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Pastora Soler Cantante

"Mis baladas han cambiado porque me he hecho fuerte"

La artista regresa al Auditorium el viernes para presentar ‘Sentir’ y ofrecer a los espectadores un repertorio «más personal que nunca»

Pastora Soler en el Auditorium de Palma en 2018 M. Mielniezuk

¿Sentir necesita calma?

Sí, por supuesto. Con calma se pueden sentir muchas cosas que pasan a nuestro alrededor y que de otra forma es más difícil estar receptivos. Volví a los escenarios con La Calma porque para mí es el estado perfecto, el que me ha enseñado a disfrutar y sobre todo a sentir de manera idónea. He pensado mucho en esa calma, porque es difícil mantenerla, más aún con todas las circunstancias que han venido con la pandemia.

¿Es su trabajo más personal?

El disco Sentir y la gira están marcados por mi vida personal, que ha aflorado más que nunca. Además, cuando se publicó, llegó el confinamiento y no pudo tener su momento. Ahora ha pasado mucho tiempo, hemos estado en casa, con la familia, los hijos, nos hemos conocido mejor a nosotros mismos viviendo una situación tan extrema como la pandemia, por lo que quiero que la gira sea muy personal, de conectar con toda esa parte más íntima.

¿Ha llegado a sus baladas el empoderamiento femenino?

Sí, el mensaje va cambiando a medida que una se va haciendo más fuerte, más mujer. Hace muy poco que dejé de ser una niña, cuando fui madre. Me ha hecho madurar y sentirme muy mujer, con un empoderamiento que me hace sacar uñas y dientes si hace falta. Al tener dos hijas, todavía más, porque quiero luchar para que el camino que les queda a ellas sea más fácil, ya que aún hay muchas cosas por corregir. Por ejemplo, me llegan canciones que rechazo debido a su letra y ahora no escribiría ni cantaría Haz lo que quieras de mí, una de las pocas que he compuesto en mi vida, dedicada a mi marido. No la tengo en el repertorio, no hay que decir a ningún hombre nada así. La escribí al conocerle y era otro momento vital.

También introduce el tema de la maternidad. ¿Se amplía el abanico en su estilo musical?

Lo intento. Las baladas no se deben limitar al amor, aunque con el tema del desamor todo el mundo empatiza. Cuando estás sufriendo por ello, quieres hallar esa letra que describe tu pesar y con la que conectas enseguida, esa canción que te llega tanto y te hace llorar. De todos modos, me gusta buscar distintos mensajes y temas que también conecten, y es lo que ha ocurrido con Al fondo a la izquierda. Quería hablar de lo que una siente y lo bonito que es estar embarazada. Ha gustado mucho, como también sucede siempre con La mala costumbre, que cuenta que nos olvidamos de lo más simple, decir «te quiero» o dar un beso, y solo caes en ello cuando peligra que las personas queridas continúen ahí.

¿Dejar de exigirse tanto y ser tan perfeccionista le ayudó a superar el miedo escénico?

Así es. A veces tenemos miedo a fallar a los demás y me exigía más a mí misma que lo que me pedía el público. Dije «no puedo más», algo muy necesario para poder construir algo diferente, dar otra salida a tu vida. Todos pasamos por momentos de crisis, en el trabajo o a nivel personal, y a veces tocar fondo no es malo. A mí me ayudó plantarme y tirar la toalla en un momento concreto, romper con todo para comenzar una nueva fase.

Ha demostrado que se puede tirar la toalla y volverla a coger. ¿Es una lección para el tiempo en que vivimos?

También tenemos miedo a los cambios, creemos que no vamos a ser felices con otros proyectos, pero cuando inicias algo nuevo, descubres una parte diferente de tu vida que te hace muy feliz, como me ocurrió a mí.

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