Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cine
Agustí Villaronga Director de cine

"Quería entender qué pasa con aquellos que sobreviven, porque quedan marcados"

El cineasta presenta hoy a las 22 horas 'El ventre del mar' en la inauguración del Atlàntida Film Fest

Agustí Villaronga, esta mañana, en el Parc de la Mar

El director mallorquín Agustí Villaronga (Palma, 1953) presenta hoy a las 22 horas en el Atlàntida Film Fest su nueva película, El ventre del mar, después de triunfar en el Festival de Cine de Málaga con seis galardones, incluidos el de mejor película española y mejor director. La idea surgió durante el confinamiento como adaptación de la obra Océano mar de Alessandro Baricco en la que 147 hombres intentan salvarse subiendo a una enorme balsa y confiándose al mar.

Su película fue un éxito rotundo en el Festival de Málaga. Ahora la presenta en Mallorca, su casa. ¿Cómo lo vive?

Para mí, es un privilegio. El Atlàntida es un festival que valoro muchísimo porque hacen un trabajo excepcional y traen cine de calidad. Veo que cada año crece, y eso me enorgullece. Que nos hayan elegido para abrir el festival, teniendo en cuenta que es una película grabada en Mallorca y con parte del equipo de aquí, es una gran noticia. Además, sin las instituciones y el apoyo de Filmin no habríamos podido hacer algo así.

¿Cómo surge su interés por esta historia?

Hacía años que intentaba hacer algo con el texto de Alessandro Baricco y quería hacerlo en teatro. Cuando en la pandemia decidí recuperarlo para el cine, lo hice como un acto de rebeldía, para expresar que la cultura es necesaria. Estaba decidido a hacerlo fuera como fuese. 

La obra es totalmente vigente con la situación que se vive en el Mediterráneo.

El texto tiene muchos paralelismos con el contexto actual. Habla de la supervivencia, porque el naufragio no es una sola cosa. Pueden ser naufragios familiares, fronterizos, sociales, etcétera. Todo desaparece y tienes que sobrevivir como puedes. Es un tema político tan grande que tratarlo es un proceso difícil. Tenemos que ponernos en la piel del que vive esa situación, porque muchas veces hablamos de ello como si fuera algo abstracto. Con esta película quería entender y explicar qué supone un proceso como este y qué pasa con aquellos que sobreviven, porque quedan marcados de por vida.

¿Es su proyecto más valiente?

Más que valiente, yo diría que es arriesgado. Sobre todo en la producción. La idea de un filme sobre un naufragio como este no parecía muy atractiva. Tuvimos que adaptar la narrativa al presupuesto que teníamos. Podría haber salido mal, pero estoy muy contento con el resultado.

¿Cómo fue el proceso de adaptar la obra al lenguaje cinematográfico?

Yo sabía lo que tenía y lo que quería explicar. A partir de ahí construyes el relato. Veníamos de un texto literario sobre el que yo había hecho una obra de teatro, que luego ha acabado en cine. Intenté mantener la esencia de las tres porque me interesaba la conjunción entre las tres. Quería que fuera asequible para el público.

El apartado visual adquiere una importancia mayúscula por su concepción pictórica.

Quería dar un peso muy grande a las imágenes. A pesar de que la obra sea cruel, vemos que es muy poética. Buscaba crear un mundo mágico dentro de esta locura de la supervivencia. El texto va más allá del tema de vivir o morir. Es una reflexión sobre los desfavorecidos, sin que sea una película de denuncia.

Afirma que concibe esta película como una ópera prima.

Totalmente. Sobre todo, porque teníamos medios reducidos y había que trabajar de manera artesanal para llegar al mismo punto. Eso tiene su parte buena, y es que no entran cribas de terceros que puedan modificar la obra, por lo que eres totalmente libre.

¿Ha tenido que luchar mucho para sacarla adelante?

Sí, porque en algún momento los productores reflexionaban y tenían dudas sobre los posibles riesgos. Pero siempre tuve claro que quería hacerlo así y por eso puedo decir que es la película con la que estoy más satisfecho.

Los cambios de vida radicales son una constante en su cine.

La vida está hecha de esto. Hay que afrontar los momentos oscuros y difíciles. Me sería muy complicado hacer una película sobre una relación plana. Quiero hablar de temas profundos.

¿El cine vive un naufragio?

Yo diría que vivimos una situación de cambio. La palabra naufragio me parece muy fuerte. Al final siguen los festivales y las plataformas no paran de crear. La rueda no para. Existe una confusión evidente sobre lo que está pasando, pero tengo la sensación de que todo sigue en marcha. Tendemos a hablar del ocio y la cultura como si fueran por separado. Tampoco hace falta hacer cine de autor profundo, ensimismado, sino que hay que buscar el equilibrio.

¿Tendemos a minusvalorar al público?

Sí, suele pasar. En mi caso, no creo que sea así porque trato de hacer un cine que sea comprensible. Los artilugios narrativos que eliges definen el tipo de película y al final se trata de entender al público.

Compartir el artículo

stats