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Jaume Manresa Teclista y portavoz de Antònia Font

«Queremos experimentar otra vez qué era Antònia Font, dónde quedó su discurso»

«La presión de continuar con el grupo profesionalmente acabó pasando factura. Tantos discos y giras manteniendo el ‘caliu’ y la necesidad de hacer cosas diferentes provocaron la disolución»

El teclista Jaume Manresa, que continúa trabajando con Joan Miquel Oliver, ayer en Porreres. B. Ramon

Heu resolt tots els problemes dient tanmateix?

Ya nos gustaría (risas).

¿Alegría o vértigo?

Alegría. Y te diría que no son incompatibles, porque también tenemos un poco de vértigo. Una de las cosas que logra la música y el arte en general es disfrutar del vértigo. Creo que en eso estamos ahora con Antònia Font.

¿Por qué vuelve?

Supongo que porque todos los miembros del grupo lo queremos y valoramos, y debido a que se han producido las circunstancias temporales para que a todos nos apeteciese un nuevo proyecto de Antònia Font. Antes le ocurría a uno, luego a otro... pero no era unánime. Y no encontrábamos la fórmula que nos aglutinase.

¿El Primavera Sound Festival tuvo que insistir mucho?

Nosotros le propusimos hacer un concierto para presentar un nuevo disco, pero no queríamos una gira como las de antes, con una treintena de conciertos. Por las circunstancias vitales de cada uno, a ninguno nos atraía poner de nuevo los motores en marcha con una dedicación exclusiva.

Hay programados tres para 2022. ¿Un disco no necesita un mayor recorrido?

Haremos esos tres el próximo año, pero en 2023 habrá 10 o 12 conciertos más, y después la nada. Al final encontramos la fórmula de un nuevo álbum y una decena de conciertos, no más, y a todos nos pareció bien.

¿Fue muy meditado?

Sí. Fue una decisión hablada y consensuada. En Antònia Font no se hace nada respecto a estos temas si no hay unanimidad.

"Haremos tres conciertos del nuevo disco el próximo año y 10 o 12 en 2023, y después la nada"

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¿Qué caché les ofrecen?

No es muy mallorquín hablar de cachés.

Dicen las malas lenguas que un millón por los tres conciertos.

Nooo, qué va.

4.000 entradas vendidas en una hora para el de Inca.

Ha sido una sorpresa. Cuando haces algo está claro que quieres que haya una buena respuesta por parte del público, aunque ninguno éramos conscientes de que existía esa latencia. Con la campaña del Primavera Sound, nos hemos dado cuenta del gran interés. Siempre nos sorprende la buena acogida, pero también es verdad que hemos picado mucha piedra, incluso después del tercer disco, Alegria, que empezaba a tener repercusión en Cataluña. Recuerdo que con Taxi, el cuarto, tocamos en algún pueblo de Cataluña donde había alrededor de 40 personas.

¿Ya se sabe dónde serán los conciertos de 2023?

Solo tenemos claros los del próximo año, en el Primavera, en Inca y en el Palau Sant Jordi.

¿Por qué Barcelona antes que Mallorca?

Me da la impresión de que ha surgido un sentimiento de patria por parte de los mallorquines que no acabo de comprender, porque lo hicimos por respeto a la gente de aquí que ya había comprado entradas para el festival. Cuando estaba cerrado, nos ofrecieron la posibilidad de dar un concierto antes en Mallorca, pero no era justo para los fans mallorquines que se han gastado el dinero en viajar a Barcelona. El de Inca es solo una semana después y dura mucho más, ya que los festivales son formatos diferentes.

Joan Miquel Oliver, Joan Roca, Pau Debon y Jaume Manresa en la imagen promocional del retorno de Antònia Font. raquel galán. palma

¿Han tenido muchas ofertas durante los ocho años de parón?

Algunas, aunque en aquellos momentos teníamos claro que no queríamos volver. Dijimos sí al que se hizo a favor de la libertad de expresión debido a que tenía un componente reivindicativo y queríamos contribuir a dar más visibilidad a la causa. Cantamos solo seis canciones y no lo vimos como un retorno del grupo, pero sí fue un pequeño detonante que nos animó para lo de ahora.

¿Han empezado los ensayos?

Hemos comenzado a grabar una maqueta con nuevos temas de Joan Miquel [Oliver], que sigue siendo el compositor, y luego el grupo lo termina de arreglar.

¿Ve muy diferente lo que compone para sí mismo que lo que escribe para Antònia Font?

