El director mallorquín Daniel Monzón ofrece su propia visión romántica y colorista del cine quinqui en Las leyes de la frontera, la película basada en la novela homónima de Javier Cercas que ayer clausuró la 69 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

«Nuestro western es el género quinqui, una mitificación de la figura del delincuente», explicó ayer el director de películas como El niño o Celda 211, que le valió el Goya al mejor director.

Tomando como punto de partida aquellas cintas de los 80 de Eloy de la Iglesia, Juan Antonio de la Loma o el propio Carlos Saura, interpretadas por quinquis reales, Monzón quería recuperar «esa frescura» pero al mismo tiempo alejarse de ellas.

«Los quinquis están muertos, murieron abatidos a tiros o con un pico en el brazo. Lo que propongo en Las leyes de la frontera es otra cosa, una supervitaminización del género y una estilización», declaró. Además, el mallorquín añadió que eso se lo permite «que el punto de vista es el del protagonista, que recuerda todo aquello como la etapa más pasional de su vida y vuelve a ello, pero desde una visión romántica, llena de color y con mucha energía».

Ambientada en Girona en el verano de 1978, la historia gira en torno a Nacho Cañas (Marcos Ruiz), un estudiante de 17 años introvertido e inadaptado que al conocer al Zarco (Chechu Salgado) y a Tere (Begoña Vargas), dos jóvenes delincuentes del barrio chino, se ve inmerso en un triángulo amoroso y en una carrera imparable de robos y atracos.

«Ese triángulo de amistad y amor es el motor de la película, tenía que sentir que esas tres patas eran firmes y estoy encantado porque creo que los tres actores han conseguido encarnar realmente a esos personajes. El propio Cercas cuando vio la película pensó que sus criaturas estaban vivas», afirmó Monzón. Durante el confinamiento por la pandemia, que obligó a posponer el rodaje, Monzón enviaba correos electrónicos llenos de referencias de películas y libros a sus actores para ayudarles a que se zambulleran en la época. Vargas es quien lo tuvo más difícil.

El director señaló que «me empapé a fondo de todas pero no había muchas mujeres en esas películas. La única Deprisa, deprisa de Saura. De ahí cogí algo para Tere, pero es verdad que no había mucho».

«Se suele recordar la cara A de la Transición, la alegría y esperanza de todo el mundo que creía en una España diferente», apuntó Monzón, «pero la cara B era gente que vivía en torno a las grandes ciudades, sin trabajo y cuyos hijos veían que se estaba viviendo una fiesta a la que no estaban invitados y querían participar».

Además, el cineasta recordó que «la sociedad te mira de forma distinta si has nacido en una parte de la frontera o en otra. Si perteneces al lado correcto, aunque cometas un desliz puedes volver al redil, pero si has nacido al otro lado, te puedes pudrir y morirte de sida en una cárcel porque es lo que tocaba».

Las leyes de la frontera llegará a los cines el próximo 8 de octubre. Junto a canciones de la época, la banda sonora la firman Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, la banda de rock sevillana que ha actualizado la psicodelia mezclándola con flamenco y rock progresivo; ellos lo llaman «kinkidelia».

La película ‘Blue moon’ se alza con la Concha de Oro de San Sebastián

La película Blue Moon, opera prima de la cineasta rumana Alina Grigore, ganó anoche la Concha de Oro del 69 Festival internacional de Cine de San Sebastián, mientras que Earwig, de Lucile Hadzihalilovic, recibió una mención especial del Jurado y Jessica Chastain se alzó con el premio a mejor interpretación protagonista por Los ojos de Tammy Faye.

La gala de clausura del Zinemaldia fue presentada por Edurne Ormazabal y el actor Alberto San Juan. Tras la lectura del palmarés, el director Luis Monzón presentó, antes de su proyección, Las leyes de la frontera junto al equipo de la película. El filme es una adaptación de la novela homónima de Javier Cercas.

La cineasta rumana Alina Grigore se hizo con la Concha de Oro por su película Blue Moon. La directora afirmó que «este premio es un homenaje a artistas que quieren hablar y expresar la creatividad femenina y la creatividad en general».

El Premio Especial del Jurado fue para Lucile Hadzihalilovic por Erwing. La cineasta agradeció al Jurado «haber recompensado una película silenciosa, oscura, larga y además, sin guion».

La cineasta rumana Alina Grigore recibe ayer la Concha de Oro. REUTERS

Asimismo, la Concha de Plata Mejor dirección se la llevó Tea Linderburgh por Du som er i himlen/ As in Heaven. La directora reconoció que «nunca había ganado nada» en su vida y este galardón era para ella «una locura, una maravilla».

La Concha de plata a la mejor interpretación protagonista, por primera vez sin distinción de género, fue ‘ex aequo’ para Flora Ofelia Hofman Lindhal por Du som er i himlen/ As in heaven y AS Jessica Chastain por Los ojos de Tammy Faye/ The eyes of Tammy Faye. Ambas entraron en el escenario de la mano para recoger este reconocimiento. Hofman confesó que «es como si estuviera soñando» y dio las gracias a su familia y a la directora Tea Lindeburg, por «creer» en ella. 

El Premio del Jurado al Mejor Guión fue para Terence Davis por Benediction, mientras que la Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto fue para el elenco de Quien lo impide de Jonás Trueba. Por otro lado, el Premio del Jurado a Mejor Fotografía fue para Claire Mathon por Enquête sur un Scandale d’état / Undercover de Thierry de Peretti. Recogió el premio el cineasta, que señaló «es la tercera vez» que ha tenido «la fortuna de colaborar con Mathon, una de las artistas más importantes del cine francés» y esta película «le debe muchísimo».