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El Amplificador

Gori Matas, un titán del piano

Ganador del Premi Ciutat de Palma de Música, como líder del trío K12, es un apasionado del jazz, lenguaje que descubrió a través de un disco de Keith Jarrett y que también cultiva en otros grupos, como Highlands Project

El Amplificador | Gori Matas, un titán del piano

Gori Matas, un titán del piano Bernardo Arzayus

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Gori Matas, un titán del piano Gabi Rodas

Imposible resumir el bagaje artístico de Gori Matas (Palma, 1988) en unas pocas líneas. Premi Ciutat de Palma 2022 por su trabajo Two Years in K12, que firma junto al contrabajista Marko Lohikari y el batería Teo Salvà (juntos forman el trío K12), su lenguaje abarca estilos como el jazz, funk, pop, rock, flamenco y tango. Ejerce de pianista, teclista, acordeonista, compositor y productor, y tras su paso por escuelas como ProArt, Factoria de Músics y Taller de Músics, actualmente se le puede encontrar en Major82, en Pòrtol. Al margen de sus trabajos para bandas como 971 Connection o Highlands Project también ha compuesto bandas sonoras para series de televisión (Mai neva a Ciutat), documentales y compañías de teatro como Corcada y La Calòrica.

Fue la guitarra, la que tocaba su padre, la que le despertó la curiosidad musical. «Tocaba de oído y sacaba sus canciones, y eso me motivó», recuerda Gori, quien al poco tiempo, siendo todavía un niño, recibió un regalo de manos de su tía que le animó a seguir jugando con los sonidos, «el típico casio pequeñito», apunta sonriente. En su casa, situada en el palmesano barrio de Blanquerna, se escuchaba mucho vinilo, discos de los 60 y 70, de los Beatles, Bob Dylan, Led Zeppelin, King Crimson… y de Maria del Mar Bonet, Serrat o Lluís Llach. Con diez años llegó su primer instrumento «serio», un piano eléctrico con el que sacaba las melodías que escuchaba y con el que convenció a su por entonces reducido pero entregado público, sus padres, que no dudaron en apoyarle en sus planes: clases de piano en la escuela ProArt y de canto en la coral de Joventuts Musicals, en el edificio de sa Riera.

El rock català, el de los Sopa, Lax’n’busto y Fora des Sembrat, le marcó en su etapa en Mata de Jonc, su escuela. «Ahí monté mi primer grupo, no recuerdo el nombre, si lo tenía. Hacíamos versiones y yo tocaba tanto el piano como la guitarra y la batería». Pero fue el piano el que le eligió, y con el que sigue, en una relación fiel, agradecida por ambas partes. «Me encanta las posibilidades que tiene un piano. El piano es como una orquesta. Un instrumento con un sonido muy perfecto y muy rico. También toco el acordeón y el órgano hammond, pero con él me considero un aficionado. Su lenguaje es tan diferente… Lo respeto y quiero seguir aprendiendo».

Con el jazz se siente como en casa, aunque al principio no estuviera cómodo en ese terreno. «No entendía nada», confiesa, hasta que le llegó a sus manos, a través de los Reyes Magos, un disco en directo de Keith Jarrett, uno de los grandes maestros del jazz de vanguardia, un genio de la improvisación. «Cuando escuché Bye Bye Blackbird por primera vez entendí de qué iba eso. Desde entonces el jazz es mi primer estilo», aclara un músico que también bebe del blues. «Me gusta cuando el jazz se nutre del blues, porque el blues tiene algo muy visceral, de expresión del alma. Todos los grandes del jazz tienen ese blues dentro».

un titán del piano

Highlands Project, el proyecto que fundó Sergi Llopis, es uno de los grupos en los que milita en la actualidad. Entró en sus filas hace un año y ahí sigue, enamorado de la «variedad de colores tímbricos» que genera este dream team del jazz que en 2021 publicó su último trabajo de estudio, Keepin’ On’, y que fue nominado anteriormente a los premios Enderrock como Mejor disco de jazz por Voiceover Vol1.

Uno de sus grandes logros llegó hace solo unas semanas, cuando recibió, como líder del grupo K12, el Premi Bonet de Sant Pere de Música que concede el ayuntamiento de Palma. El galardón, que compartió con los otros dos componentes del trío, el contrabajista Marko Lohikari y el batería Teo Salvà, lo obtuvo por Two Years in K12, el segundo álbum que publican desde su nacimiento, hace cinco años. K12 es un planeta inventado, lejano, con sus paisajes, montañas, noches y días; y cada tema de este segundo disco juega con las sensaciones que pueden transmitir esos paisajes. «Queremos hacer volar la imaginación del oyente», explica Matas.

La docencia es su otra gran pasión. Tras impartir clases en Valldemossa y Bunyola, ahora lo hace en Pòrtol, en el municipio de Marratxí. «He aprendido mucho dando clases. Major82 sigue una línea que conecta con lo que yo entiendo como música. Siempre me ha gustado ver el instrumento como un medio para investigar. A mis alumnos no les enseño conceptos concretos, sino que les ayudo para que vayan aprendiendo qué les estimula y qué no. Intento a que el alumno supere el miedo a expresarse».

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