Lo hemos hablado alguna vez, porque yo trabajo con él en su proyecto en solitario y me llama la atención cómo la gente sabe distinguir tan bien entre lo de Joan Miquel y lo del grupo, ya que al final todas las canciones son suyas. Sin embargo, la voz de Pau [Debon] marca mucho, a lo que se añade que el compositor no la asume como propia y se crea de este modo cierta distancia, que le permite hacer temas tal vez más directos. Quizá todo esto surge de forma inconsciente, aunque me parece muy interesante.

¿Qué define el nuevo álbum?

Nuestro último disco como grupo fue Vostè és aquí, que tenía 40 canciones con una duración mínima posible. La intención era experimentar el concepto de las canciones pop de un minuto o minuto y medio. Tras ocho años sin hacer nada juntos, no existe la necesidad de buscar una nueva estética, sino de experimentar otra vez qué era Antònia Font, dónde quedó su discurso.

¿Una vuelta a los orígenes?

No sé si a los orígenes, pero sí a la esencia. Lo intentaremos. No queremos experimentar en el sentido de ruptura con lo anterior debido a que ha pasado mucho tiempo. Estaba esa necesidad al pasar de Lamparetes a Vostè és aquí o de Alegria a Taxi, porque eran álbumes muy seguidos, o como mínimo queríamos poner en entredicho los conceptos que ayudaron a crear el disco anterior con la idea de ver qué ocurría. Ahora no estamos ahí, sino en el momento de celebrar qué quiere decir Antònia Font.

¿Dónde se grabará?

Joan Miquel tiene un estudio y grabaremos allí todo lo posible. Está claro que las baterías y este tipo de sonidos no, pero todo lo que podamos hacer nosotros, lo haremos allí. El grupo siempre se ha caracterizado por buscar la autosuficiencia en la grabación y la producción cuando era factible y seguiremos haciéndolo. En los inicios no teníamos ni idea y lo fuimos aprendiendo.

¿El grupo se separó porque la relación se resintió?

La presión de continuar con el grupo profesionalmente acabó pasando factura. Tantos discos y giras manteniendo encendido el caliu y la necesidad de todos de hacer cosas diferentes fue lo que provocó la disolución. Era cada vez más difícil hacer confluir los deseos individuales de cada uno con la marca Antònia Font. Joan Miquel empezó en solitario; yo hago mucha música para danza y teatro, sobre todo con el director teatral Andrés Lima, y era un gran esfuerzo comprometerme; Joan Roca toca en Dinamo y diferentes combos de jazz. En un momento dado el grupo se agotó. Ocurrió tras los dos últimos discos, que fueron muy seguidos e intensos, con mucho trabajo. Estaba muy bien tenerlo, pero nos superó.

"Es un honor que los jóvenes sean fans. Llegar a público nuevo es lo mejor que nos puede suceder"

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Durante vuestra ausencia numerosos veinteañeros se han hecho fans. ¿Sorprende?

Es un honor y evidentemente nos hace mucha ilusión. Todo lo que sea llegar a público nuevo y ver que nuestro repertorio sigue teniendo vida es lo mejor que nos puede suceder. Siempre hemos dado un gran valor al repertorio, no solo a los conciertos, y si a la gente joven le gusta, imagínate. Es lo que te da vida.

¿Se añoran las verbenas de los comienzos?

No, si las echásemos de menos volveríamos a ellas y arreglado. Tenemos muy buenos recuerdos, en absoluto renegamos, aunque en esta etapa de nuestra vida ya no son una necesidad.

Este año se celebrarán con el público sentado.

Para nosotros no sería una gran novedad. Hemos hecho muchos conciertos en teatros con la gente sentada, pero es verdad que se añora ver un concierto de pie, bailando y disfrutando. Una cosa no quita la otra. Sobre todo que los asistentes puedan hacer lo que quieran. Eso sí hace ilusión que vuelva a pasar.

¿El grupo fue un referente para el surgimiento de otros?

Si hemos sido referentes en algo, quiero pensar que ha sido a nivel profesional, al poder vivir de la música y sacarla fuera de la isla, pero no creo que artísticamente lo hayamos sido. Tenemos una gran cantidad de artistas y grupos con una personalidad propia muy valiosa, como Miquel Serra, Joana Gomila, Da Souza y otros. No necesitan a Antònia Font y muchos surgieron al mismo tiempo, aunque tal vez no tenían tanta repercusión.

¿Sabe que a la presidenta del Govern, Francina Armengol, le gusta escuchar Alegria con la puesta de sol?

Me hace gracia la estampa.

¿Es la canción emblema?

Es muy importante, pero la que marcó un antes y un después fue Wa yeah!, porque vimos que la cosa iba en serio y supimos qué era el público de masas.

¿Aún hay gente que cree que Antònia Font es una cantante?

Este mito se está cayendo.

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