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Piotr Beczala Tenor

«Es muy importante para un joven cantante tener un buen maestro que le guíe»

El tenor polaco arriesgará mañana en su concierto con un programa italiano de canciones poco conocidas «que gustará mucho»

Piotr Beczala, en uno de sus recitales. |

El tenor polaco, considerado uno de los mejores del mundo en su repertorio, dará un recital mañana miércoles en el claustro de Sant Domingo de Pollença, como parte de las celebraciones de la edición número sesenta del Festival de Música.

En Pollença ha elegido un programa con canciones de Donaudy, Respighi, Tosti y Leoncavallo, así como algunas aportaciones operísticas ¿Qué criterios utiliza a la hora de confeccionar un programa de recital?

Desde la organización me pidieron un programa italiano. Hubiera sido fácil llenarlo con arias de óperas famosas, pero opté por algo diferente, canciones poco conocidas de autores que no son los de siempre, pero que tienen un enorme talento. Estoy convencido de que el repertorio gustará mucho.

¿Qué representó tener como maestra a Sena Jurinac?

Todo, lo representó todo. Ella salvó mi voz cuando yo tenía veinte años. En aquel momento me dejaba llevar por el repertorio italiano, con Puccini como principal baza, entonces ella me dijo que lo abandonara y que cantara Mozart. Fue una decisión difícil de tomar, pero lo hice y me ayudó a cantar mejor, a consolidar mi voz. Ese cambio de repertorio me dio confianza, pues mi voz dejó de ser pesada y poco a poco se fue aligerando. Es muy importante, para un joven cantante, tener un buen maestro que le guíe. Muchos solistas empiezan con repertorios duros demasiado deprisa. Cavaradossi, por ejemplo, no debe cantarse temprano, se debe seguir una lógica.

Con Werther en Múnich en 2007 se le abrieron las puertas de todos los teatros.

Ganar el premio con esa ópera fue muy importante, aunque considero que en aquel momento mi carrera ya había empezado a despegar. Para mí, el año clave es 2004.

¿Se prepara diferente ante una ópera entera que ante un recital?

Completamente, en la ópera completa debes entrar de lleno en la historia y hacer tuyo el carácter del personaje, en cambio en un recital debes ser tú mismo, ya que tienes la responsabilidad de transmitir diferentes sensaciones. En una ópera, además, estás acompañado por el resto de los cantantes, orquesta y coro, en un recital estás solo con el pianista. Una sensación que, por otra parte, me gusta.

Usted medita mucho antes de aceptar un papel nuevo, como ha sucedido con el Radamés de Aida.

Antes de aceptar un rol nuevo suelo tomar fragmentos de la ópera y los voy cantando en recitales durante un tiempo, luego decido si lo acepto o no. He cantado muchas veces Celeste Aida antes de decidirme a cantar el Radamés. Debo estudiar el rol antes de tomar una decisión. Es más saludable. Incluso, estudio personajes antes de que me los pidan y tomo la decisión de si los cantaré o no antes de tener la oportunidad de hacerlo.

Rechazó Don Carlo y canceló Los cuentos de Hoffmann.

Son papeles que no haré nunca, o al menos por el momento, pues no me interesan los personajes en sí mismos. Parecen incompletos, no tienen carácter. A esos dos personajes les falta pasión, la que sí tienen los otros roles de ambas óperas. Me gusta pasarlo bien en escena. Además, no sabes nunca qué versión de la ópera te van a pedir pues de Don Carlo y de Los cuentos hay más de una.

Ha cantado más de un centenar de veces el Tamino de La Flauta mágica, un papel que ahora no canta. ¿Por qué ha abandonado ese personaje?

He abandonado a Mozart, un compositor que me gusta, que he tenido en repertorio, pero que ahora no es para mi voz. Ahora estoy en otra tesitura y como que hay tanto para elegir, prefiero otros retos.

Yo le escuché Lohengrin en Bayreuth. ¿Para cuándo La Walkiria o Parsifal?

Seguramente haré otros Lohengrin, pero no tengo planes para Wagner a medio plazo. Me interesa el repertorio francés e italiano, repetir algunos títulos para ir mejorando.

¿Cree que hay una crisis de tenores?

No puedo decirlo, aunque sí creo que hay muy buenos solistas. Hay voces muy buenas en cada tesitura. Y una cosa muy buena es que entre nosotros nos llevamos muy bien, no hay rivalidades importantes.

Usted se implica a la hora de dar a conocer nuevo repertorio, sobre todo el eslavo. Háblenos del proyecto de recuperar a Stanislaw Moniuszko.

Es un proyecto que durará siete años y lo siento como muy mío, muy cercano. Moniuszko es un gran compositor, sus óperas cuentan historias tristes pero sencillas, del mundo normal, fuera de los ambientes aristocráticos. En Viena me pidieron ese repertorio y está previsto que llegue a Madrid en 2023.

¿Cómo le ha afectado la pandemia?

Como a muchos otros artistas se me han cancelado proyectos y otros se han postergado. Algunos teatros redujeron la programación hasta un sesenta por ciento y otros, como el Metropolitan, lo suspendieron todo. Tenía un Radamés en Nueva York que no pude hacer. Todo ello ha supuesto un cambio radical de agenda, pues piense que trabajo a cuatro años vista. La estabilidad para preparar un papel ha cambiado y se ha reducido el tiempo para ello. Por lo que a España se refiere, estoy muy satisfecho pues se ha cancelado poco, comparado con otros países.

El gobierno de su país ha declarado parte del territorio libre de LGTBI. ¿Cómo ve esa vuelta atrás en los derechos humanos?

De forma muy triste. No entiendo cómo puede haber políticos que piensen así. Es un gran error, una vuelta atrás que no tiene sentido y que me deja sin palabras. Los derechos humanos para cualquier colectivo deberían estar garantizados en todo el mundo por igual. No puede ser que volvamos atrás en este tema.

¿Qué le gustaría cantar y no le han ofrecido?

Siempre me han ofrecido lo que he querido cantar, he tenido esta suerte. Lo contrario, que me ofrezcan algo que no pueda o no quiera cantar, sí ha sucedido. Tristán, Sigmund o Siegfried, por ejemplo, son personajes que no puedo aceptar.

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