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Mónica Naranjo Cantante

«Todo lo que es difícil te fortalece y te hace mejor»

Mónica Naranjo, en una imagen promocional de la reedición de su álbum ‘Minage’.

Mónica Naranjo , en su vigésimo aniversario, el álbum ‘Minage’, en honor a la diva italiana Mina. «Con 15 años me llamó la atención su manera de cantar, su técnica, quería que me la enseñaran en el conservatorio»

¿Cuándo empezó su interés por Mina?

Con 15 años, cuando me regalaron un vinilo y pensé: «¿Qué es esto?». Me llamó tanto la atención su manera de cantar, su técnica… ¡Yo quería que me la enseñaran en el conservatorio! Mina rompió en todos los campos, empezando con sus portadas y diseños. Para mí era la artista perfecta. Una de esas grandes intérpretes que va a quedar para siempre, como, en nuestro país, Rocío Jurado.

Está Mina la yeyé y que entregó sus álbumes más maduros, en los 70. ¿A qué perfil de la cantante quiso dirigirse con Minage?

A las canciones que más me gustaban, y se quedaba corto, porque Mina llegó a editar dos discos al año; uno bastante experimental, y otro un poco más comercial. Iba jugando. Lo importante de un artista es que vaya publicando todo aquello que le haga evolucionar.

Autores de altos vuelos, como Lucio Battisti y Mogol.

Claro, los más importantes que ha habido en Italia. Ese repertorio, la gente no se lo podía perder, no solo para introducirse en el camino de Mina, sino también en el de esos grandes autores.

Y esas producciones tan alejadas de lo que se hace hoy en día, con aquella mezcla de intensidad e intimidad.

Algo increíble, sí. Hacían música de verdad. Se creaban canciones desde lo más profundo de las entrañas. Antes, todo era más personal, y dominaba el toque humano. No se hacían discos para crear un producto, sino para hacer cosas intensas, bonitas y que conectaran con el gran público.

Tuvo ocasión de conocerla cuando trabajaba en Minage.

En Lugano, donde grabamos parte del disco con su hijo, Massimiliano Pani. Es una mujer muy cariñosa, muy generosa, que siempre está pendiente de si necesitas algo. Es muy mamma, muy cuidadora, y una gran compañera.

¿Le dio indicaciones?

No, eso no. Los artistas estamos para apoyarnos, no para darnos indicaciones. Pero siguió la grabación muy de cerca, e incluso hubo una etapa en que yo enfermé, un constipado mal curado, y ella misma ensayó con los músicos, en mi ausencia, una de las canciones, Oi e te da soli, o sea, Perra enamorada. Yo estaba con fiebre.

En el disco original se incluyeron dos canciones ajenas a Mina que han desaparecido en la reedición.

No se pueden considerar parte de Minage. Aquello fue una imposición de Sony. Ahora en la reedición hemos añadido otras dos con la producción de Pepe Herrero y en una línea contemporánea. En Minage hubo dos productores: su hijo, que hizo un trabajo correcto, y Phil Manzanera, en Londres, que yo sabía que podía darme lo que yo buscaba: destrozar las cosas, en el buen sentido, y hacerlas bellas.

Con Minage tuvo fricciones importantes con la compañía.

Veníamos de ventas millonarias con el segundo disco, Palabra de mujer (1997), y ellos me decían que, si había conectado tanto con el público, ¿por qué no hacer un tercer álbum en esa línea y terminar de reventarlo? Una idea muy normal, pero yo sabía que eso iba a ser contraproducente para mí, pan para hoy y hambre para mañana. Me iban a encasillar. Y el número tres es el que determina al artista, a la persona…

Y vendió menos.

Yo les dije: «Seguramente, Minage no venderá lo mismo que Palabra de mujer, pero a la larga se convertirá en un disco de culto y es posible que al final venda más que los dos primeros». Y así ha sido. Todo aquello que es difícil te fortalece y te hace mejor.

Días atrás, en el Festival de Pedralbes, dedicó el recital a la desaparecida Raffaella Carrà, «una de las más grandes». Más allá de su fama televisiva, ¿la reivindica como artista?

Hombre, fue una artista completísima, en los 60 y 70, con aquel casquito de oro, cantando, bailando, haciendo cine y televisión… Era un torbellino de diferentes talentos y dominaba disciplinas como quien se limpia la nariz. En aquella Italia, con el Vaticano… Era la tentación.

Después de este Minage 20º aniversario, ¿prepara disco con canciones nuevas?

He estado ocupadísima preparando un álbum que verá la luz a principios del año que viene. ¿Cómo sonará? Es una sorpresa. Como siempre, será algo diferente.

Como los conciertos de este verano, a voz y piano.

Esas caídas al vacío nos encantan a Pepe y a mí. El repertorio este verano es 100% Mina, incluyendo dos temas que no están en el álbum y que no he adaptado al castellano para hacer un guiño al italiano, E pensó a te y E poi.

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