Éxito de convocatoria de Boris Izaguirre en Pollença. El escritor y colaborador de televisión recibió el apoyo de sus lectores y seguidores en el claustro de Sant Domingo, en un acto enmarcado en el ciclo literario de verano organizado por el Club Pollença.

La tarde arrancó con una larga sesión de firma de libros. Boris dedicó sobre todo uno de sus últimos libros, la novela Tiempo de tormentas. Pero el resto de títulos también estuvieron muy presentes bajo los brazos de sus fans.

A las 20 horas, arrancó la mesa redonda con la editora Raquel Gisbert y el periodista y escritor Miguel Ángel Villena. En la charla, Izaguirre desgranó algunas de las claves de su universo literario y las dificultades que ha tenido que sortear para dedicarse a las letras.

Raquel Gisbert, el escritor venezolano y Miguel Ángel Villena, ayer, durante la mesa redonda. | CLUB POLLENÇA

Se definió como un «animal frívolo». «Sabía que la frivolidad me iba a llevar muy lejos y que me iba a dar mucha popularidad», espetó. Poco después, añadió: «Soy una diva literaria, pero en la intimidad, en público, sólo una diva».

De su madre, se llevó una enseñanza que aplica a su día a día: «Me dijo que no me ocultara y que no dejara que los obstáculos me aterrorizaran». Lección que ha seguido a pies juntillas. «También he aprendido que no puedes planificar nada hasta el final en esta vida», señaló.

Izaguirre reconoce que su vida personal y profesional ha sido un gran éxito. En este sentido, aseguró que su gran secreto es su marido, Rubén Nogueira, que ayer le acompañó hasta Pollença.