La gira de Coldplay en 2022 será la más sostenible de la banda para concienciar de la emergencia climática. El grupo se ha propuesto reducir a la mitad sus emisiones de CO2, empezando por sus desplazamientos, para lo que utilizará más vuelos comerciales en vez de chárteres, y usando energías limpias en la puesta en escena en los estadios y en los viajes por carretera, siempre que sea posible, explica en su web. Esta coletilla es importante. Una cosa es la voluntad, y otra, la realidad para estas estrellas acostumbradas al avión privado. La gira empezará el 18 de marzo en Costa Rica, donde el 99% de la energía se produce de manera limpia.
Coldplay intensifica la revolución verde en la industria musical con novedosas propuestas. Entre ellas, una batería que se alimenta de aceite de cocina reciclado, energía solar y movimiento, desarrollada por BMV. El movimiento de la gente en dos áreas con suelo cinético suministrará energía al concierto. «Cuando les diga a los espectadores que necesito que salten es porque si no se apagan las luces», explicó Chris Martin, líder del grupo, a la BBC. El escenario estará cubierto de placas solares y los láseres, luces y pantallas led de última generación permitirán disminuir a la mitad el consumo de energía.
La preocupación por el medio ambiente también afecta a otros aspectos de la gira, como la reutilización de materiales, el reciclaje de residuos y el ahorro de agua. Coldplay solicitará que todos los recintos utilicen aireadores en los grifos y ofrecerá agua gratis para el público, que podrá llevar sus propias botellas reutilizables. Su intención es erradicar el plástico. Los vasos, reutilizables, serán de aluminio, material fácil de reciclar y cuyo proceso produce solo el 5% de dióxido de carbono comparado con el que genera el aluminio primario. En tierra se utilizarán vehículos eléctricos o que funcionen con biocombustible y, cuando vuelen, se comprometen a pagar un recargo para utilizar combustible sostenible, que puede reducir hasta un 80% las emisiones de carbono.
Un árbol por cada entrada
La revolución verde del Music of the Spheres World Tour llegará hasta al confeti, 100% biodegradable, y a las pulseras led del público. Esta vez serán de material compostable y se recogerán, esterilizarán y reutilizarán después de cada concierto. Pero, pese a todos los esfuerzos, la huella de carbono existirá, teniendo en cuenta los desplazamientos de Coldplay, pero sobre todo los que harán sus millones de los fans. El grupo promete plantar al menos un árbol por cada entrada vendida para reparar todo el daño causado por la gira al medio ambiente. Además, ha diseñado una app que ofrecerá descuentos a quienes busquen alternativas a las energías fósiles para llegar al concierto.
Los grandes festivales también han tomado nota. Ya existen hasta distinciones para los más verdes. El Primavera Sound obtuvo en 2019 la certificación de «altamente recomendado» por A Greener Festival, compañía sin ánimo de lucro fundada en 2005 que se dedica a evaluar la eficiencia de los festivales en términos de sostenibilidad y de impacto en el medio ambiente. Citas importantes como Glastonbury y Roslkilde también siguen sus consejos. «Hoy no puedes realizar ningún acontecimiento enfocado a los jóvenes sin perspectiva verde y feminista», señala Marta Pallarès, portavoz del Primavera Sound.
Mejorar en cada edición
La próxima edición del Primavera Sound durará 10 días, incluirá dos fines de semana y ofrecerá conciertos por toda Barcelona. La intención es mejorar en cada edición pero, se mire por donde se mire, un gran festival como este, con más de 200.000 personas, genera impacto ambiental. «Somos conscientes de nuestras propias contradicciones. Cuanta más conciencia medioambiental adquieres, más te preocupas por lo que se puede hacer».
En 2019 se recogieron y reciclaron un total de 37,85 toneladas de residuos. «En la próxima edición habrá un plan de acción específico para disminuir a la mitad el impacto negativo», cuenta Pallarès. «Reduciremos más la cantidad de residuos y la huella de CO2». Y se seguirá compensando la huella de carbono a través de Lavola, empresa que gestiona y compensa el efecto de gases invernadero con la inversión en proyectos sostenibles, como una planta de energía eólica en Turquía. Su relación con ella empezó en 2015 y permitió al Primavera Sound conseguir el Certificado y el Sello Clean CO2 Certified, que garantizan su compromiso contra el cambio climático.
