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Arte

Una empresa asturiana diseña un marco "mágico" para el cuadro de 'Las hilanderas' de Velázquez

La estructura, imperceptible para el visitante, facilita la conservación de la obra que se exhibe en el Museo del Prado por primera vez en su tamaño original

El nuevo marco de 'Las Hilanderas' de Velázquez.

Nadie lo ve, pero detrás del cuadro de "Las hilanderas" de Velázquez hay magia. Esta obra maestra de la pintura europea que descansa en el Museo del Prado es ahora más pequeña. En realidad, es tal como la concibió el pintor: de 167 centímetros por 250. La reducción del lienzo a su tamaño original obligó a readaptar el marco y ahí entró en juego la empresa asturiana Proasur. Desarrolló una instalación pionera en España que, además de abrazar el nuevo tamaño de la obra, facilita su conservación gracias a una estructura invisible para el visitante.

Un innovador sistema que deleita y conserva

El sistema que abraza a "Las hilanderas" consiste en un panel que integra la obra en la arquitectura de la sala de exposición. Dicho en otras palabras: la estructura metálica que sustenta el lienzo y el resto de elementos para conservar el lienzo quedan escondidos tras un "recubrimiento especial para asemejarlo lo máximo a la pared" del museo, explica Javier Martínez, director de operaciones de la compañía Proasur. "También se han tenido en cuenta las características de la sala. Es un edificio antiguo y había que enfrentarse a cosas como que el suelo no está nivelado y las paredes no son perfectas", añade.

El resultado ha sido un montaje pionero en España que va más allá de lo ornamental. Han conseguido una estructura que aúna criterios estéticos, de conservación preventiva y de sostenibilidad.

Aunque el ojo humano no lo pueda ver, detrás del cuadro hay muchas horas de esfuerzo. En concreto, hay dos años de trabajo. Desde su diseño previo, llevado a cabo por el estudio 4 Paredes, al trabajo técnico de Proasur, que comenzó en febrero de 2020 y terminó en julio de este año. Al resultado final no le falta detalle.

La altura a la que se colocó el cuadro y su inclinación es "tal cual estaba colgado en su momento en el palacio, cuando se pintó", explica Martínez. Para ello usaron un sistema de poleas y elementos mecánicos que se ajustan al milímetro.

¿Por qué se amplió el cuadro en su día?

La razón de ampliación del cuadro, como ocurrió con otras obras de la época (dos de ellas retratos ecuestres también de Velázquez) fue puramente decorativa: había que llenar las paredes del recién estrenado Palacio Real y se necesitaban cuadros grandes, explicó el jefe de Conservación de Pintura española del Museo del Prado, Javier Portús. Pero en el caso de “Las hilanderas”, que adornó el comedor del rey en el Palacio Real, estas alteraciones, en las que se añadieron un arco y un óculo, afectaron a la lectura del contenido del cuadro pues provocaron que la escena que transcurre ante el tapiz que reproduce “El rapto de Europa”, en un segundo plano tras las tejedoras, se percibiera más alejada.

Así, durante mucho tiempo los espectadores del cuadro han visto la representación de una escena cotidiana en un taller de tapicería con un primer plano en el que Velázquez representó tareas relacionadas con el hilado y un fondo con unas damas de pie ante un tapiz. Este plano cobra ahora el protagonismo que Velázquez quiso darle al no verse estos añadidos, ya que los elementos principales de la historia que cuenta el pintor se encuentran en el espacio del fondo, donde la diosa Palas discute con Aracne. Y tras ellas el tapiz de “El rapto de Europa”, que pintó Tiziano para Felipe II y a su vez copió Rubens.

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