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Miquel Barceló triunfa en Tokio

La primera retrospectiva del artista mallorquín en Japón llega a la capital con éxito de crítica y público y muestra un centenar de obras, con 40 grandes pinturas, dibujos, acuarelas y esculturas

Miquel Barceló en el museo de Mie (Japón)

Miquel Barceló llega a Tokio con su primera retrospectiva en Japón y lo hace con gran éxito de crítica y público desde que la gran exposición se inauguró el día 11 en la Opera City Art Gallery. El triunfo ha venido precedido por el reconocimiento en las demás muestras de la gira nipona, que comenzó en marzo en el Museo Nacional de Arte de Osaka y que siguió por los de Nagasaki y Mie, tal como afirmó el comisario de las cuatro, Enrique Juncosa. El especialista y el artista mallorquín de renombre mundial confían en poder acudir a la clausura en la capital el 25 de marzo, aunque dependerá de las restricciones por la pandemia.

Durante estos próximos dos meses, los asistentes recorrerán la sala expositiva y la trayectoria del pintor desde 1982 hasta el 2020 a través de un centenar de obras de todo tipo. El grueso de la muestra lo componen 40 pinturas de gran formato, aunque «también hay acuarelas, dibujos, cuadernos de notas, esculturas de terracota, de bronce y cerámicas», enumeró. Entre estas últimas, se puede ver «un grupo inédito realizado en los últimos años», añadió.

La retrospectiva incluye piezas tan conocidas como La suerte de matar (1990), que ilustró el cartel de la exposición de Osaka, y otras más recientes, como Downstairs it’s hot (2019); y representa buena parte de las etapas artísticas del genio de Felanitx, entre ellas las décadas de los 80 y los 90, África, los cuadros blancos, de relieve, varias obras curiosas y trabajos de los últimos tiempos. Las piezas han sido las mismas en las cuatro exposiciones, que Juncosa tuvo que comisariar desde la distancia debido a la covid, y el resultado «es más que satisfactorio», ya que ha supuesto «la presencia más importante que Japón ha tenido hasta ahora de la obra de Miquel Barceló», destacó.

Sus pinturas ya habían estado en este país durante una muestra colectiva en 1989 con los artistas Cristina Iglesias, Juan Muñoz y José María Sicilia; además de otras exposiciones conjuntas, la publicación de un libro en los 90 y una performance en Kioto en los últimos años, tal como enumeró el experto en arte. Sin embargo, nunca se había organizado una gran retrospectiva. Algunas de las obras exhibidas provienen de museos de Japón, como el de la Prefectura de Mie, que tiene un collage de 1982 que retrata a su pareja en aquella época.

Por su parte, el museo Marugame Hirai cuenta también con varias piezas de Miquel Barceló en su colección de arte español. Y Juncosa indica como curiosidad que «existe un museo en una isla de Japón que tiene un cuadro de una sopa de las que pintaba, pero de color negro». El comisario quiso mostrarlo en esta gran exposición, pero no pudo por «complicaciones con el transporte». La única espinita de una retrospectiva de éxito.

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