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El cine como postal turística

Magda Rubí ha realizado un exhaustivo estudio sobre la conexión del turismo y el audiovisual en la isla entre 1898 y 1950

La historiadora Magdalena Rubí investiga la conexión entre el cine y el turismo en Mallorca

La historiadora Magdalena Rubí investiga la conexión entre el cine y el turismo en Mallorca B. Ramon

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La historiadora Magdalena Rubí investiga la conexión entre el cine y el turismo en Mallorca Gabi Rodas

La conexión entre el cine y el turismo es el tema central de un exhaustivo estudio realizado por la historiadora Magda Rubí. Una investigación que se inició en 2011, gracias a una beca FPI concedida por la conselleria d’Educació del Govern, y que ha fructificado en una tesis doctoral de casi 500 páginas que lleva por título La construcción de la imagen turística de Mallorca a través del cine (1898-1950). Su autora, que tiene el propósito de publicar su estudio en forma de ensayo, ha logrado aportar datos inéditos sobre películas que ya se conocían y ha permitido «sacar a la luz nuevos títulos aunque no todos han podido ser localizados físicamente», un hecho que no resulta extraño debido a la «situación general de pérdida que vive el patrimonio cinematográfico».

El objetivo principal de Rubí ha sido estudiar y analizar cuál ha sido la imagen turística que se ha construido a partir de las filmaciones realizadas en Mallorca entre 1898 y 1950, así como ver qué tipos de filmaciones se hacían, si eran ficción o documentales, quiénes eran sus responsables y si existía una concepción social de la idea de que el cine podía ser un medio adecuado y potente a la hora de promocionar un destino turístico. «La imagen que se construye, en general, a partir de estas filmaciones muestra una tensión constante entre unos elementos más estereotipados y que hacen que el territorio quede como un ambiente cerrado, estancado, a partir sobre todo de elementos histórico-artísticos como la Catedral o el Castell de Bellver, y también unos elementos paisajísticos muy focalizados casi siempre en la Serra y un folclorismo muy falseado. Y esto en contraposición a un imagen muy moderna a partir de la aparición de medios de transporte como el coche o el tren», resume.

La elección de 1898 como fecha de inicio para su investigación no es casual, porque en ese año se tiene documentado el primer filme realizado en Mallorca, que desde muy tempranas fechas se convirtió en uno de los destinos turísticos españoles por excelencia. Las fuentes consultadas por Rubí se centraron en publicaciones de Josep Antoni Pérez de Mendiola, Cristòfol-Miquel Sbert y Catalina Aguiló, «de gran valor a la hora de establecer el punto de partida»; artículos de opinión sobre las filmaciones que aparecían tanto en la prensa local como nacional; y documentación archivística, la más importante, la del Fomento del Turismo de Mallorca. Unas fuentes que confirman que numerosas compañías cinematográficas y cineastas particulares tanto nacionales como extranjeros se interesaron en filmar en la isla, «contribuyendo así a crear un imaginario sobre el lugar», señala.

«En los casos foráneos provenían especialmente de países con una industria cinematográfica sólida: Estados Unidos, Francia y Alemania. Aunque en los años 40 la presencia de filmaciones extranjeras fue más bien escasa debido a la situación de autarquía. En general, las producciones de ámbito nacional fueron las más numerosas, y con relación a ello hay que destacar que desde tempranas fechas agentes mallorquines se dotaron de cámaras para llevar a cabo sus propias películas. Es muy sintomático el hecho de que la que es presumiblemente la primera filmación realizada en la isla tenga, sin seguramente pretenderlo, una relación tan directa con el incipiente turismo al mostrar un barco de pasajeros. Así, la película de 1898 del catalán Fructuós Gelabert inauguraba una tendencia que se prolongaría en el tiempo y que estuvo caracterizada por las sinergias constantes, demostradas y variadas entre el cine relacionado con Mallorca y el turismo», explica.

