Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Música Crítica | Esfuerzo compensado

L a orquestra de Cambra de Mallorca ha realizado, este largo fin de semana de cambio horario, tres conciertos en tres espacios diferentes y con el mismo programa, una manera de rentabilizar esfuerzos y gastos, pues uno de los solistas, Olivier Charlier, ha venido de París, con lo que esto supone.

Nos referimos a tres de los Conciertos de Brandenburgo que se han ofrecido en Llubí, Felanitx y Manacor, con un grupo de solistas instrumentales y el acompañamiento, siempre efectivo, de ese grupo de músicos nuestros que, desde hace años y con Bernat Quetglas al frente, va creando afición, pueblo a pueblo, iniciativa tras iniciativa.

La sesión empezó con el Concierto número 3 de los seis que dedicó Bach al Margrave de Brandenburgo, un aristócrata que en su época no supo apreciar el regalo que le había hecho el maestro y que ha quedado como una de las grandes obras de arte de la música instrumental de todos los tiempos. Fue, en esa primera partitura, donde la orquesta mostró su lado menos interesante, con algunos pequeños, pero decisivos, desajustes entre los distintos grupos instrumentales en los que el compositor divide a los intérpretes, sin que ninguno actúe de verdadero solista.

Vino luego el que lleva el número 5, el BWV 1050. Y aquí sí que se consiguieron verdaderos momentos de imaginación musical más que notables. Primero la orquesta, que ya sin titubeos se mostró muy eficiente. Y luego los solistas: el violinista invitado, Olivier Charlier, mostró en todo momento su enorme profesionalidad y talento; el flautista Enrique Sánchez aportó su buen hacer y su sonido envolvente y, finalmente, el clavecinista Jaume Tomás brilló, como gran teclista que es, interpretando la larga y difícil cadencia del primer movimiento como lo hacen los grandes. Para mí fue el gran descubrimiento de la sesión.

Para terminar, se incorporó a la lista de solistas otro grande, el flautista Francesc Crespí, para interpretar el Concierto número 4. Junto a los ya citados Sánchez y Charlier, Crespí ayudó a subir la nota de calidad de esa velada que mereció múltiples aplausos del público, haciendo que todo el conjunto repitiera el último movimiento.

Y no podemos dejar de citar al concertino, Sebastià Pou, que imprime sello de calidad a todo proyecto en el que se involucra.

Compartir el artículo

stats