La Mare de Déu d’Agost está considerada como una de las fiestas religiosas más importantes del verano. Desde hace años, la Fundació Amics del Patrimoni, promotores de la celebración, tiene como objetivo reinterpretar esta tradición a través de los nuevos lenguajes de artistas locales. El pintor y arquitecto mallorquín Tomás Pizá ha sido el elegido de este año por la organización para la creación de una instalación contemporánea en torno a la tradición del llit de la Mare de Déu, que se inaugura mañana a las 20 horas en la iglesia dels Sagrats Cors de Palma, situada en la calle Sant Gaietà. Se podrá visitar hasta el día 18, de 11 a 13 y de 18 a 20 horas.

La instalación de este año es un baldaquino de pintura acrílica sobre lienzo de grandes dimensiones que recibe el nombre de «Letanía» y tiene como eje vertebrador los jardines marianos que empezaron a aparecer en Francia en el siglo VII como señal de devoción a la virgen.

Joan Guaita, presidente de la fundación, cuenta que decidieron eligir a Pizá por su estilo y su trabajo con las flores: «Tiene un toque realista que nos hacía falta para la obra de este año». Argumenta que su trabajo como arquitecto está «muy relacionado con la espiritualidad» y buscaban elementos que «expresen lo que queremos».

Pizá explica que la instalación juega con la idea de la dicotomía entre muerte y vida «yuxtaponiendo una gran guirnalda de flores frescas a una calavera yerma». En ese sentido, el artista cuenta que la idea de vincular el nombre de María al mundo floral ha sido ampliamente desarrollada por la tradición occidental de la pintura, vinculando los diferentes episodios de la vida de la virgen a diferentes flores: «El lirio se vincula al momento de la anunciación y el cardo mariano, a la pasión». La idea final era crear un jardín colgante que narrase los diferentes episodios de la vida de la virgen «como si de una cascada de flores se tratara».

El pintor investigó sobre cómo podía adaptar la pintura al espacio de la iglesia y pensó en un elemento arquitectónico que fuera un espacio cubierto por una gran tela: «Primero me puse a trabajar en collage y salió la versión definitiva en una semana. Al final el proceso duró 20 días». Esta es la pieza más grande que ha hecho y tuvo que trabajar por cuadrantes por la gran dimensión del lienzo. Pizá confiesa que las partes más dificultosas fueron las sombras de los lirios centrales porque había que jugar con el contraste: «A pesar de que cuando trabajas en estas escalas es muy difícil ver cómo está quedando, estoy muy contento con el resultado».