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La poesía de Enrique Juncosa, ilustrada por Do Espirito Santo

El reconocido artista brasileño, con obra en el MoMA, cambia su característico blanco y negro por acuarelas en color para representar simbólicamente los 40 viajes que evoca el escritor y comisario de arte mallorquín en ‘El Pangolín’

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La poesía de Enrique Juncosa, ilustrada por Do Espirito Santo

El poema Livingstone describe que la bandera de Zambia es de un «verde intenso» y la acuarela que lo acompaña lo refleja de este modo mediante el trampantojo de un papel doblado que parece una tela ondeando al viento. No todas las ilustraciones del libro El Pangolín, del escritor mallorquín Enrique Juncosa, dejan ver una relación tan clara con el texto, ya que el artista internacional Iran do Espirito Santo se caracteriza por tener «una obra hermética y muy minimalista», como explica el poeta y comisario de arte. Hoy presenta este proyecto conjunto en Madrid a las puertas de la feria ARCO. El reconocido escultor y pintor brasileño, con obra en el MoMA de Nueva York y otros prestigiosos museos, expondrá las 40 acuarelas que acompañan el poemario en abril en la galería Senda de Barcelona.

Juncosa comenzó a escribir su nueva publicación, editada por Turner, en los primeros días del confinamiento por la covid, de ahí el título El Pangolín y el número 40, aunque no se trata de un diario sobre la cuarentena, sino de viajes. «Lo escribí para evadirme en el encierro recreando 40 lugares que había visitado y me habían gustado mucho. Es una especie de álbum de fotos, ya que no hago fotos cuando viajo; una cascada de imágenes y recuerdos, no solo descripciones», en palabras del autor de estos poemas en prosa. El único que narra su rutina durante el inicio de la pandemia es el primero, Andratx, cuya frase final invita a realizar este viaje imaginario: «Durante el estado de alerta y el confinamiento forzoso, se habla mucho de una nueva cotidianeidad. Mientras tanto, me empeño en encontrar un espacio para lo maravilloso».

Iran do Espirito Santo se sumó entusiasmado al proyecto. «Me llamó por casualidad cuando ya había redactado diez poemas y me comentó que le gustaría hacer una colaboración conmigo, por lo que le conté la idea y la curiosidad de que los viajes están un poco transformados por la memoria, ya que cuento cosas de sitios que pasaron en otros». Para el artista brasileño fue una motivación y un reto debido a que su obra escultórica y pictórica es habitualmente en blanco y negro o en gris. «Casi nunca utiliza colores, aunque en este caso decidió cambiar y hay muchos en las acuarelas, tal vez porque las imágenes de los poemas se prestan a ello. Esto es una gran novedad en él», destaca el comisario de arte, quien había trabajado en varias ocasiones con Do Espirito Santo y es un admirador de su simbólica obra.

Los textos están titulados con los lugares que evoca y ordenados alfabéticamente «para que se vea que hay cierta invención y no es un poema largo con un inicio, un desarrollo y un final, pese a que podría ser uno solo». Enrique Juncosa empieza con Andratx, donde pasó el confinamiento, sigue con Antigua y viaja a más sitios tan lejanos y exóticos como Cushamen (Argentina), el Delta del Okavango (Botsuana), Isla Chiloé (Chile), Kalat (Pakistán), Livingstone (Zambia), Mopti (Malí) y Puerto Vallarta (México), entre otros. No obstante, en El Pangolín salen además ciudades tan occidentales como Londres, Nueva York, París o Chicago.

Abstracción

Se trata de poesía en prosa, por lo que «tiene un aspecto narrativo, aunque algunas de las numerosas imágenes que se visualizan son más abstractas», dice el escritor, un habitual de este estilo literario tradicional del siglo XX. También son abstractas las acuarelas del pintor brasileño, cuya relación con los textos «siempre tiene un sentido, aunque no se perciba a simple vista», añade.

Lo que más le gusta de Iran do Spirito Santo es que, «pese a que parece que practica un arte frío, formalista y minimalista, habla de un mundo secreto e ideas un poco espirituales, como cuando crea esculturas de latas de conservas o cajas de zapatos, ya que son una metáfora de algo guardado en el interior. Asimismo, tiene muchas relacionadas con la luz, entre ellas bombillas, velas o candelabros; y pinturas en las que predomina el efecto de profundidad. Lo oculto, la luz y la profundidad son temas que explora en su obra», explica Juncosa sobre quien ha ilustrado un singular diario de viajes.

El brasileño es muy conocido en Latinoamérica y EEUU, donde le representan dos importantes galerías de Brasil y Nueva York, por lo que la editorial Turner ha publicado El Pangolín también en inglés. Ahora dará un gran salto a España, que ya tiene obras suyas en el Reina Sofía y el Macba, de la mano del poeta y comisario de arte mallorquín que se inspiró confinado en Andratx.

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