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Entrevista
Leire Martínez Vocalista de La Oreja de Van Gogh

«Contamos historias que tienen que ver con nuestra vida y nos inquietan»

Actuará al frente de su grupo en el Port Adriano Mallorca Festival el próximo 7 de agosto a las 21.30 horas

La banda La Oreja de Van Gogh, con su cantante Leire Martínez en el centro. | EFE

La Oreja de Van Gogh se ha convertido en uno de los grandes referentes del pop en nuestro país desde que sus miembros se embarcaron en la aventura musical a finales de los noventa con su debut Dile al sol. Hoy, ocho álbumes después, el grupo vasco recorre nuestro país con una gira en la que explora su trayectoria discográfica. Esta vez, La Oreja hará especial hincapié en su nuevo trabajo, Un susurro en la tormenta, un disco personal, reivindicativo y sincero. La isla les recibirá el próximo 7 de agosto con un concierto en el Port Adriano Mallorca Festival a las 21.30 horas.

El álbum habla de la nostalgia de un viejo amor que no ha llegado a desaparecer del todo. Los temas Doblar y Comprender y Durante una mirada tienen ese punto en común.

Esto sucede sobre todo en Durante una mirada, porque es una mirada nostálgica al pasado, ese recuerdo de un ayer que a veces idealizamos y nos preguntamos cómo será la vida de alguien que ha dejado huella en ti porque hace años que no sabes nada de esa persona. Las películas siempre te muestran un amor idílico que parece que va a durar para siempre y luego en la realidad no es tan fácil. Por ejemplo, en Doblar y comprender, hablamos de pasar página y entender que la vida es esto y hay que quedarse con lo bueno. No nos enseñan a decir adiós y cuesta perder a un ser querido.

¿Por qué eligieron ese escenario casi apocalíptico con el coche, la tormenta y el acantilado para las imágenes del disco?

El título del disco, Un susurro en la tormenta, tiene que ver con la vida que llevamos todos, tan rápida y con tanto ruido a su alrededor. Siempre vamos corriendo a los sitios, estresados, y no prestamos atención a las cosas importantes, a esos pequeños susurros que hay en medio de la tormenta. Para nosotros, las 11 canciones representaban 11 susurros o momentos de parón y reflexión y lo reflejamos en las fotografías de la tormenta y el acantilado.

¿A qué se debe la recurrencia del binomio madre-hija en este nuevo trabajo?

Fundamentalmente a que contamos historias que tienen que ver con nuestra vida y que hablan de las cosas que nos inquietan. En el grupo somos todos padres desde hace ya unos añitos y eso es algo que nos hace plantearnos cosas. Como la que canta soy yo, una mujer, nuestro personaje siempre suele ser femenino. Todos hemos sido adolescentes y hemos tenido los mismos problemas, como no identificarte con tu cuerpo, no encajar con tu grupo de amigos y las inseguridades típicas de la edad.

En una letra de Acantilado dicen: «El vértigo no es más que el miedo a cambiar». ¿Han cambiado mucho en los últimos años?

Afortunadamente en algunas cosas, sí. Yo creo que la persona que no evoluciona de alguna manera en su vida generalmente no vive y queda anclado en un pasado, y la vida es mucho más que eso: coleccionar momentos, vivencias, ir creciendo, querer aprender y ver más. Quien no evoluciona no tiene horizontes. A veces cambiar da miedo, de ahí la frase del disco, y nos agarramos a nuestra zona de confort aunque no nos esté haciendo bien, porque tenemos miedo a lo que pueda venir y nos cuesta tomar decisiones.

Hay quien dice que Me voy de fiesta tiene las mismas vibraciones que Mi calle es Nueva York. ¿Es algo intencionado?

No fue para nada intencionado pero ambas son canciones bastante festivas. Me voy de fiesta es una canción totalmente reivindicativa. Trata de una mujer que dice: «Este día es para mí, no me importa lo que me digáis o que me tengo que vestir de esta manera. Que se pare el mundo que hoy me voy de fiesta y me da igual».

¿Hubo una voluntad clara de dar más peso a los instrumentos en este disco que en los anteriores?

Creo que las propias canciones lo pedían. Con este trabajo hemos salido de nuestra zona de confort y nos hemos puesto un poco a prueba tanto instrumentalmente como vocalmente y todo eso se refleja en el disco.

¿Es el álbum más crítico que han compuesto?

Hemos mirado más al interior que otras veces pero creo que la diferencia está no tanto en lo que contamos sino en cómo lo contamos. Habíamos hablado ya sobre terrorismo, homosexualidad, de la muerte… pero la forma en la que lo hemos tratado es distinta porque no es lo mismo reflexionar sobre el amor cuando eres joven que cuando eres más maduro.

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