Creado a principios de 2020, como una iniciativa de la violinista mallorquina Mayumi Sargent y la violonchelista griega Antigoni Seferli, el cuarteto de cuerdas PuraCorda se ha especializado en la interpretación del repertorio con criterios historicistas, que es lo mismo que decir acercarse al sonido original, tal como sonaba cada obra en la época en la que fue concebida. Tanto Sargent como Seferli estudiaron en el conservatorio de Ámsterdam, uno de los centros más importantes en los que se trabajan esas maneras de hacer música.

Naturalmente que la interpretación historicista requiere, además de una manera de tocar específica, tener unos instrumentos adecuados, así que para el repertorio de los siglos XVIII y principios del XIX, es necesario que tengan cuerdas de tripa, no sintéticas, pues de ese material eran los violines, violas y violonchelos de aquella época. Es así en el caso de PuraCorda, que incluso quiere ir más allá, proponiendo lecturas de obras del siglo XX con ese tipo de instrumentos, un hecho que hace que el grupo tenga ese valor añadido que lo hace diferente a otros similares. Tocar con instrumentos de tripa composiciones del siglo XX es para Mayumi Sargent «una manera de explorar y abrirse a nuevas perspectivas basadas en la investigación actual».

El cuarteto PuraCorda.

El cuarteto PuraCorda. Facebook

El cuarteto, del que también forman parte el violinista griego Panagiotis Charalampidis y la violista menorquina Eura Fortuny, tiene su sede habitual en Ámsterdam, desde donde viaja a otros lugares europeos, «cuando las condiciones lo permiten, pues durante esos tiempos de pandemia hemos cancelado o postergado las actuaciones que teníamos previstas», explica Sargent.

Para los dos recitales que presentan en Mallorca, mañana sábado en la iglesia de Alaró y el domingo en la del Port de Sóller (siempre a las 20.30h), el grupo ha elegido un programa formado por el Cuarteto de cuerda número 1 de Edvard Grieg, para Sargent «una obra fantástica muy poco interpretada», Tres Romanzas de Frank Bridge, «el que fuera maestro de Benjamin Britten» y el Cuarteto número 3 de la compositora irlandesa Elizabeth Maconchy, una obra que «bien merece mucha más atención, como la de otras mujeres que han compuesto obras muy interesantes pero que no se conocen».