, el interés que siempre se ha sentido desde Málaga por el hecho iberoamericano, «como lo demuestran la creación del Barrio América en Málaga a principios del XX tras las inundaciones de 1907, o su actividad cultural, como la celebración, en su sede, de la Exposición de México en 1935, o la visita y conferencia impartida por Gabriela Mistral, diez años antes de recibir el Premio Nobel».

Escribidores pretende ser un jalón definitivo en esta historia de curiosidad mutua entre Europa y América Latina con España como atento anfitrión. «Hemos aspirado en este festival a que dos de las grandes culturas literarias del mundo, como son la americana y la europea dialoguen empleando a España, Andalucía y, en concreto, Málaga como bisagra, como punto de encuentro y conversación», comentó hace unos días Raúl Tola, director de la Cátedra Vargas Llosa, manifestando el objetivo de diseñar un programa de polifonía variada, entre la enjundia y lo asequible, el relumbrón y lo, digamos, algo más secreto.

La inauguración, desde luego, es de aúpa. Uno de los autores que definen lo contemporáneo desde la indagación y la ensoñación, Mircea Cartarescu, y un clásico vivo de las letras latinoamericanas, el hispano-peruano Mario Vargas Llosa, se sientan (Auditorio EdgarNeville, 19.30 horas) para dialogar sobre las palabras y sus capacidades fabuladoras; el rumano, eterno candidato al Nobel, y el de Arequipa, laureado por la Academia Sueca hace ya más de una década, celebrarán ese apretón de manos entre dos continentes vivos, palpitantes por su capacidad para la imaginación y la emoción.

Colombia

La jornada siguiente (Rectorado de la UMA, 12.00 horas) nos traerá a uno de los grandes autores de Colombia, el país invitado en la primera edición de Escribidores, Héctor Abad Faciolince, firmante de El amanecer de un marido, La oculta y, especialmente, El olvido que seremos (popularizada por su adaptación a la gran pantalla de Fernando Trueba). Genuino talento 360 grados (novelista, poeta, columnista, profesor, editor) ejercerá en su conferencia de embajador de la ficción de su nación, mucho más que la tierra natal de Gabriel García Márquez. Una panorámica que completará, 24 horas después (Centro Andaluz de las Letras, 12.00 horas), uno de los autores clave de la generación de los latinoamericanos nacidos en los años 70 del siglo pasado, Juan Gabriel Vásquez, explorador incansable del pasado del continente («A veces digo, medio bromeando, que me interesan más los muertos que los vivos y es porque tengo esa conciencia sobre el pasado familiar, pero también el pasado colectivo de nuestros países», señala).

Fronteras

En un encuentro intercontinental como Escribidores la frontera siempre es un concepto que sobrevuela las sesiones. Así, por ejemplo, Eduardo Mendoza, Michi Strausfeld y Guillermo Arriaga «celebrararán aquello que nos une más allá del tiempo, la geografía y la política» en la mesa redonda Las leyes de la frontera (La Térmica, jueves, 20.00 horas); al día siguiente, los autores Sergio Ramírez, Pierre Assouline y Héctor Abad Faciolince analizarán como la literatura ha ejercido, y especialmente ejerce, de catalizador de tradiciones, identidades y culturas, favoreciendo el mestizaje, el provecho entre diferentes (La Térmica, 20.00 horas).

Y otra frontera, la que separa el papel de lo digital. ¿Está la letra impresa, el blanco sobre negro, condenada a su desaparición? ¿Los píxeles deben dictar el futuro de los libros?Turno para los editores: Pilar Reyes (Alfaguara), Enrique Redel (Impedimenta), Joan Tarrida (Galaxia–Gutenberg) y Phil Camino (La Huerta Grande) dialogarán al respecto en el Museo del Patrimonio de Málagael jueves a las 18.00 horas.

Futuros de la novela

Desde su parcela de imaginadores, los escribidores buscan la pervivencia del libro, persiguen maneras para garantizar su futuro. Piedad Bonnett, el malagueño Antonio Soler, Espido Freire y Renato Cisneros nos guiarán (La Térmica, sábado, a partir de las 19.00) por los posibles senderos y bifurcaciones de la próxima cartografía de la literatura.

Periodismo

La letra urgente, la notaría de la actualidad, es, para muchos, otra modalidad literaria. De ahí que Escribidores le dedique una mesa redonda, moderada por Juan Cruz, sobre los retos actuales de la profesión en los días de las fake news, la cultura de la cancelación y las redes sociales. Laura Ventura (La Nación), Armando González (La Jornada), Yolanda Vaccaro (El Comercio) y Olga Merino analizarán las diversas cuestiones sobre el tapete del presente y el futuro inmediato. La cita, en el MUPAM, el viernes, a partir de las 18.00 horas.

Javier Cercas

El escritor extremeño Javier Cercas es otro de los grandes nombres propios de Escribidores y protagonizará dos sesiones del último día, el sábado. De un lado (Centro Andaluz de las Letras, 12.00 horas) elaborará una Historia de mis libros, a modo de retrovisor de su carrera en las letras, pero también responderá a las preguntas de los lectores malagueños. De otro (Auditorio Edgar Neville, a partir de las 21.00 horas), será, junto a Juan Gabriel Vásquez y Soledad Puértolas, sobre cómo el ejercicio de la escritura se relaciona con las esferas de decisión.

Juan Cruz, el gran difusor

Más protagonistas. El periodista Juan Cruz, adjunto a la Presidencia de Prensa Ibérica (editora de LaOpinión de Málaga), recibirá el premio Antonio Garrido Moraga a la Difusión Cultural durante la clausura de Escribidores. Honor para un incansable divulgador de la literatura, conversador con literatos y también editor.

Edwards: el primero del panteón selecto

Periodista, diplomático y escritor, Jorge Edwards (Santiago deChile, 1931) ha hecho de su defensa de la libertad de expresión su norte vital e intelectual; de ahí que reciba el primer premio a la Trayectoria de Escribidores, una nómina que se pretende selecta.

Hablar de Edwards es recordar Persona Non Grata, el libro con el que destapó las grietas de la sociedad cubana diseñada por Fidel Castro y que fue prohibido, ojo a la pirueta, tanto en la isla como en Chile (Salvador Allende nombró al intelectual encargado de negocios en la embajada chilena en la Cuba castrista). Es, sin duda, un episodio fundamental en una vida repleta de ellos y marcada por el exilio en Barcelona tras la irrupción de Pinochet. Pero, sobre todo, una vida hecha por la palabra: «Cuando de chico leí unos versos, esos versos me conmovieron y de repente ya estaba escribiendo versos: ya me había embromado, ya estaba condenado. La condena es el destino», ha dicho.

Diego Alcalá terminó así su crónica (para El Popular) de la conferencia de Gabriela Mistral en la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga en 1934:«Mistral ha penetrado el sentimiento adormecido de España, llegando a ella como a tierra de promisión predispuesta para recoger las palpitaciones de la inquietud poética y literaria de Hispanoamérica. Bienvenidas sean sus carabelas y su misión en este occidente irredento». Ojalá, en estos días tan negros para Europa, muchos de estos escribidores ejerzan tal influencia sobre nosotros.