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Maite Villar Directora de la Esadib

«La gestión anterior de la Esadib no fue mala, lo que pasó dentro de las aulas es otro tema»

La actual directora del centro considera que «el trabajo del equipo directivo y el comportamiento de los profesores son dos temas totalmente diferentes»

La directora Maite Villar (centro), flanqueada por Biel Jordà (jefe de estudios) e Irene Pascual (secretaria), ayer, en la Esadib. Guillem Bosch

La nueva directora de la Esadib, Maite Villar, ofrece su primera entrevista junto al nuevo jefe de estudios, Biel Jordà, y la secretaria académica, Irene Pascual, para abordar las últimas noticias y los retos académicos de la entidad.

Primera entrevista con todo el equipo directivo. Antes solo las daba el director en solitario. ¿Por qué este cambio?

Maite Villar: Queremos hacer esta entrevista los tres porque entendemos la dirección académica de la Esadib como un trabajo de equipo, no de una persona. A partir de ahora estaremos presentes los tres siempre junto a la persona responsable de comunicación. Esto cambiará también la forma de abordar la dirección del centro porque todo está consensuado, a pesar de que antes ya lo estaba, pero queremos dar más visibilidad a todas las personas que trabajan en el centro.

Esta escuela arrastra quejas relacionadas con la transparencia. ¿Qué va a cambiar?

M.V.: Nuestro objetivo principal es abrir la escuela a la sociedad. Las gestiones de un centro siempre son transparentes. Sean públicos o menos públicos. Una escuela superior que depende de un patronato debe ser transparente. Nosotros no tenemos poder administrativo ni capacidad de gestión económica, solo académica. Hay decisiones que nosotros no tomamos, sino que se toman de acuerdo con el Patronato y la fundación. Queremos que pueda participar la sociedad, los alumnos, los profesores y el personal. Hasta ahora ha sido transparente, aunque digan lo contrario, porque es una entidad pública y tiene que ser así. La Esadib no estaba tan abierta a la sociedad como se demandaba. Había carencias a la hora de darnos a conocer, participar de la realidad social y tener en cuenta a los alumnos, porque mucha gente no conoce el centro. La transparencia significa estar en contacto con la realidad. Nuestro objetivo es buscar vías para dar a conocer el trabajo que hacemos aquí, que nuestros alumnos salgan fuera, mostrar sus trabajos finales y hacerlos visibles para el público. Somos conscientes de que es un centro pequeño, con espacios limitados. Buscamos firmar acuerdos de colaboración con otras entidades para poder sacar nuestros talleres, dentro y fuera de la isla.

¿Existían carencias en las relaciones con otras entidades como los teatros públicos o la UIB?

M.V.: Claro que hay carencias. Eso es obvio. Yo pertenecía a la anterior dirección y siempre se ha trabajado para mejorar en ese sentido. El problema es que se trata de un trabajo lento. La diferencia es que la nueva dirección somos conscientes de este hecho y tenemos que abordarlo. Estamos trabajando para mejorar lo que no funcionaba bien.

Biel Jordà: Las otras instituciones se han dado cuenta de que son necesarias para dar impulso a la escuela. Nuestros recursos son limitados, pero podemos llegar lejos de forma colaborativa. Incluso la conselleria de Educación tiene que entender que debe ayudarnos más. La comunicación es fundamental para tener visibilidad. Ya que estamos volviendo a salir y ver la luz, que la salida sea importante.

Usted era jefa de estudios cuando saltaron las denuncias de acoso sexual de dos profesores. ¿Por qué decidió presentarse? ¿Está totalmente desvinculada de aquello?

M.V.: Sentía la responsabilidad de hacerlo. Conozco la escuela desde dentro porque fui jefa de estudios y eso te aporta un conocimiento enorme. La gestión que se hacía antes no era mala. Lo que pasa dentro de las aulas es otro tema. No puedo decir que todo lo que hizo el anterior equipo directivo estaba mal, porque consiguieron grandes avances como un proyecto y grupos de investigación que pocas escuelas de arte dramático tienen. La transparencia de un equipo directivo no tiene ni que defenderse porque no se puede hacer otra cosa. Las instituciones públicas están miradas con lupa y son transparentes. El trabajo del equipo directivo y el comportamiento de los profesores en el aula son dos temas totalmente diferentes. Yo no puedo controlar o saber qué hace un profesor en sus clases. Desde el primer momento sentía la responsabilidad de poner a cargo de la escuela todo mi conocimiento.

¿Hay un nuevo protocolo para que no suceda lo mismo?

M.V.: Desde el momento que salió esta noticia se empezó a redactar un protocolo de prevención, actuación y acompañamiento.

Kelly Martínez: A principios de junio comenzaron a escribir este documento de protocolo. Se constituyó una comisión negociadora para valorar la necesidad de la escuela, la situación actual y diseñar el plan. Aquí estarán dos miembros del comité de empresa, el gerente de la Fundació per als Estudis Superiors de Música i Arts Escèniques de les Illes Balears (Fesmae), Toni Triay, y nuestra responsable de Recursos Humanos, que tiene una formación en igualdad de género. Luego se busca una empresa especializada para que pueda hacer un estudio de la situación en la Fesmae y presentan un borrador. Esto se revisa por la comisión y pasa a discutirse con el comité de empresa. De momento ha habido tres reuniones. La última vez fue hace dos semanas y el comité de empresa tiene que dar una respuesta. Cuando se apruebe, tendrá que revisarlo el Patronato. Están trabajando en ello. La intención es que el nuevo protocolo contra el acoso esté redactado e implantado en diciembre. Todo el personal debería hacer una formación especializada en igualdad de género, pero será voluntaria. Para empezar un cambio creemos que todos deberían involucrarse.

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