Desde 2019 tanto el Primavera Sound como el Cruïlla se han comprometido a cumplir los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU para 2030. Fruto de este acuerdo se estableció el uso del vaso reutilizable de polipropileno. Pero esta medida que la gente considera ecofriendly solo es realmente sostenible si se utiliza el vaso siete veces o más. En la actualidad se investigan otras alternativas como la cerámica y el aluminio. «Miro con cierta cautela la etiqueta de festival verde. Es difícil ser sostenible cuando se trata de grandes citas. Pero no niego que sirve para concienciar y crear tendencia», señala Jordi Herreruela, director del Cruïlla.
Para él la prevención y minimización de los impactos ambientales y la relación con la comunidad local son prioritarios. Además de colaborar con Lavola, el festival trabaja con Gabeiras y Asociados, despacho ético especializado en derecho ambiental y economía social y sostenible en el ámbito cultural. «La implicación de Coldplay es importante porque tiene un impacto mediático brutal. Hará que otros grupos se involucren más», sostiene Herreruela.
Todos a una
Si algo tiene claro es que el medio ambiente necesita de acciones conjuntas. Por eso esta semana los festivales españoles han decidido unir fuerzas y buscar soluciones «para todos» mediante la creación de un grupo de trabajo enfocado en sostenibilidad. Entre sus objetivos: potenciar los generadores de hidrógeno, que no producen CO2, para abastecer de energía los escenarios. «Los actuales tienen poca potencia y son caros», subrayan.
El primer informe sobre sostenibilidad y cultura en Cataluña que presentó el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (Conca) el año pasado indica que queda mucho por hacer: solo el 13% de las organizaciones culturales incluidas en el estudio miden siempre el impacto ambiental de su actividad. El estudio concluye que, «excepto en contadas excepciones, las políticas y estrategias culturales no suelen incluir el cambio climático y la crisis ecológica en sus planes».
El Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC) trabaja en el diseño de un plan estratégico de sostenibilidad. En la actualidad, a la hora de dar subvenciones, se valoran unas pautas medioambientales específicas de cada sector. «El ahorro energético es uno de los aspectos que sí tienen interiorizado las empresas porque reduce costes», señala Miquel Curanta, director del ICEC. «Pero, a diferencia de lo que ocurre en países como el Reino Unido, donde los artistas han hecho suyo el discurso del clima, hacen campañas de concienciación y reclaman cambios al Gobierno y a las empresas, aquí no pasa igual». Y añade: «Hacen falta más artistas que hagan suya la bandera de la sostenibilidad». Coldplay decidió no salir de gira hasta hallar sistemas menos contaminantes y más sostenibles. ¿Cuántos grupos de aquí podrían permitírselo?
De Massive Attack a Billie Eilish, otros artistas que predican con el ejemplo
Coldplay no es el único abanderado contra el cambio climático. Hace años que artistas como Neil Young, Massive Attack y Radiohead empezaron a predicar en este campo, y no solo con sus canciones. Massive Attack, por ejemplo, ha publicado un documental producido en colaboración con el Tyndall Centre For Climate Change Research sobre el impacto ambiental que tiene la industria de la música en directo y en su gira del año próximo el grupo de trip-hop ha realizado cambios sustanciales para reducir dicha huella.
La joven Billie Eilish también anima al público a llevar sus propias botellas de agua reutilizables y así eliminar las de plástico de un solo uso en sus conciertos. Además trabaja con organizaciones sin ánimo de lucro para minimizar el impacto medioambiental de sus giras. «Necesitamos acciones urgentes», reclamó la artista hace pocos días consciente de la importancia de la cumbre del clima de Glasgow que se acaba de inaugurar.
Por su parte, Maroon 5 lleva desde 2007 implementando guías para ser más ecológicos. Y mucho antes que ellos, el norteamericano Neil Young empezó a dar ejemplo desplazándose con un Lincoln de 1959 cuyo motor funciona con biocombustible. También los miembros de Radiohead fueron pioneros en el Reino Unidos utilizando energía solar en sus amplificadores y usando leds.
