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Música

Damià Tomàs: "Ser número 1 en España fue un subidón, pero con mucha responsabilidad"

El que fuera cantante de Falcons, grupo muy popular en los años 70, publica el disco 'Maremar'

El cantante y compositor Damià Tomàs

Damià Tomàs (Palma, 1950), el que fuera cantante de los Falcons, grupo que a finales de los años 70 logró el número uno de ventas en España gracias al tema Terciopelo y fuego, publica Maremar, una colección de doce canciones inéditas que se mueven entre el rock y el pop y que responden a un ejercicio de introspección.

Maremar empezó a gestarse en 2007 pero debido a una serie de problemas técnicos el álbum quedó en punto muerto, hasta ahora, que ve la luz en una edición limitada, en formato cedé, y también en plataformas digitales. «Tengo ganas de subirme a un escenario», afirma su autor, convencido de que su voz «ha ganado en expresión y textura con el paso de los años. A mí me gusta más que como sonaba con Falcons. Diría que ahora canto mejor», subraya.

El proyecto de Maremar arrancó después de que el músico David Balaguer (Isla San Juan), entonces al frente de la agencia Global, le escuchara en un recital que ofreció en Port Adriano. «Me pidió si tenía temas propios y al escucharlos, me animó, junto al batería Miquel Figuerola, a grabar un disco», recuerda. La nómina de colaboradores es tan extensa como brillante: Nando González a la guitarra eléctrica y acústica; Toni Cuenca al bajo y contrabajo, Agustí Aguiló al piano y teclados; Xisco Balaguer (ex líder de Los Beta Quartet) al hammond y coros; Hugo Socrates a la percusión; Victor Uris a la armónica; Aina Balaguer en los coros; y Antonio Jimeno, también a la guitarra.

Damià Tomàs, en Es Figueral (Marratxí) Guillem Bosch

«Llevaba muchos años sin ganas de hacer nada, y si alguien me ha ayudado a sacar esto adelante ha sido mi hija, Claudia Tomàs», confiesa.

Todas las canciones de Maremar llevan la firma de Damià Tomàs, salvo tres: T’estim, coescrita en su día junto a Miquel Moll y Tomeu Penya, que la incluyó en su álbum Mallorquins i Catalans (Blau, 1986); y Camí florit y Romanç de cortesia a nostra dona del Carme, ambos poemas musicados de Josep Maria Llompart. «Mi hija Llucia vino un día de la escuela con un dictado que habían hecho a partir de un poema de Llompart. Le había sorprendido mucho porque todo eran nombres de plantas y flores. Al leerlo yo, de inmediato me vino la inspiración», comenta en referencia a Camí florit, un poema que, según apunta, también grabaron Maria del Mar Bonet y Joan Valent para el disco Raixa. «La Maria del Mar Bonet que me gusta es la de canciones como Madona de sa Cabana», advierte.

El deterioro de la costa mallorquina, convertido en «lamento» en el tema Mare Mar, «la liberación tras una separación» (Perdonats), la nostalgia (D’una altra manera), «la disconformidad ante las reglas que impone la sociedad» (Amén) y un amor imposible (Havia de dir-li això) son algunos de los temas que Tomàs aborda en este trabajo discográfico.

La carrera de Damià Tomàs tiene sus orígenes en la década de los años 60, cuando un amigo suyo, Patrick, le enseñó algo que cambiaría su vida. «Fueron solo tres acordes, pero quedé enamorado. Con 14 años mi madre me compró una guitarra, como las que llevaba Django Reinhardt, y empecé a desarrollar ideas, influenciado por grupos que aparecían en televisión, como el Dúo Dinámico, José Luis y su Guitarra o los Beatles».

Los Rombos, conjunto que facturaba «el pop de moda», y Decisión 7, entregado al soul, fueron sus «grupos escuela». Con Grupo 15 recorrió todas las salas de fiestas y hoteles de Mallorca, y con Falcons, alcanzó el estrellato. Lograron un tema redondo, Terciopelo y Fuego, que se situó cinco semanas en la cabecera de Los 40 Principales, alcanzó el número uno de ventas en España y les permitió fichar por el sello Philips. Giraron por toda la geografía española y el mismísimo José Luis Armenteros llegaría a escribir para ellos. «Era una persona muy cordial, divertida y amable», recuerda.

«La fuerza de Falcons residía en la batería y en la voz. Llegar al número 1 fue un subidón, pero con mucha responsabilidad. Nosotros viajamos mucho por toda España, todo fue muy rápido. Sufrimos la desconexión que se produjo en la compañía de discos Philips y las distribuidoras, y cuando el grupo se disolvió, hubo un poco de depresión. Decidimos no volver porque todo aquello nos dejó agotados», confiesa.

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