Diario de Mallorca

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Entrevista
Daniel Kirch Tenor

«Siento como si el repertorio wagneriano fuera mi segunda piel»

«Con ‘Parsifal’ me cuesta meterme en el personaje, no por la dificultad vocal, sino por el tipo de papel que es»

El tenor alemán afincado en Portocolom Daniel Kirch.

En 2010, Daniel Kirch debutó en la Deutsche Oper Berlin como Karl von Valois en la última producción de Christoph Schlingensief. En 2007, dio sus primeros pasos como tenor dramático cantando Max, primero en versión concierto en Varsovia y después en una producción en Salzburgo.

Ha cantado en algunos de los teatros de ópera más importantes, entre otros, la Staatsoper Berlin, Opernhaus Zürich, Teatro alla Scala en Milán, Semperoper Dresden, Open Köln, Theater Bsael o el Liceu. Y ha cantado bajo la dirección de prestigiosos directores de orquesta como Claudio Abbado, René Jacobs, Michael Gielen, Christian Thielemann o Valery Gergiev, y de escena como Andreas Homoki, Günter Krämer, Robert Carsen o Michael Thalheimer, entre otros.

Kirch estudió en el Hochschule für Musik de Colonia, su ciudad natal, con Hans Sotin, y con Irmgard Hartmann-Dressler en Berlín.

Usted reside en la isla desde hace cuatro años.

Sí, al trabajar en teatros de grandes urbes, buscaba, para vivir y ensayar un lugar en el que sentirme tranquilo, con un buen clima y que además me permitiera poder viajar de forma cómoda para atender mis compromisos artísticos. Así que pensé en Mallorca y alquilé una casa en el campo, pero cerca del mar. Conocía la isla a través de otro tenor wagneriano, el gran René Kollo, que también tiene casa aquí.

En el recital en Portocolom alternará lied y ópera.

En efecto, las canciones, especialmente las de Schumann, Schubert y Strauss, me han acompañado siempre, ya desde mis inicios como estudiante en Colonia, así que siempre que puedo doy recitales con obras de estos compositores. Esta será la primera vez que incluyo canciones y ópera en una misma sesión y naturalmente, al alternar lied y arias de ópera, debo cambiar el registro, pues si la técnica es la misma, el volumen, la dicción, el estilo y la energía cambian.

Nació y estudió en Colonia, ciudad de grandes voces wagnerianas.

Sí, pienso en Kurt Moll y Hans Sotin. Con el primero coincidí hace años en un concierto cantando las Escenas de Fausto de Schumann y, todavía hoy cuando lo recuerdo, se me ponen los pelos de punta. Sotin, en cambio, fue mi maestro. De él aprendí muchas de las cosas que me formaron como profesional. Ahora vive en Bayreuth y no hace mucho estuve con él allí.

Usted cantará el año que viene en Bayreuth. ¿Qué representa para un tenor wagneriano cantar allí?

Un punto muy importante. Piense que en aquel teatro que construyó Wagner están puestas todas las miradas de los aficionados y críticos wagnerianos durante el verano. Cantar en Bayreuth es un honor, un orgullo y, sin duda, una enorme responsabilidad.

¿Qué fue lo que le decidió ser cantante?

Ya de muy pequeño asistí, con mis padres a una representación de la ópera Hansel y Gretel de Humperdinck y quedé enamorado del canto, me aficioné y después siguieron otros títulos como La Flauta mágica de Mozart. Ya desde pequeño pensé que me dedicaría a la ópera.

Algunos cantantes creen que cantar mucho Wagner te condiciona la voz y ya es difícil que puedas volver a otro repertorio.

No estoy de acuerdo con esa opinión. Si eso le ocurre a algún cantante es que no ha desarrollado bien la técnica. Wagner es compatible con cualquier otro estilo y lo demuestran ejemplos como Kaufman o Domingo, que han alternado estilos y siempre de forma brillante.

¿Con qué repertorio se siente más cómodo?

En este momento de mi carrera, con Wagner. Siento como si el repertorio wagneriano fuera mi segunda piel, pues está muy próximo a mi manera de sentir actual. Ya de joven quería cantar Wagner.

¿Cómo ha afectado la pandemia a su calendario de conciertos?

Se han cancelado algunas propuestas, pero la mayoría han cambiado de fecha, como ese debut en la nueva producción de El oro del Rin en Bayreuth que estaba previsto para el año pasado y que será el verano próximo; de hecho, en unos días debo ir allí para seguir con los ensayos, que empezaron en junio, con un año de antelación. Después iré a hacer un Tristán e Isolda en Chemnitz y más adelante el doble rol de Sigmund y Sigfried en la ópera de Graz.

¿Con qué rol wagneriano se siente más cómodo?

Me gustan todos, aunque los que tienen un grado de emotividad más alta como Tristán o Sigmund, son los que me llenan más. También el Walter de Los Maestros cantores, un papel que hace dos años canté en Munich, reemplazando a Jonas Kaufman. Con Parsifal me sucede una cosa curiosa, me cuesta meterme en el personaje, no por la dificultad vocal sino por el personaje en sí.

¿Dónde le gustaría cantar?

Me gustaría volver a cantar en España, pues he cantado varias veces en el Liceu de Barcelona, pero mi deseo es ampliar a otros teatros españoles.

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