Sobriedad, elegancia y humildad definen el estilo y la personalidad del cineasta Mario Camus, cuyo amor por la literatura le llevó a convertir novelas como 'Los santos inocentes' de Delibes o 'La colmena' de Cela en obras maestras del cine español.

Goya de Honor 2011 y Premio Nacional de Cinematografía 1985, formó parte junto a Carlos Saura, Basilio Martín Patino o José Luis Borau del llamado 'nuevo cine español', un movimiento que a partir de la década de los 60 se caracterizó por un deseo rupturista y un trasfondo más intelectual que el cine que se hacía hasta entonces.

Decía Camus (1935-2021) que presumir de dirigir una película era algo grotesco porque el cine es un trabajo de equipo y le impresionaba especialmente el trabajo de los actores a quienes atribuía gran parte del mérito de la que se considera su obra cumbre, 'Los santos inocentes'.

En una entrevista con Efe con motivo del 30 aniversario de la película, el director recordaba lo complicado que fue sacar adelante la producción de lo que muchos veían entonces como "una película de catetos" y que retrataba la servidumbre de una familia de campesinos a las órdenes de los señores del cortijo.

"El señorito hoy no está en el cortijo sino en el banco", subrayaba el cineasta para dejar clara la vigencia de la historia.

La película batió récords de recaudación y triunfó en el Festival de Cannes, donde obtuvo una mención especial y un premio exaequo a los actores Paco Rabal y Alfredo Landa.

Un éxito aun mayor del que había obtenido dos años antes con 'La colmena' de Cela, ganadora del Oso de Oro del Festival de Berlín.

En su mejor década, la de los 80, Camus brilló tanto en cine como en televisión con sus adaptaciones de Galdós -la serie 'Fortunata y Jacinta', Arturo Barea -otra serie, 'La forja de un rebelde'- y Lorca -'La casa de Bernarda Alba'-, además de Cela y Delibes.

Pero mucho antes ya había llevado a la gran pantalla varias novelas de Ignacio Aldecoa: ‘Young Sánchez’ (1964), ‘Con el viento solano’ (1966) y ‘Los pájaros de Baden-Baden’ (1975).

En los inicios de su carrera también hizo varias películas de encargo para lucimiento de artistas como Marisol (‘Los días del pasado’, 1978), Raphael, al que dirigió en tres ocasiones (‘Cuando tú no estás’, 1966, ‘Al ponerse el sol’, 1967 y ‘Digan lo que digan’, 1968), y Sara Montiel (‘Esa mujer’, 1968).

Nacido el 20 de abril de 1935 en Santander, Camus se trasladó a Madrid para estudiar Derecho y junto a Basilio Martín Patino fundó el cineclub de los colegios mayores. No terminó la carrera porque en 1957 ingresó en la Escuela Oficial de Cine.

Colaboró con Saura en el guion de ‘Los golfos’ (1959), referente del cine quinqui, en 1963 firmó su primer cortometraje ‘La suerte’ y su primer largometraje, ‘Los farsantes’, adaptación de una novela de Daniel Sueiro.

Como guionista intervino además en ‘Llanto por un bandido’ (1964) de Carlos Saura, y en tres películas de su amiga Pilar Miró, ‘Werther’ (1986), ‘Beltenebros’ (1992) -candidata al Goya al mejor guión adaptado-, y ‘El pájaro de la felicidad’ (1993).

Entre sus trabajos más recientes destacan, todas con guiones originales suyos, ‘Sombras de una batalla’ (1993) en la que aborda el tema de ETA y los GAL, ‘La playa de los galgos’ (2002), también sobre terrorismo y la última, ‘El prado de las estrellas’ (2007), un drama rural protagonizado por Álvaro de Luna.

En los últimos años se dedicaba a impartir charlas y conferencias y en 2015 publicó un libro de relatos, aunque nunca abandonó su deseo de seguir filmando y solía comentar que le faltó adaptar al cine ‘Los amores tardíos’ de Baroja.