Rubí, que ha tenido que enfrentarse a los problemas derivados de la conservación y localización de estas filmaciones, solo ha trabajado con películas de carácter profesional dejando al margen las amateurs «porque sino la búsqueda hubiera sido eterna», aclara. Su investigación contempla unas 75 cintas y no todas tuvieron «una clara y manifiesta voluntad de servir de propaganda turística». Algunas se rodaron en la isla sin motivación turística, sino por exigencias del guion o porque se buscaban espacios exteriores y una luz natural que funcionaba muy bien.

'Jack el Negro', con el actor ganador de un Oscar George Sanders.

'Jack el Negro', con el actor ganador de un Oscar George Sanders.

Todo apunta a que la idea de hacer filmaciones en Mallorca con fines propagandísticos comenzó en 1909, «con un encargo de un empresario mallorquín a una empresa foránea». Precisamente ese era otro de los objetivos que perseguía el estudio de Rubí, analizar el papel que jugaron tanto los particulares como las instituciones a la hora de hacer películas propagandísticas para el territorio. «Y me encontré con sorpresas», confiesa. «Es cierto que existía una conciencia de que el cine podía ser una herramienta válida para impulsar el turismo. Así lo reflejan las actas del Fomento de Turisme, que consulté. En 1910 ya hablaban de hacer películas con ese fin pero no tiene el dinero suficiente y tuvieron que apostar por otros formatos, como las guías. Ayudaron moralmente a determinadas iniciativas particulares y no pudieron materializar aquel deseo hasta 1950», afirma.

Josep Maria Verger fue uno de esos particulares que entendió el cine como un medio útil para la promoción del territorio (ni las instituciones ni los empresarios del sector turístico se mostraron animados a la hora de emprender filmes propagandísticos). Funcionario de la Diputación Provincial, convenció a los responsables de esta institución para que filmaran una película a semejanza de otra que había visionado sobre los atractivos de Argentina. El resultado fue Mallorca, una película que se proyectó, enmarcada en un espectáculo que incluía un recital poético y una actuación de xeremiers, en Madrid y también durante un pase privado para la Familia Real de entonces, con Alfonso XIII al frente de la misma.

Es importante subrayar que, según Rubí, estos filmes «no llegaron a un gran número de público» y tuvieron «muy pocas proyecciones». ¿Hasta qué punto incitaron a gente a descubrir Mallorca? «No creo que movieran a muchos», contesta la historiadora.

'Black Jack', que en España se anunció como 'Jack el Negro', se rodó en 1949

'Black Jack', que en España se anunció como 'Jack el Negro', se rodó en 1949

Entre los descubrimientos realizados con su investigación sobresale uno y hace referencia a la primera filmación de ficción de iniciativa local hecha en la isla. Hasta ahora se ha defendido el año 1925 como la fecha que marca esa dirección, con dos títulos: Flor de espino y El secreto de la pedriza. Rubí cita como pionera en este campo El sueño de Alirot, de 1914, una película que no se ha localizado y que fue impulsada por La Protectora.

Hubo películas que ofrecieron una imagen perjudicial de Mallorca y ante eso la opinión pública reaccionó. «La población no se vio reflejada en ellas y se disgustó. Sucedió con Vísperas nupciales en Mallorca, que recreaba una boda en el medio rural; y también con Venganza isleña, una producción española contra la que se rebeló el público, que acabó rompiendo las sillas del lugar en el que se proyectó y pidió el cambio del título».

Lejos de cruzarse de brazos, Rubí seguirá investigando, buceando en un patrimonio, el audiovisual, castigado por la desidia y el olvido. «Hay películas que me intrigan, como una que se rodó en los años 20, un período en que abundan las producciones alemanas y francesas que vienen a Mallorca a hacer filmaciones. Está dedicada a Chopin y se conservan fragmentos en archivos particulares. Sería una de las primeras películas que se rodaron en la Cartoixa de Valldemossa».

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